Dad gracias en todo: estudio con explicación de 1 Tesalonicenses 5:18


Este versículo en 1 Tesalonicenses es una referencia de cómo debemos relacionarnos con Dios: con un corazón agradecido. En esta carta queda claro el deseo del apóstol Pablo de edificar la vida de sus hermanos en Tesalónica a través del estudio de la Palabra y la gratitud a Dios.

Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús.
(1 Tesalonicenses 5:18)

Este versículo tiene un fundamento fuerte: debemos ser agradecidos con Dios en todas las circunstancias y no por todas las circunstancias. A pesar de las situaciones de nuestra vida, hemos sido alcanzados por la salvación eterna en Cristo Jesús. Esto supera cualquier situación. Por eso, no debemos condicionar nuestra fe a los acontecimientos de la vida. O sea, no debemos agradecer solo cuando todo va bien y luego vivir quejándonos cuando algo no sale como deseamos.

El pueblo de Israel, al salir de Egipto, cometió este error a lo largo de 40 años en el desierto y no aprendió. Cada tribulación era una “lluvia de murmuraciones”, aunque Dios había provisto todo para su pueblo. El solo hecho de mirar sus circunstancias no les dio las condiciones para reconocer el cuidado de Dios. Después de cada favor, el pueblo reconocía la provisión, pero tan pronto como surgía una nueva tribulación volvían rápidamente a murmurar. Nada era suficiente, eso era un signo de ingratitud. ¡Evitemos este comportamiento!

En 1 Tesalonicenses 5, Pablo expuso otros puntos que nos ayudan a generar un corazón agradecido con Dios:

  • Estad siempre gozosos (1 Tesalonicenses 5:16-18).
  • Orad sin cesar (1 Tesalonicenses 5:17).
  • No apaguéis el Espíritu (1 Tesalonicenses 5:19).
  • Absteneos de toda especie de mal (1 Tesalonicenses 5:21).

Cuando estamos agradecidos a Dios, estamos menos ansiosos. Cuando ponemos nuestras expectativas en Dios, nos separamos de lo imprevisible del mundo. El hombre es capaz de fallar, pero Dios no falla:

Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.
(Filipenses 4:6-7)

Es claro que vendrán momentos de alegría, lágrimas y días difíciles, pero nada debe quebrantar nuestra fe en la salvación plena en Cristo. Comprender que hemos sido alcanzados por Cristo, alegra nuestra alma y aumenta nuestra gratitud hacia Dios. ¡El precio que él pagó por nosotros es razón suficiente para estar agradecidos por el resto de nuestras vidas!

Sigamos el ejemplo de Pablo, quien aun haciendo la voluntad de Dios pasó por momentos de alegría y tribulación, pero nunca dejó de tener un corazón agradecido con Dios. Todas las cosas contribuyeron al fortalecimiento de su fe en Cristo:

Sé vivir humildemente, y sé tener abundancia; en todo y por todo estoy enseñado, así para estar saciado como para tener hambre, así para tener abundancia como para padecer necesidad. Todo lo puedo en Cristo que me fortalece.
(Filipenses 4:12-13)

¡Da gracias en todo! Sé agradecido por todas las cosas que Dios ya ha hecho por ti.

Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús. (1 Tesalonicenses 5:18)

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