Yo soy la resurrección y la vida (explicación de Juan 11:25)


Cuando Jesús dijo: "Yo soy la resurrección y la vida", afirmó su poder sobre la muerte, y garantizó la vida eterna que disfrutarán todos los que creen en él. Todo el que acepta a Jesús como Señor y Salvador, vivirá eternamente, aunque su cuerpo físico perezca. Esa es la realidad eterna que espera a todo el que cree en él.

El relato bíblico se encuentra en Juan 11:17-44. Allí leemos que Jesús iba camino a la tumba de su amigo Lázaro, quien había estado enfermo y llevaba cuatro días muerto. Como es de esperar, Marta, una de las hermanas de Lázaro, estaba muy triste por la muerte de su hermano. Ella se acercó a Jesús con la esperanza de que él hiciera un milagro y volviera a Lázaro a la vida. ¡Y eso fue lo que sucedió!

Jesús mostró sin lugar a dudas su inmenso poder: Lázaro resucitó. Quedó demostrado que aun la muerte está bajo el dominio del Dios todopoderoso. Hoy sabemos que Jesús venció la muerte en la cruz del Calvario y por eso nosotros podemos vivir con la esperanza de la vida eterna que disfrutaremos con él.

El poder de Jesús sobre la muerte

Jesús ya había hecho muchos milagros de sanidad y liberación. Sus discípulos y seguidores comenzaban a entender que el poder de Dios estaba sobre él y la fe de ellos crecía y se fortalecía. Marta misma expresó su fe en el poder de Jesús al hablar con él camino a la tumba de Lázaro.

Entonces Marta, cuando oyó que Jesús venía, salió a encontrarle; pero María se quedó en casa. Y Marta dijo a Jesús: Señor, si hubieses estado aquí, mi hermano no habría muerto. Mas también sé ahora que todo lo que pidas a Dios, Dios te lo dará. Jesús le dijo: Tu hermano resucitará. Marta le dijo: Yo sé que resucitará en la resurrección, en el día postrero. Le dijo Jesús: Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá. Y todo aquel que vive y cree en mí, no morirá eternamente. ¿Crees esto?
(Juan 11:20-26)

Marta conocía bien a Jesús y tenía fe en él y en su poder. Ella también sabía que la conexión de Jesús con Dios era única y por eso tenía la certeza de que si Jesús intercedía, Lázaro volvería a la vida.

Sin embargo, Jesús no le prometió inmediatamente la resurrección física de su hermano. Le dijo "Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá".

Él habló sobre la vida eterna, no la vida física. Esa vida eterna se obtiene al creer en Jesús, esa es la clave. Sí, él puede resucitar el cuerpo. Pero sobre todas las cosas, el destino eterno de los que creen en él está asegurado y eso es más importante. Vivirán por la eternidad.

Le dijo Jesús: Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá. (Juan 11:25)

Sabemos que Jesús resucitó a Lázaro de la muerte, según leemos en Juan 11:38-44. Luego de que Jesús agradeció a Dios Padre por escucharle, clamó a gran voz: "¡Lázaro, ven fuera!" y Lázaro salió de la tumba vivo.

Jesús le devolvió la vida física a Lázaro, pero la realidad es que todo el que cree en él como Señor y Salvador, pasa de muerte espiritual a vida y puede estar seguro de que cuando llegue el fin de los tiempos, en la resurrección de los muertos, disfrutará de la vida eterna con Jesús.

La muerte física no es el final para los que creen en Jesús. La muerte ya fue vencida por Jesús en la cruz del Calvario y por eso, podemos vivir con la esperanza de la vida eterna que disfrutaremos con él.

Lee también: