24 versículos sobre la voluntad de Dios


La voluntad de Dios es bendecir y traer salvación. Su voluntad es buena y perfecta. Quien ama a Dios, busca hacer su voluntad, porque sabe que es lo mejor para su vida. Todo el que hace la voluntad de Dios es bienaventurado.

Y el mundo pasa, y sus deseos; pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre.
(1 Juan 2:17)

Y el mundo pasa, y sus deseos; pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre. (1 Juan 2:17)

Todo lo que el Padre me da, vendrá a mí; y al que a mí viene, no le echo fuera. Porque he descendido del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me envió. Y esta es la voluntad del Padre, el que me envió: Que de todo lo que me diere, no pierda yo nada, sino que lo resucite en el día postrero. Y esta es la voluntad del que me ha enviado: Que todo aquel que ve al Hijo, y cree en él, tenga vida eterna; y yo le resucitaré en el día postrero.
(Juan 6:37-40)

¿Quiero yo la muerte del impío? dice Jehová el Señor. ¿No vivirá, si se apartare de sus caminos?
(Ezequiel 18:23)

Dándonos a conocer el misterio de su voluntad, según su beneplácito, el cual se había propuesto en sí mismo, de reunir todas las cosas en Cristo, en la dispensación del cumplimiento de los tiempos, así las que están en los cielos, como las que están en la tierra.
(Efesios 1:9-10)

Espera en Jehová, y guarda su camino,
Y él te exaltará para heredar la tierra;
Cuando sean destruidos los pecadores, lo verás.
(Salmo 37:34)

No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos.
(Mateo 7:21)

No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.
(Romanos 12:2)

El hacer tu voluntad, Dios mío, me ha agradado,
Y tu ley está en medio de mi corazón.
(Salmo 40:8)

Vosotros, pues, oraréis así: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra.
(Mateo 6:9-10)

Enséñame a hacer tu voluntad, porque tú eres mi Dios;
Tu buen espíritu me guíe a tierra de rectitud.
(Salmo 143:10)

Y él se apartó de ellos a distancia como de un tiro de piedra; y puesto de rodillas oró, diciendo: Padre, si quieres, pasa de mí esta copa; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya.
(Lucas 22:41-42)

Si Jesús mismo eligió someterse a la voluntad del Padre, ¡cuánto más debemos nosotros buscar vivir en su voluntad en todo momento!

Y sabemos que Dios no oye a los pecadores; pero si alguno es temeroso de Dios, y hace su voluntad, a ese oye.
(Juan 9:31)

Por tanto, no seáis insensatos, sino entendidos de cuál sea la voluntad del Señor.
(Efesios 5:17)

Y esta es la confianza que tenemos en él, que si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad, él nos oye. Y si sabemos que él nos oye en cualquiera cosa que pidamos, sabemos que tenemos las peticiones que le hayamos hecho.
(1 Juan 5:14-15)

Mas el que escudriña los corazones sabe cuál es la intención del Espíritu, porque conforme a la voluntad de Dios intercede por los santos.
(Romanos 8:27)

Él les respondió diciendo: ¿Quién es mi madre y mis hermanos? Y mirando a los que estaban sentados alrededor de él, dijo: He aquí mi madre y mis hermanos. Porque todo aquel que hace la voluntad de Dios, ese es mi hermano, y mi hermana, y mi madre.
(Marcos 3:33-35)

Por tanto, yo os protesto en el día de hoy, que estoy limpio de la sangre de todos; porque no he rehuido anunciaros todo el consejo de Dios.
(Hechos 20:26-27)

En él, Dios nos escogió antes de la fundación del mundo, para que en su presencia seamos santos e intachables. Por amor nos predestinó para que por medio de Jesucristo fuéramos adoptados como hijos suyos, según el beneplácito de su voluntad, para alabanza de la gloria de su gracia, con la cual nos hizo aceptos en el Amado.
(Efesios 1:4-6)

Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús.
(1 Tesalonicenses 5:18)

La voluntad de Dios es que ustedes sean santificados, que se aparten de toda inmoralidad sexual.
(1 Tesalonicenses 4:3)

La voluntad de Dios es que ustedes practiquen el bien, para que así hagan callar la ignorancia de la gente insensata.
(1 Pedro 2:15)

Porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad.
(Filipenses 2:13)

Así que Jotam se hizo fuerte, porque preparó sus caminos delante de Jehová su Dios.
(2 Crónicas 27:6)

Señor y Dios de Israel, no hay en los cielos ni en la tierra otro Dios como tú, pues tú cumples tu pacto y tienes misericordia de quienes te honran y te obedecen de todo corazón.
(1 Reyes 8:23)

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