32 versículos sobre servir a Dios (con alegría y propósito)


Equipo de Bibliaon
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¡Servir a Dios es un privilegio! Cuando servimos a Dios, le expresamos nuestro amor y nuestro agradecimiento por habernos salvado y perdonado. El servicio a Dios es una forma de adoración. Sirviendo a Dios y a nuestros hermanos, mostramos nuestra gratitud por todo lo que Dios nos ha dado.

Si alguno me sirve, sígame; donde yo esté, allí también estará mi servidor. Si alguno me sirve, mi Padre lo honrará.
(Juan 12:26)

Servir a Dios implica un compromiso de seguirle y de obedecerle de todo corazón.

Si algo demanda diligencia, no seamos perezosos; sirvamos al Señor con espíritu ferviente.
(Romanos 12:11)

El servicio a Dios debe hacerse con pasión, con entrega total, con corazón dispuesto, impulsado por el amor y la gratitud. Él entregó todo por nosotros: debemos servirle con todo nuestro ser.

¡Sirvan al Señor con alegría!
¡Vengan a su presencia con regocijo!
(Salmo 100:2)

Somos llamados a servir a Dios con alegría y gozo. ¿Es esa mi actitud cuando sirvo a Dios o a mis hermanos en la fe?

Sirvan al Señor con reverencia
y ríndanle culto con temor reverente.
(Salmo 2:11)

Al servir al Señor reconocemos su santidad, su grandeza y su poder. Él merece ser servido, alabado y adorado. Nuestro servicio a él debe ser hecho como una ofrenda humilde y reverente.

Por lo tanto, mis queridos hermanos, manténganse firmes e inconmovibles, progresando siempre en la obra del Señor, conscientes de que su trabajo en el Señor no es en vano.
(1 Corintios 15:58)

Ningún trabajo hecho para el Señor es en vano. A su debido tiempo, veremos el fruto. Perseveremos en nuestro servicio a Dios, manteniendo nuestra mirada puesta en él.

Y todo lo que hagan, háganlo de corazón, como para el Señor y no como para la gente, 24 porque ya saben que el Señor les dará la herencia como recompensa, pues ustedes sirven a Cristo el Señor.
(Colosenses 3: 23-24)

Los hijos de Dios debemos hacer todo como para el Señor, no para la gente. De esa forma, daremos siempre lo mejor y de buena gana, como ofrenda de servicio a Dios.

Entonces los justos le preguntarán: “Señor, ¿cuándo te vimos con hambre, y te dimos de comer; o con sed, y te dimos de beber? 38 ¿Y cuándo te vimos forastero, y te recibimos; o desnudo, y te cubrimos? 39 ¿Cuándo te vimos enfermo, o en la cárcel, y te visitamos?” 40 Y el Rey les responderá: “De cierto les digo que todo lo que hicieron por uno de mis hermanos más pequeños, por mí lo hicieron.”
(Mateo 25:37-40)

Servimos a Dios cuando servimos a los demás. Tengamos un corazón dispuesto que busca oportunidades para ayudar y bendecir al prójimo en el nombre del Señor y para su gloria.

Todos deben considerarnos servidores de Cristo y administradores de los misterios de Dios.
(1 Corintios 4:1)

Entonces ustedes se volverán a mí, y sabrán distinguir entre los justos y los malvados, entre los que sirven a Dios y los que no le sirven.
(Malaquías 3:18)

Jesús le respondió: «Escrito está: “Al Señor tu Dios adorarás, y a él sólo servirás.”»
(Lucas 4:8)

¿Busco acaso el favor de la gente, o el favor de Dios? ¿O trato acaso de agradar a la gente? ¡Si todavía buscara yo agradar a la gente, no sería siervo de Cristo!
(Gálatas 1:10)

Pero los exhorto a temer al Señor y a servirle fielmente y de todo corazón, recordando los grandes beneficios que él ha hecho en favor de ustedes.
(1 Samuel 12:24)

Pero entre ustedes no debe ser así. Más bien, aquel de ustedes que quiera hacerse grande será su servidor; 27 y aquel de ustedes que quiera ser el primero, será su esclavo. 28 Imiten al Hijo del Hombre, que no vino para ser servido, sino para servir y para dar su vida en rescate por muchos.
(Mateo 20:26-28)

Amado, procedes fielmente cuando prestas algún servicio a los hermanos, especialmente a los desconocidos, 6 los cuales han dado testimonio de tu amor, ante la iglesia. Bien harás en encaminarlos para que continúen su viaje, como lo merece su servicio a Dios.
(3 Juan 1:5-6)

No actúen así sólo cuando los estén mirando, como los que quieren agradar a la gente, sino como siervos de Cristo que de corazón hacen la voluntad de Dios. 7 Cuando sirvan, háganlo de buena gana, como quien sirve al Señor y no a los hombres.
(Efesios 6:6-7)

Solamente les pido que cumplan fielmente el mandamiento y la ley que Moisés, siervo del Señor, les dio: que amen al Señor nuestro Dios, y que se mantengan en todos sus caminos; que cumplan sus mandamientos y lo sigan solamente a él, y que le sirvan con todo su corazón y con toda su alma.
(Josué 22:5)

En efecto, nosotros somos colaboradores al servicio de Dios; y ustedes son el campo de cultivo de Dios, son el edificio de Dios.
(1 Corintios 3:9)

Ustedes deben ir en pos del Señor su Dios, y temerlo sólo a él. Deben cumplir sus mandamientos y atender su voz. Sólo a él deben servir; sólo a él deben seguir.
(Deuteronomio 13:4)

Así que, hermanos, yo les ruego, por las misericordias de Dios, que se presenten ustedes mismos como un sacrificio vivo, santo y agradable a Dios. ¡Así es como se debe adorar a Dios!
(Romanos 12:1)

Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, 17 a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra.
(2 Timoteo 3:16-17)

Y ahora, Israel, ¿qué es lo que el Señor tu Dios pide de ti? Solamente que temas al Señor tu Dios, que vayas por todos sus caminos, y que ames y sirvas al Señor tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma; 13 que cumplas sus mandamientos y estatutos, los cuales hoy te ordeno cumplir, para que tengas prosperidad.
(Deuteronomio 10:12-13)

Por todo esto, respeten y honren al Señor. Sírvanle con integridad y de todo corazón.
(Josué 24:14a)

Pero me servirán a mí, el Señor su Dios, y yo bendeciré tu pan y tus aguas, y quitaré de en medio de ti toda enfermedad.
(Éxodo 23:25)

Nadie puede servir a dos amos, pues odiará a uno y amará al otro, o estimará a uno y menospreciará al otro. Ustedes no pueden servir a Dios y a las riquezas.
(Mateo 6:24)

Hagan uso de su libertad, pero no la usen como pretexto para hacer lo malo, sino para servir a Dios.
(1 Pedro 2:16)

¡Dichosos los siervos a los que su señor encuentra pendientes de su regreso! De cierto les digo que se ajustará la ropa, los hará sentarse a la mesa, y él mismo vendrá a servirles. 38 Dichosos los siervos a los que su señor encuentre así, aunque llegue a la medianoche o en la madrugada.
(Lucas 12:37-38)

Me fijaré en los que son fieles, y conmigo vivirán;
sólo me servirán los que vayan por el buen camino.
(Salmo 101:6)

Allí no habrá maldición. El trono de Dios y del Cordero estará en medio de ella, y sus siervos lo adorarán.
(Apocalipsis 22:3)

¡cuánto más la sangre de Cristo, que por medio del Espíritu eterno se ofreció a sí mismo sin mancha a Dios, limpiará de obras muertas nuestra conciencia, para que sirvamos al Dios vivo!
(Hebreos 9:14)

Doy gracias al que me fortalece, Cristo Jesús nuestro Señor, pues me consideró digno de confianza al ponerme a su servicio.
(1 Timoteo 1:12)

Cuando llegue el momento, devolveré a los pueblos la pureza de labios, para que todos invoquen mi nombre y me sirvan con espíritu unánime.
(Sofonías 3:9)

Ezequías, por su parte, habló con mucho cariño a todos los levitas hábiles en el servicio del Señor, y durante siete días comieron de lo sacrificado en la fiesta solemne, y ofrecieron sacrificios de paz y dieron gracias al Señor y Dios de sus padres.
(2 Crónicas 30:22)

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