El vínculo entre padres e hijos es muy especial y es uno que influye grandemente en nuestro desarrollo personal. La Biblia instruye tanto a los padres como a los hijos para que puedan desarrollar una relación saludable que refleje su amor, su cuidado y comprensión.
Hijos, obedeced en el Señor a vuestros padres, porque esto es justo. Honra a tu padre y a tu madre, que es el primer mandamiento con promesa; para que te vaya bien, y seas de larga vida sobre la tierra. Y vosotros, padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos, sino criadlos en disciplina y amonestación del Señor.
(Efesios 6:1-4)
Cuando honramos, respetamos y apreciamos a nuestros padres, obedecemos a Dios y recibimos bendición. Padres e hijos que aman a Dios, se amarán entre ellos y serán un ejemplo precioso para todos los que están a su alrededor.
He aquí, herencia de Jehová son los hijos;
Cosa de estima el fruto del vientre.
Como saetas en mano del valiente,
Así son los hijos habidos en la juventud.
Bienaventurado el hombre que llenó su aljaba de ellos;
No será avergonzado
Cuando hablare con los enemigos en la puerta.
(Salmo 127:3-5)
Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón; y las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes.
(Deuteronomio 6:6-7)
Hijos, obedeced a vuestros padres en todo, porque esto agrada al Señor. Padres, no exasperéis a vuestros hijos, para que no se desalienten.
(Colosenses 3:20-21)
Como el padre se compadece de los hijos,
Se compadece Jehová de los que le temen.
(Salmo 103:13)
Corona de los viejos son los nietos,
Y la honra de los hijos, sus padres.
(Proverbios 17:6)
Instruye al niño en su camino,
Y aun cuando fuere viejo no se apartará de él.
(Proverbios 22:6)
El que detiene el castigo, a su hijo aborrece;
Mas el que lo ama, desde temprano lo corrige.
(Proverbios 13:24)
Oíd, hijos, la enseñanza de un padre,
Y estad atentos, para que conozcáis cordura.
(Proverbios 4:1)
Camina en su integridad el justo;
Sus hijos son dichosos después de él.
(Proverbios 20:7)
¿Qué hombre hay de vosotros, que si su hijo le pide pan, le dará una piedra? ¿O si le pide un pescado, le dará una serpiente?
(Mateo 7:9-10)
Oye, hijo mío, la instrucción de tu padre,
Y no desprecies la dirección de tu madre.
(Proverbios 1:8)
Oye a tu padre, a aquel que te engendró;
Y cuando tu madre envejeciere, no la menosprecies.
(Proverbios 23:22)
Mucho se alegrará el padre del justo,
Y el que engendra sabio se gozará con él.
Alégrense tu padre y tu madre,
Y gócese la que te dio a luz.
(Proverbios 23:24-25)
Por otra parte, tuvimos a nuestros padres terrenales que nos disciplinaban, y los venerábamos. ¿Por qué no obedeceremos mucho mejor al Padre de los espíritus, y viviremos?
(Hebreos 12:9)
El hijo sabio alegra al padre;
Mas el hombre necio menosprecia a su madre.
(Proverbios 15:20)
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