El arrepentimiento es la clave para un cambio de vida. Cuando nos arrepentimos, reconocemos nuestros pecados y los rechazamos, eligiendo vivir de otra manera. Con la ayuda de Dios, el arrepentimiento conduce a una vida nueva.
1. El que se arrepiente será salvo
Por lo tanto, arrepiéntanse y vuélvanse a Dios, para que sus pecados les sean perdonados y Dios haga venir sobre ustedes tiempos de alivio y les envíe a Cristo Jesús, que ya les fue anunciado.
(Hechos 3:19-20)
El arrepentimiento es un gran paso en nuestras vidas. Sin arrepentimiento no hay perdón y sin perdón no hay forma de acercarse a Dios. Él quiere perdonarte, acércate a él.
2. Dios perdona a los que se arrepienten
Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados y limpiarnos de toda maldad.
(1 Juan 1:9)
Dios es fiel, confía en él. Cuando nos arrepentimos de corazón, Dios nos perdona. Él limpia nuestros corazones y nos purifica de todo pecado. Ahora bien, para ello necesitamos confesar nuestros pecados con humildad. Pero recuerda siempre que Dios está dispuesto a perdonarte.
3. El arrepentimiento trae vida
Yo no quiero la muerte de nadie. ¡Conviértanse, y vivirán! Lo afirma el Señor omnipotente.
(Ezequiel 18:32)
El pecado lleva a la muerte, pero el arrepentimiento lleva a la vida. Cuando nos arrepentimos y creemos en Jesús como nuestro salvador, recibimos el perdón y la vida eterna. ¡El arrepentimiento nos libera de la muerte!
4. La cura para el pecado
No son los sanos los que necesitan médico, sino los enfermos - les contestó Jesús-. No he venido a llamar justos, sino a pecadores para que se arrepientan.
(Lucas 5:31-32)
El pecado es como una enfermedad que nos infecta y destruye. Pero el arrepentimiento es el primer paso hacia la curación. Jesús es el médico que salva la vida de los que se arrepienten.
5. El perdón y el Espíritu Santo
Arrepiéntase y bautícese cada uno de ustedes en el nombre de Jesucristo para perdón de sus pecados - contestó Pedro-, y recibirán el don del Espíritu Santo.
(Hechos 2:38)
Dios perdona a los que se arrepienten y les da una bendición especial: el Espíritu Santo. Cuando nos arrepentimos, somos salvos y recibimos al Espíritu Santo en nuestros corazones. Él nos guía y nos enseña a vivir para Dios.
6. Arrepiéntete mientras hay tiempo
Decía: «Arrepiéntanse, porque el reino de los cielos está cerca».
(Mateo 3:2)
El reino de los cielos se acerca. Y solo los salvos podrán entrar en él. El arrepentimiento abre la puerta a la eternidad, para que podamos disfrutar de toda la bondad y la justicia de Dios. Si todavía no te has arrepentido de tus pecados, ¡no lo dejes para mañana!
7. Arrepentirse de los pecados es dar un paso adelante
Por tanto, confesaré mi maldad,
Y me contristaré por mi pecado.
(Salmo 38:18)
Puede parecer extraño, pero cuando confesamos nuestros pecados, avanzamos y no retrocedemos. El pecado nos impide avanzar en la fe y acercarnos a Dios. Cuando pedimos perdón a Dios, el Señor derriba la barrera que el pecado ha creado.
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