El poder de Dios no tiene comparación. Él cambia en un momento lo que tú y yo no podemos cambiar en toda una vida. Cuando experimentamos el poder de Dios en nuestras vidas, todo se transforma. La mayor demostración del poder del Señor fue la victoria de Jesús sobre la muerte, que garantiza la vida eterna en comunión con Dios para todos los que creen.
Una vez habló Dios;
Dos veces he oído esto:
Que de Dios es el poder.
(Salmo 62:11)
Esto es sólo una muestra de su inmenso poder;
lo que de él sabemos es apenas un susurro.
La fuerza de su poder ¿quién puede comprenderla?
(Job 26:14)
Con su poder, el Señor hizo la tierra;
con su saber, puso orden en el mundo;
con su sabiduría, extendió los cielos.
(Jeremías 10:12)
Él, aunque fue crucificado en debilidad, vive por el poder de Dios. Y nosotros, aunque también somos débiles en él, viviremos con él por el poder de Dios para el bien de ustedes.
(2 Corintios 13:4)
¡Que llegue a tu presencia el clamor de los cautivos!
Por tu gran poder, ¡salva la vida de los sentenciados a muerte!
(Salmo 79:11)
Y así como Dios levantó al Señor, también nos levantará a nosotros con su poder.
(1 Corintios 6:14)
El Señor está en medio de ti, y te salvará con su poder; por ti se regocijará y se alegrará; por amor guardará silencio, y con cánticos se regocijará por ti.
(Sofonías 3:17)
Pero si yo expulso a los demonios por el poder de Dios, ciertamente el reino de Dios ha llegado a ustedes.
(Lucas 11:20)
El Señor sacó de Egipto a los israelitas.
¡Su misericordia permanece para siempre!
Lo hizo con mano fuerte y brazo extendido.
¡Su misericordia permanece para siempre!
(Salmo 136:11-12)
El mensaje de la cruz es ciertamente una locura para los que se pierden, pero para los que se salvan, es decir, para nosotros, es poder de Dios.
(1 Corintios 1:18)
Esto es verdad, y lo sé.
¿Cómo puede el hombre justificarse ante Dios?
De ninguna manera pretendo contender con él,
porque no podría responderle una cosa entre mil.
Su corazón es sabio, y grande es su poder;
nadie puede desafiarlo y salir bien librado.
(Job 9:2-4)
Confíen siempre en el Señor,
porque él es la Roca eterna.
(Isaías 26:4)
Yo soy el que ha creado la luz y las tinieblas; yo soy el que hace la paz y crea la adversidad. Yo, el Señor, soy el que hace todo esto.
(Isaías 45:7)
Por lo demás, hermanos míos, manténganse firmes en el Señor y en el poder de su fuerza.
(Efesios 6:10)
Jesús los miró y les dijo: «Para los hombres, esto es imposible; pero para Dios todo es posible.»
(Mateo 19:26)
Servimos con pureza, conocimiento, paciencia y bondad; en el Espíritu Santo y en amor sincero; con palabras de verdad y con el poder de Dios; con armas de justicia, tanto ofensivas como defensivas;
(2 Corintios 6:6-7)
Por su poder, él nos gobierna para siempre;
sus ojos vigilan atentamente a las naciones;
por eso los rebeldes no lograrán levantarse.
(Salmo 66:7)
No podemos comprender al Todopoderoso;
grande es su poder, y grande es su justicia.
(Job 37:23)
De ti proceden las riquezas y la gloria. Tú dominas sobre todo. En tu mano están la fuerza y el poder, y en tu mano también está el engrandecer y el dar poder a todos.
(1 Crónicas 29:12)
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