Cuando la Biblia habla sobre llamado, se refiere casi siempre al llamado de Dios en la vida del creyente. Se utiliza también el término vocación, aquello a lo que el cristiano ha sido llamado.
Fue él quien nos salvó y nos llamó con santo llamamiento, no conforme a nuestras obras sino conforme a su propio propósito y gracia, la cual nos fue dada en Cristo Jesús antes del comienzo del tiempo.
(2 Timoteo 1:9)
A esto los llamó por medio de nuestro evangelio, para que alcanzaran la gloria de nuestro Señor Jesucristo.
(2 Tesalonicenses 2:14)
Aquel que los llama es fiel, y cumplirá todo esto.
(1 Tesalonicenses 5:24)
Pido también que Dios les dé la luz necesaria para que sepan cuál es la esperanza a la cual los ha llamado, cuáles son las riquezas de la gloria de su herencia en los santos.
(Efesios 1:18)
Por eso yo, prisionero en el Señor, les exhorto a que anden como es digno del llamamiento con que fueron llamados.
(Efesios 4:1)
Prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús.
(Filipenses 3:14)
Y les hemos recomendado vivir con dignidad ante Dios, que los llamó a su reino y gloria.
(1 Tesalonicenses 2:12)
Ustedes no me eligieron a mí. Más bien, yo los elegí a ustedes, y los he puesto para que vayan y lleven fruto, y su fruto permanezca; para que todo lo que pidan al Padre en mi nombre, él se lo conceda.
(Juan 15:16)
Consideren, hermanos, su llamamiento: No muchos de ustedes son sabios, según los criterios humanos, ni son muchos los poderosos, ni muchos los nobles.
(1 Corintios 1:26)
Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados.
(Romanos 8:28)
Por tanto, hermanos santos, participantes del llamamiento celestial, consideren a Jesús, el apóstol y sumo sacerdote de nuestra confesión.
(Hebreos 3:1)
Y cuando hayan padecido por un poco de tiempo, el Dios de toda gracia, quien los ha llamado a su eterna gloria en Cristo Jesús, él mismo los restaurará, los afirmará, los fortalecerá y los establecerá.
(1 Pedro 5:10)
Por eso, hermanos, procuren aun con mayor empeño hacer firme su llamamiento y elección, porque haciendo estas cosas no tropezarán jamás.
(2 Pedro 1:10)
Y ustedes fueron llamados para esto. Porque también Cristo sufrió por nosotros, con lo que nos dio un ejemplo para que sigamos sus pasos.
(1 Pedro 2:21)
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