17 versículos sobre el embarazo


El embarazo marca el comienzo de una vida preciosa, un milagro de Dios. Es un tiempo emocionante para los padres, pero también puede traer algo de ansiedad. Pero, Dios está en control y él nos ayuda cuando clamamos a él. Él cubre con su cuidado y amor al bebé desde que está en el vientre de la madre.

Porque tú formaste mis entrañas;
Tú me hiciste en el vientre de mi madre.
Te alabaré; porque formidables, maravillosas son tus obras;
Estoy maravillado,
Y mi alma lo sabe muy bien.
No fue encubierto de ti mi cuerpo,
Bien que en oculto fui formado,
Y entretejido en lo más profundo de la tierra.
(Salmo 139:13-15)

Mi embrión vieron tus ojos,
Y en tu libro estaban escritas todas aquellas cosas
Que fueron luego formadas,
Sin faltar una de ellas.
(Salmo 139:16)

La mujer cuando da a luz, tiene dolor, porque ha llegado su hora; pero después que ha dado a luz un niño, ya no se acuerda de la angustia, por el gozo de que haya nacido un hombre en el mundo.
(Juan 16:21)

He aquí, herencia de Jehová son los hijos; Cosa de estima el fruto del vientre. (Salmo 127:3)

He aquí, herencia de Jehová son los hijos;
Cosa de estima el fruto del vientre.
(Salmo 127:3)

Vino, pues, palabra de Jehová a mí, diciendo: Antes que te formase en el vientre te conocí, y antes que nacieses te santifiqué, te di por profeta a las naciones.
(Jeremías 1:4-5)

Desde el vientre de mi madre me has sostenido;
¡tú me sacaste de las entrañas de mi madre,
y para ti será siempre mi alabanza!
(Salmo 71:6)

Pero eres tú quien me dio la vida,
eres tú quien me infundió confianza
desde que era un niño de pecho.
Antes de nacer fui puesto a tu cuidado;
aun estaba yo en el vientre de mi madre,
y tú eras ya mi Dios.
(Salmo 22:9-10)

Y los bendijo Dios, y les dijo: Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra, y sojuzgadla, y señoread en los peces del mar, en las aves de los cielos, y en todas las bestias que se mueven sobre la tierra.
(Génesis 1:28)

A la mujer dijo: Multiplicaré en gran manera los dolores en tus preñeces; con dolor darás a luz los hijos; y tu deseo será para tu marido, y él se enseñoreará de ti.
(Génesis 3:16)

Así dice Jehová, tu Redentor, que te formó desde el vientre: Yo Jehová, que lo hago todo, que extiendo solo los cielos, que extiendo la tierra por mí mismo.
(Isaías 44:24)

Yo que hago dar a luz, ¿no haré nacer? dijo Jehová. Yo que hago engendrar, ¿impediré el nacimiento? dice tu Dios.
(Isaías 66:9)

¡El mismo Dios nos dio vida en el vientre!
¡A ellos y a mí nos dio forma en la matriz!
(Job 31:15)

Pero Dios me apartó desde el vientre de mi madre y me llamó por su gracia, y cuando a él le agradó...
(Gálatas 1:15)

Tú no sabes qué camino sigue el viento, ni cómo van creciendo los huesos del niño en el vientre de la mujer encinta, y tampoco entiendes las obras de Dios, que ha creado todas las cosas.
(Eclesiastés 11:5)

El Señor concede a la mujer estéril
un hogar y la alegría de tener hijos.
¡Aleluya!
(Salmo 113:9)

Ana quedó embarazada y, cuando se cumplió el tiempo, dio a luz un hijo, al que le puso por nombre Samuel, pues dijo: «Yo se lo pedí al Señor.»
(1 Samuel 1:20)

Oídme, costas, y escuchad, pueblos lejanos. Jehová me llamó desde el vientre, desde las entrañas de mi madre tuvo mi nombre en memoria.
(Isaías 49:1)

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¡Dios ama a los niños!