9 versículos y palabras sobre el diezmo (con explicación)


La práctica de dar el diezmo comenzó en el Antiguo Testamento. El pueblo de Dios debía dar al Señor la décima parte de sus cosechas y rebaños. Pero en el Nuevo Testamento no existe ninguna ley que obligue a dar la décima parte de nuestros ingresos. La gente puede elegir diezmar o no. Lo que sí somos llamados es a dar y a hacerlo de corazón, con alegría y no por obligación.

Cada uno dé como propuso en su corazón: no con tristeza, ni por necesidad, porque Dios ama al dador alegre.
(2 Corintios 9:7)

Palabra sobre el diezmo: La elección de diezmar es entre cada persona y Dios, pero si elegimos diezmar, debemos hacerlo con la actitud correcta. Dios ama al dador alegre y, por lo tanto, debemos dar nuestros diezmos con alegría. Examinemos nuestros corazones antes de traer los diezmos al altar.

Cada uno dé como propuso en su corazón: no con tristeza, ni por necesidad, porque Dios ama al dador alegre. (2 Corintios 9:7)

Y el diezmo de la tierra, así de la simiente de la tierra como del fruto de los árboles, de Jehová es; es cosa dedicada a Jehová. Y si alguno quisiere rescatar algo del diezmo, añadirá la quinta parte de su precio por ello. Y todo diezmo de vacas o de ovejas, de todo lo que pasa bajo la vara, el diezmo será consagrado a Jehová.
(Levítico 27:30-32)

Palabra sobre el diezmo: El diezmo (o diez por ciento) de todas las cosechas y rebaños pertenecía a Dios, de acuerdo con la ley en el Antiguo Testamento. Era algo sagrado, dedicado al Señor. ¿Qué quieres dedicar o consagrar a Dios en este momento? Permite que él examine tu corazón y te indique lo que debes diezmar ante él hoy.

Dad, y se os dará; medida buena, apretada, remecida y rebosando darán en vuestro regazo; porque con la misma medida con que medís, os volverán a medir.
(Lucas 6:38)

Palabra sobre el diezmo: Debemos dar generosamente, sabiendo que cuando damos, abrimos la puerta para recibir bendiciones. Quien da mucho, sea amor, dinero o tiempo, recibe como recompensa el amor, la gratitud y la alegría de ver el fruto de lo que dio. Demos con generosidad y también recibiremos de forma abundante.

...y bendito sea el Dios Altísimo, que entregó tus enemigos en tu mano. Y le dio Abram los diezmos de todo.
(Génesis 14:20)

Palabra sobre el diezmo: En ese relato de Génesis se menciona el diezmo por primera vez. Abram diezmó de todo en señal de gratitud a Dios. ¿Damos el diezmo agradeciendo a Dios por todo lo que nos ha concedido? Fijemos nuestra vista en las bendiciones abundantes que recibimos de Dios cada día y demos el diezmo como ofrenda de acción de gracias al Señor.

¿No sabéis que los que trabajan en las cosas sagradas, comen del templo, y que los que sirven al altar, del altar participan? Así también ordenó el Señor a los que anuncian el evangelio, que vivan del evangelio.
(1 Corintios 9:13-14)

Palabra sobre el diezmo: Dios ha llamado a hombres y mujeres para que lleven su evangelio a todas las personas y sirvan al pueblo de Dios. Parte de las ofrendas y los diezmos debe destinarse al sostenimiento de esas personas llamadas por Dios para ese ministerio especial. Con nuestros diezmos y ofrendas, todos contribuimos a la expansión del reino de Dios sobre la tierra.

Traed todos los diezmos al alfolí y haya alimento en mi casa; y probadme ahora en esto, dice Jehová de los ejércitos, si no os abriré las ventanas de los cielos, y derramaré sobre vosotros bendición hasta que sobreabunde.
(Malaquías 3:10)

Palabra sobre el diezmo: Esta exhortación a diezmar nos recuerda que hay bendición para el que obedece al Señor. El diezmo era obligatorio en el Antiguo Testamento y requería confianza en la generosidad de Dios. Pero Dios nunca falla. Él promete abrir las ventanas de los cielos y derramar bendición sobreabundante sobre todo el que obedece sus mandamientos.

¿Robará el hombre a Dios? Pues vosotros me habéis robado. Y dijisteis: ¿En qué te hemos robado? En vuestros diezmos y ofrendas.
(Malaquías 3:8)

Palabra sobre el diezmo: El pueblo de Dios había dejado de diezmar. Tal vez no lo veían como algo importante, pero no diezmar era robarle a Dios y era muy grave ignorar su mandato. ¿Nos ha llamado Dios a hacer algo y estamos ignorando su llamado? Es momento de arrepentimiento. Recordemos que cuando Dios nos dice que debemos hacer algo, lo mejor es obedecer.

¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque diezmáis la menta y el eneldo y el comino, y dejáis lo más importante de la ley: la justicia, la misericordia y la fe. Esto era necesario hacer, sin dejar de hacer aquello.
(Mateo 23:23)

Palabra sobre el diezmo: Ofrendar o diezmar no nos libra de obedecer lo más importante de la ley. Dios nos llama a vivir vidas llenas de justicia, a ser misericordiosos y a vivir llenos de fe en él. Sea que diezmemos o no, no olvidemos que somos llamados a vivir en amor, amando a Dios sobre todas las cosas y a nuestro prójimo como a nosotros mismos.

Honra a Jehová con tus bienes,
Y con las primicias de todos tus frutos.
(Proverbios 3:9)

Palabra sobre el diezmo: Una forma de expresar nuestro amor por Dios y nuestra confianza en él es dándole las primicias, lo primero y lo mejor de nuestro tiempo, nuestro tesoro y nuestro talento. Démosle a Dios libremente y con generosidad, pues todo lo que tenemos viene de él.

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