Biblia Online Dios nos creó a todos y nos ama. Sin embargo, no todos somos hijos de Dios. Jesús es el único hijo de Dios con derecho pleno. Pero quien acepta a Jesús como su salvador y cree en él como Señor de su vida, es adoptado como hijo de Dios. Ser hijo de Dios es un privilegio y todos sus hijos estaremos con él por la eternidad.
Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios; los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios.
(Juan 1:12-13)
Todos ustedes son hijos de Dios mediante la fe en Cristo Jesús, porque todos los que han sido bautizados en Cristo se han revestido de Cristo.
(Gálatas 3:26-27)
Para ser hijo de Dios, solo es necesario creer en Jesús y aceptarlo como Señor y salvador. Todos los que lo hacen, pasan a ser hijos de Dios y morarán con él por toda la eternidad.
Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, estos son hijos de Dios. Pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor, sino que habéis recibido el espíritu de adopción, por el cual clamamos: ¡Abba, Padre!
(Romanos 8:14-15)
Mirad cuál amor nos ha dado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios; por esto el mundo no nos conoce, porque no le conoció a él.
(1 Juan 3:1)
El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios.
(Romanos 8:16)
Si ustedes soportan la disciplina, Dios los trata como a hijos. ¿Acaso hay algún hijo a quien su padre no discipline? Pero si a ustedes se les deja sin la disciplina que todo el mundo recibe, entonces ya no son hijos legítimos, sino ilegítimos.
(Hebreos 12:7-8)
En esto se manifiestan los hijos de Dios, y los hijos del diablo: todo aquel que no hace justicia, y que no ama a su hermano, no es de Dios.
(1 Juan 3:10)
Él les preguntó: «Y ustedes, ¿quién dicen que soy yo?» Simón Pedro respondió: «¡Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente!» Entonces Jesús le dijo: «Bienaventurado eres, Simón, hijo de Jonás, porque no te lo reveló ningún mortal, sino mi Padre que está en los cielos.
(Mateo 16:15-17)
Pero cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo, nacido de mujer y nacido bajo la ley, para que redimiese a los que estaban bajo la ley, a fin de que recibiésemos la adopción de hijos. Y por cuanto sois hijos, Dios envió a vuestros corazones el Espíritu de su Hijo, el cual clama: ¡Abba, Padre!
(Gálatas 4:4-6)
Así que ya no eres esclavo, sino hijo; y si hijo, también heredero de Dios por medio de Cristo.
(Gálatas 4:7)
Pero estas se han escrito para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo, tengáis vida en su nombre.
(Juan 20:31)
Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.
(Juan 3:16)
Bienaventurados los pacificadores, porque ellos serán llamados hijos de Dios.
(Mateo 5:9)
Con todo, será el número de los hijos de Israel como la arena del mar, que no se puede medir ni contar. Y en el lugar en donde les fue dicho: Vosotros no sois pueblo mío, les será dicho: Sois hijos del Dios viviente.
(Oseas 1:10)
Esto es: No los que son hijos según la carne son los hijos de Dios, sino que los que son hijos según la promesa son contados como descendientes.
(Romanos 9:8)
Ustedes son hijos del Señor su Dios, así que no deben hacerse heridas en el cuerpo ni raparse por causa de un muerto. Tú eres un pueblo santo, y perteneces al Señor tu Dios. De entre todos los pueblos de la tierra, el Señor te ha escogido para que seas un pueblo único, un pueblo suyo.
(Deuteronomio 14:1-2)
En él, Dios nos escogió antes de la fundación del mundo, para que en su presencia seamos santos e intachables. Por amor nos predestinó para que por medio de Jesucristo fuéramos adoptados como hijos suyos, según el beneplácito de su voluntad.
(Efesios 1:4-5)
Fortalece tu fe en el Señor: