Dios es nuestro protector en medio de cualquier situación o peligro. Esa es la confianza que podemos tener sus hijos. Como Padre amoroso que él es, él nos cuida y nos acompaña en todo momento. No permitas que el temor te venza. Recuerda que sirves al Dios todopoderoso y que su mano está sobre ti siempre. Dios te protege del maligno y guardará tu alma por toda la eternidad. Confía siempre en Dios, porque él cuida de ti.
Salmo 46:1-3
Dios es nuestro amparo y nuestra fortaleza, nuestra ayuda segura en momentos de angustia. Por eso, no temeremos aunque se desmorone la tierra y las montañas se hundan en el fondo del mar; aunque rujan y se encrespen sus aguas, y ante su furia retiemblen los montes. Selah
(Salmo 46:1-3)
Salmo 33:20
Nuestra alma espera en el SEÑOR;
él es nuestra ayuda y nuestro escudo.
(Salmo 33:20)
Padre amado, en ti espero. Gracias porque tú eres mi ayuda en todo momento. Hoy me refugio en ti porque sé que tú me amas y cuidas de mí. Pon tu escudo protector a mi alrededor, que tu protección nos cubra a mí y a mi familia. En ti confío Papá. En el nombre de Jesús, amén.
Salmo 32:7
Tú eres mi refugio;
tú me protegerás del peligro
y me rodearás con cánticos de liberación. Selah
(Salmo 32:7)
Efesios 6:11
Pónganse toda la armadura de Dios para que puedan hacer frente a las artimañas del diablo.
(Efesios 6:11)
Mateo 10:29-31
¿No se venden dos gorriones por una monedita? Sin embargo, ni uno de ellos caerá a tierra sin que lo permita el Padre; y él les tiene contados a ustedes aun los cabellos de la cabeza. Así que no tengan miedo; ustedes valen más que muchos gorriones.
(Mateo 10:29-31)
Salmo 34:7
El ángel del Señor acampa en torno a los que le temen;
a su lado está para librarlos.
(Salmo 34:7)
Proverbios 18:10
Torre inexpugnable es el nombre del Señor;
a ella corren los justos y se ponen a salvo.
(Proverbios 18:10)
Gracias, Padre Dios, porque puedo acudir a ti cuando me siento en peligro y tú me cubres con tus brazos poderosos. En ti estoy realmente a salvo, gracias por tu protección. Por favor, continúa guardándome de todo mal y ayúdame a ser sabio y a andar siempre bajo tu dirección. En ti confío, Señor. En el nombre de Jesús, amén.
Salmo 16:1
Cuídame, oh Dios, porque en ti busco refugio.
(Salmo 16:1)
Salmo 121
A las montañas levanto mis ojos; ¿de dónde ha de venir mi ayuda? Mi ayuda proviene del Señor, creador del cielo y de la tierra. No permitirá que tu pie resbale; jamás duerme el que te cuida. Jamás duerme ni se adormece el que cuida de Israel. El Señor es quien te cuida, el Señor es tu sombra protectora. De día el sol no te hará daño, ni la luna de noche.
El Señor te protegerá; de todo mal protegerá tu vida. El Señor te cuidará en el hogar y en el camino, desde ahora y para siempre.
(Salmo 121)
Juan 16:33
Yo les he dicho estas cosas para que en mí hallen paz. En este mundo afrontarán aflicciones, pero ¡anímense! Yo he vencido al mundo.
(Juan 16:33)
1 Juan 5:18
Sabemos que el que ha nacido de Dios no está en pecado: Jesucristo, que nació de Dios, lo protege, y el maligno no llega a tocarlo.
(1 Juan 5:18)
2 Samuel 22:3-4
Es mi Dios, el peñasco en que me refugio.
Es mi escudo, el poder que me salva,
¡mi más alto escondite!
Él es mi protector y mi salvador.
¡Tú me salvaste de la violencia!
Invoco al Señor, que es digno de alabanza,
y quedo a salvo de mis enemigos.
(2 Samuel 22:3-4)
Deuteronomio 31:6
Sean fuertes y valientes. No teman ni se asusten ante esas naciones, pues el Señor su Dios siempre los acompañará; nunca los dejará ni los abandonará.
(Deuteronomio 31:6)
Gracias, Señor, por tu compañía en medio de cualquier situación. Mi corazón se llena de paz al saber que tú nunca me abandonarás. En medio de cualquier situación difícil, acudo a ti y me lleno de valor porque sé que tú estás conmigo y me ayudas. En ti confío, en ti soy fuerte y contigo marcho adelante, Padre amado. En el nombre de Jesús, amén.
Isaías 41:10-12
Así que no temas, porque yo estoy contigo;
no te angusties, porque yo soy tu Dios.
Te fortaleceré y te ayudaré;
te sostendré con mi diestra victoriosa.
Todos los que se enardecen contra ti
sin duda serán avergonzados y humillados;
los que se te oponen serán como nada,
como si no existieran.
Aunque busques a tus enemigos,
no los encontrarás.
Los que te hacen la guerra serán como nada,
como si no existieran.
(Isaías 41:10-12)
Isaías 46:4
Aun en la vejez, cuando ya peinen canas,
yo seré el mismo, yo los sostendré.
Yo los hice, y cuidaré de ustedes;
los sostendré y los libraré.
(Isaías 46:4)
Salmo 91:1-4
El que habita al abrigo del Altísimo
se acoge a la sombra del Todopoderoso.
Yo le digo al Señor: «Tú eres mi refugio,
mi fortaleza, el Dios en quien confío».
Solo él puede librarte de las trampas del cazador
y de mortíferas plagas,
pues te cubrirá con sus plumas
y bajo sus alas hallarás refugio.
¡Su verdad será tu escudo y tu baluarte!
(Salmo 91:1-4)
Señor amado, tú eres mi hogar, tú eres mi refugio y en ti confío en medio de cualquier situación. Guárdame del mal en este día, por favor. Ayúdame a estar atento a tu voz y a dejarme guiar por ti para no meterme en peligros innecesarios. Gracias porque tu verdad es mi escudo, tú me proteges de las mentiras del maligno que desea hacerme dudar de tu bondad y de tu poder. Mi confianza está puesta en ti hoy y por siempre. Amén.
2 Tesalonicenses 3:3
Pero el Señor es fiel, y él los fortalecerá y los protegerá del maligno.
(2 Tesalonicenses 3:3)
Juan 17:11
Ya no voy a estar por más tiempo en el mundo, pero ellos están todavía en el mundo, y yo vuelvo a ti. Padre santo, protégelos con el poder de tu nombre, el nombre que me diste, para que sean uno, lo mismo que nosotros.
(Juan 17:11)
Proverbios 30:5
Toda palabra de Dios es digna de crédito;
Dios protege a los que en él buscan refugio.
(Proverbios 30:5)
Salmo 7:10
Mi escudo está en Dios, que salva a los de corazón recto.
(Salmo 7:10)
Salmo 91:5-7
No temerás el terror de la noche,
ni la flecha que vuela de día,
ni la peste que acecha en las sombras
ni la plaga que destruye a mediodía.
Podrán caer mil a tu izquierda,
y diez mil a tu derecha,
pero a ti no te afectará.
(Salmo 91:5-7)
Isaías 54:17
No prevalecerá ninguna arma que se forje contra ti;
toda lengua que te acuse será refutada.
Esta es la herencia de los siervos del Señor,
la justicia que de mí procede —afirma el Señor—.
(Isaías 54:17)
Salmo 5:11-12
Pero que se alegren todos los que en ti buscan refugio;
¡que canten siempre jubilosos!
Extiéndeles tu protección, y que en ti se regocijen
todos los que aman tu nombre.
Porque tú, Señor, bendices a los justos;
cual escudo los rodeas con tu buena voluntad.
(Salmo 5:11-12)
Hebreos 13:6
Así que podemos decir con toda confianza:
«El Señor es quien me ayuda; no temeré.
¿Qué me puede hacer un simple mortal?»
(Hebreos 13:6)
2 Timoteo 4:18
El Señor me librará de todo mal y me preservará para su reino celestial. A él sea la gloria por los siglos de los siglos. Amén.
(2 Timoteo 4:18)
Salmo 61:1-3
Oh Dios, escucha mi clamor y atiende a mi oración.
Desde los confines de la tierra te invoco,
pues mi corazón desfallece;
llévame a una roca donde esté yo a salvo.
Porque tú eres mi refugio,
mi baluarte contra el enemigo.
(Salmo 61:1-3)
Salmo 17:6-9
A ti clamo, oh Dios, porque tú me respondes;
inclina a mí tu oído, y escucha mi oración.
Tú, que salvas con tu diestra
a los que buscan escapar de sus adversarios,
dame una muestra de tu gran amor.
Cuídame como a la niña de tus ojos;
escóndeme, bajo la sombra de tus alas,
de los malvados que me atacan,
de los enemigos que me han cercado.
(Salmo 17:6-9)
Salmo 91:11-12
Porque él ordenará que sus ángeles
te cuiden en todos tus caminos.
Con sus propias manos te levantarán
para que no tropieces con piedra alguna.
(Salmo 91:11-12)
Salmo 33:17-19
Vana esperanza de victoria es el caballo;
a pesar de su mucha fuerza no puede salvar.
Pero el Señor cuida de los que le temen,
de los que esperan en su gran amor;
él los libra de la muerte,
y en épocas de hambre los mantiene con vida.
(Salmo 33:17-19)
Salmo 119:114
Tú eres mi escondite y mi escudo;
en tu palabra he puesto mi esperanza.
(Salmo 119:114)
Salmo 23:1-4
El Señor es mi pastor, nada me falta; en verdes pastos me hace descansar. Junto a tranquilas aguas me conduce; me infunde nuevas fuerzas. Me guía por sendas de justicia por amor a su nombre. Aun si voy por valles tenebrosos, no temo peligro alguno porque tú estás a mi lado; tu vara de pastor me reconforta.
(Salmo 23:1-4)
Romanos 8:31
¿Qué diremos frente a esto? Si Dios está de nuestra parte, ¿quién puede estar en contra nuestra?
(Romanos 8:31)
Isaías 31:5
Como aves que revolotean sobre el nido,
así también el Señor Todopoderoso
protegerá a Jerusalén;
la protegerá y la librará,
la defenderá y la rescatará.
(Isaías 31:5)
Proverbios 2:6-8
Porque el Señor da la sabiduría;
conocimiento y ciencia brotan de sus labios.
Él reserva su ayuda para la gente íntegra
y protege a los de conducta intachable.
Él cuida el sendero de los justos
y protege el camino de sus fieles.
(Proverbios 2:6-8)
Salmo 34:22
El Señor libra a sus siervos;
no serán condenados los que en él confían.
(Salmo 34:22)
Proverbios 13:6
La justicia protege al que anda en integridad,
pero la maldad arruina al pecador.
(Proverbios 13:6)
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