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¿Sabes que tienes un arma muy poderosa? Se trata de tu lengua, un instrumento que puedes usar tanto para el bien como para el mal. Mira lo que la Biblia dice sobre el poder de la lengua y el cuidado que debemos tener al usarla.
Si alguien parece ser religioso y no refrena su lengua sino que engaña a su corazón, la religión del tal es vana.
(Santiago 1:26)
Dios no desea que parezcas religioso mientras tu corazón está lejos de él. Él desea tener una relación personal contigo que te transforme completamente, llenando tu corazón con su amor para que seas cada día más como Jesús. Si Dios es tu Señor, él te ayudará a frenar tu lengua y a usarla con sabiduría.
Refrenar la lengua muestra que tu amor por los demás es mayor que el deseo de tener la razón o imponer tu criterio. Llénate más de Dios y él te dará el amor que necesitas para frenar tu lengua en el momento preciso.
... porque todos ofendemos en muchas cosas. Si alguno no ofende en palabra, este es hombre cabal, capaz también de frenar al cuerpo entero.
(Santiago 3:2)
Es fácil ofender a otros cuando no vigilamos nuestras palabras. Pídele a Dios que te ayude a no ofender a los demás. Crece en empatía, hay personas que son más sensibles que otras y necesitan mayor comprensión. Busca la sabiduría del Señor en todo momento para que él te ayude a usar tus palabras para el bien de todos.
Y la lengua es un fuego; es un mundo de maldad. La lengua está puesta entre nuestros miembros y es la que contamina el cuerpo entero. Prende fuego al curso de nuestra vida y es inflamada por el infierno.
(Santiago 3:6)
En la emoción del momento, las palabras tienden a descontrolarse con facilidad, tal como sucede cuando se desata un incendio. Si no tienes cuidado ni vigilas bien lo que dices, tus conversaciones pueden volverse peligrosas rápidamente y causar mucho daño. La tentación de pecar con las palabras es grande, así que ante la duda, guarda silencio y ora. Dios te concederá sabiduría al hablar.
Pero ningún hombre puede domar su lengua; porque es un mal incontrolable, lleno de veneno mortal. Con ella bendecimos al Señor y Padre, y con ella maldecimos a los hombres que han sido creados a la semejanza de Dios. De la misma boca salen bendición y maldición. No puede ser, hermanos míos, que estas cosas sean así.
(Santiago 3:8-10)
Si no controlamos nuestras palabras, estas pueden convertirse en veneno que dañará mortalmente nuestras relaciones con los demás. Dios nos llama a usar nuestras palabras para bendecirlo a él y bendecir a los demás. Usa tus palabras para mostrar tu aprecio por los demás y para llevar ánimo a sus corazones.
La lengua apacible es árbol de vida, pero la perversidad en ella
es quebrantamiento de espíritu.
(Proverbios 15:4)
Las palabras dichas con dulzura y amabilidad traen vida, pero cuando se habla con maldad, se destruye de forma violenta. Las palabras descuidadas y ásperas pueden destruir personas, amistades, familias y naciones. Pídele a Dios que te ayude a llevar vida, a construir y a bendecir a los demás con tus palabras.
La muerte y la vida están en el poder de la lengua,
y los que gustan usarla comerán
de su fruto.
(Proverbios 18:21)
Del fruto de su boca el hombre comerá el bien,
pero el alma de los traicioneros hallará el mal.
El que guarda su boca guarda su vida, pero al que mucho abre sus labios
le vendrá ruina.
(Proverbios 13:2-3)
Sean gratos los dichos de mi boca
y la meditación de mi corazón delante de ti, oh SEÑOR,
Roca mía y Redentor mío.
(Salmo 19:14)
Pero yo les digo que en el día del juicio los hombres darán cuenta de toda palabra ociosa que hablen. Porque por tus palabras serás justificado y por tus palabras serás condenado.
(Mateo 12:36-37)
Guarda tu lengua del mal,
y tus labios de hablar engaño.
(Salmo 34:13)
Los sabios atesoran el conocimiento, pero la boca del insensato es
calamidad cercana.
(Proverbios 10:14)
Ellos afilan su lengua como espadas,
y disponen palabras amargas como flechas
(Salmo 64:3)
En las muchas palabras no falta pecado, pero el que refrena sus labios es prudente.
(Proverbios 10:19)
Plata escogida es la lengua del justo, pero el corazón de los impíos
no vale nada.
(Proverbios 10:20)
Artículos que te ayudarán a bendecir a otros y a usar tus palabras con sabiduría: