Hay situaciones que nos provocan un sentimiento de indignación profundo, pero con la ayuda de Dios, podemos controlar nuestras palabras y emociones en esos momentos. Permitamos que él nos llene de su amor y nos guíe para que logremos hablar y actuar de forma que lo glorifiquemos a él.
La respuesta amable calma la ira;
la respuesta grosera aumenta el enojo.
La lengua sabia adorna el conocimiento;
la boca de los necios profiere tonterías.
(Proverbios 15:1-2)
Deja la ira, y desecha el enojo;
No te excites en manera alguna a hacer lo malo.
Porque los malignos serán destruidos,
Pero los que esperan en Jehová, ellos heredarán la tierra.
(Salmo 37:8-9)
Airaos, pero no pequéis; no se ponga el sol sobre vuestro enojo, ni deis lugar al diablo.
(Efesios 4:26-27)
Por esto, mis amados hermanos, todo hombre sea pronto para oír, tardo para hablar, tardo para airarse; porque la ira del hombre no obra la justicia de Dios.
(Santiago 1:19-20)
El necio muestra enseguida su enojo,
pero el prudente pasa por alto el insulto.
(Proverbios 12:16)
El que tarda en airarse es grande de entendimiento;
Mas el que es impaciente de espíritu enaltece la necedad.
(Proverbios 14:29)
Mejor es el que tarda en airarse que el fuerte;
Y el que se enseñorea de su espíritu, que el que toma una ciudad.
(Proverbios 16:32)
Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo.
(Efesios 4:32)
No te apresures en tu espíritu a enojarte; porque el enojo reposa en el seno de los necios.
(Eclesiastés 7:9)
Sabio es quien cuida sus palabras;
inteligente es quien tiene un espíritu prudente.
(Proverbios 17:27)
No tengas nada que ver con gente violenta,
ni te hagas amigo de gente agresiva,
para que no imites su conducta
y tú mismo te tiendas una trampa.
(Proverbios 22:24-25)
Desechen todo lo que sea amargura, enojo, ira, gritería, calumnias, y todo tipo de maldad.
(Efesios 4:31)
Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley.
(Gálatas 5:22-23)
El odio despierta rencillas;
pero el amor cubre todas las faltas.
(Proverbios 10:12)
El necio da rienda suelta a toda su ira,
Mas el sabio al fin la sosiega.
(Proverbios 29:11)
La cordura del hombre calma su furor;
su honra es pasar por alto la ofensa.
(Proverbios 19:11)
Pero desecha las cuestiones necias e insensatas; tú sabes que generan contiendas. Y el siervo del Señor no debe ser contencioso, sino amable para con todos, apto para enseñar, sufrido.
(2 Timoteo 2:23-24)
Aprende a vencer con la ayuda del Señor: