La ansiedad puede hacer que los pequeños desafíos parezcan montañas insuperables. Preocuparse por todo lo que hay que hacer y lo que podría pasar puede resultar abrumador. Sin embargo, la Biblia ofrece una manera especial de calmar los corazones inquietos y brindar consuelo a quienes enfrentan tiempos difíciles.
1. Entrega tu ansiedad a Jesús
Echen sobre él toda su ansiedad porque él tiene cuidado de ustedes.
(1 Pedro 5:7)
Si estás ansioso, ¡díselo a Jesús! Dile al Señor lo que estás sintiendo y pídele ayuda. Entrégale el problema a Jesús.
2. Dios te da paz
No se inquieten por nada; más bien, en toda ocasión, con oración y ruego, presenten sus peticiones a Dios y denle gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, cuidará sus corazones y sus pensamientos en Cristo Jesús.
(Filipenses 4:6-7)
Cuando pides la ayuda de Dios, él te la concede. Por lo tanto, solo tienes que acudir a él y pedir. Él te escuchará y te ayudará.
3. No hay nada que temer
Aunque ande en valle de sombra de muerte,
No temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo;
Tu vara y tu cayado me infundirán aliento.
(Salmo 23:4)
En Dios tenemos seguridad de nuestra salvación, para que ni siquiera la muerte pueda amenazarnos. Dios está con nosotros y puede ayudarnos. Cuando el salmo habla de 'vara' y 'cayado', nos recuerda la imagen de un pastor, que conduce a sus ovejas por el camino más seguro. ¡Haz del Señor tu pastor!
4. Dios da alivio al alma
En la multitud de mis pensamientos dentro de mí
tus consolaciones alegraban mi alma.
(Salmo 94:19)
Si estás inmerso en la ansiedad, la incertidumbre y el miedo, ¡busca el consuelo de Dios! Al Espíritu Santo también se le llama el Consolador. Pídelo y seguro que te lo dará.
5. ¿Para qué ayuda el preocuparse?
¿Y quién de vosotros podrá con afanarse añadir a su estatura un codo? Pues si no podéis ni aun lo que es menos, ¿por qué os afanáis por lo demás?
(Lucas 12:25-26)
¡La ansiedad es sufrir antes de que suceda algo malo! Muchas cosas malas que imaginas nunca sucederán y te habrás preocupado por nada.
6. En Jesús encontramos descanso
Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar.
(Mateo 11:28
No necesitas preocuparte. Dios tiene el control de tu futuro. Él te ama y te ayudará. Confía en Dios y descansa.
7. Dios da cosas buenas
Pues si ustedes, que son malos, saben dar cosas buenas a sus hijos, ¡cuánto más su Padre que está en los cielos dará buenas cosas a los que le pidan!
(Mateo 7:11)
A veces nos sentimos inseguros sobre lo que Dios nos dará. Incluso confiamos en que él es soberano y nos da todo en nuestras vidas, pero no confiamos en que él sea bueno según nuestros estándares. Pero en realidad somos nosotros los que somos malos y tenemos nuestras expectativas corrompidas.
Dios es el mejor y también nos dará lo mejor.
8. ¡Dios es nuestro ayudador!
De manera que podemos decir confiadamente:
El Señor es mi ayudador; no temeré
Lo que me pueda hacer el hombre.
(Hebreos 13:6)
Podemos confiar en que el Señor es nuestro ayudador, nuestra ayuda en tiempos de dificultad. Cuando estés preocupado por lo que sucederá en el futuro, ¡recuerda refugiarte en Dios! La fuerza de los hombres no se puede comparar con el poder del Señor.
Más contenido para ayudarte en momentos de ansiedad: