22 versículos para no rendirse y seguir adelante


En muchas ocasiones sentimos el deseo de desistir, pero hay algo en lo que jamás debemos darnos por vencidos: seguir a Jesús. Él es nuestra salvación y nuestra motivación. Gracias a Jesucristo, sabemos que seremos recompensados si no nos damos por vencidos.

Cuando te sientas débil y quieras rendirte, recuerda al Señor Jesús. Las dificultades son muchas, pero Dios promete una recompensa mucho mayor. Quien no deje de seguir a Jesús, tendrá la gloria eterna. Sigue adelante, persevera, porque Dios está contigo siempre.

Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas.
(Josué 1:9)

Pero esforzaos vosotros, y no desfallezcan vuestras manos, pues hay recompensa para vuestra obra.
(2 Crónicas 15:7)

No perdáis, pues, vuestra confianza, que tiene grande galardón.
(Hebreos 10:35)

Por tanto, no desmayamos; antes aunque este nuestro hombre exterior se va desgastando, el interior no obstante se renueva de día en día. Porque esta leve tribulación momentánea produce en nosotros un cada vez más excelente y eterno peso de gloria; no mirando nosotros las cosas que se ven, sino las que no se ven; pues las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas.
(2 Corintios 4:16-18)

Aunque te agotes físicamente, siempre puedes renovar tu espíritu en Cristo. Llénate de su presencia cada día, pasa tiempo con él y recibirás las fuerzas que necesitas para seguir adelante.

No nos cansemos de hacer el bien, porque a su debido tiempo cosecharemos si no nos damos por vencidos.
(Gálatas 6:9)

No nos cansemos de hacer el bien, porque a su debido tiempo cosecharemos si no nos damos por vencidos. (Gálatas 6:9)

En lo que requiere diligencia, no perezosos; fervientes en espíritu, sirviendo al Señor; gozosos en la esperanza; sufridos en la tribulación; constantes en la oración.
(Romanos 12:11-12)

Mantengamos firme, sin fluctuar, la profesión de nuestra esperanza, porque fiel es el que prometió. Y considerémonos unos a otros para estimularnos al amor y a las buenas obras; no dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos; y tanto más, cuanto veis que aquel día se acerca.
(Hebreos 10:23-25)

Echa sobre Jehová tu carga, y él te sustentará;
No dejará para siempre caído al justo.
(Salmo 55:22)

Desde entonces muchos de sus discípulos volvieron atrás, y ya no andaban con él. Dijo entonces Jesús a los doce: ¿Queréis acaso iros también vosotros? Le respondió Simón Pedro: Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna. Y nosotros hemos creído y conocemos que tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente.
(Juan 6:66-69)

Cuando sabes quién es Jesús y todo lo que él te da, tu decisión es fácil. Eliges seguirlo por siempre y perseverar en él.

Bienaventurado el varón que soporta la tentación; porque cuando haya resistido la prueba, recibirá la corona de vida, que Dios ha prometido a los que le aman.
(Santiago 1:12)

Y el mismo Jesucristo Señor nuestro, y Dios nuestro Padre, el cual nos amó y nos dio consolación eterna y buena esperanza por gracia, conforte vuestros corazones, y os confirme en toda buena palabra y obra.
(2 Tesalonicenses 2:16-17)

Retén la forma de las sanas palabras que de mí oíste, en la fe y amor que es en Cristo Jesús. Guarda el buen depósito por el Espíritu Santo que mora en nosotros.
(2 Timoteo 1:13-14)

He aquí, yo vengo pronto; retén lo que tienes, para que ninguno tome tu corona.
(Apocalipsis 3:11)

Solamente esfuérzate y sé muy valiente, para cuidar de hacer conforme a toda la ley que mi siervo Moisés te mandó; no te apartes de ella ni a diestra ni a siniestra, para que seas prosperado en todas las cosas que emprendas.
(Josué 1:7)

...tiempo de buscar, y tiempo de perder; tiempo de guardar, y tiempo de desechar.
(Eclesiastés 3:6)

Pero tenemos este tesoro en vasos de barro, para que la excelencia del poder sea de Dios, y no de nosotros, que estamos atribulados en todo, mas no angustiados; en apuros, mas no desesperados; perseguidos, mas no desamparados; derribados, pero no destruidos; llevando en el cuerpo siempre por todas partes la muerte de Jesús, para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestros cuerpos. Porque nosotros que vivimos, siempre estamos entregados a muerte por causa de Jesús, para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestra carne mortal.
(2 Corintios 4:7-11)

De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.
(2 Corintios 5:17)

Todo lo puedo en Cristo que me fortalece.
(Filipenses 4:13)

Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio.
(2 Timoteo 1:7)

Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo.
(Juan 16:33)

Dios es nuestro amparo y fortaleza,
Nuestro pronto auxilio en las tribulaciones.
Por tanto, no temeremos, aunque la tierra sea removida,
Y se traspasen los montes al corazón del mar;
Aunque bramen y se turben sus aguas,
Y tiemblen los montes a causa de su braveza. Selah
(Salmo 46:1-3)

Te haré entender, y te enseñaré el camino en que debes andar;
Sobre ti fijaré mis ojos.
(Salmo 32:8)

¡No te des por vencido! ¡Persevera en el Señor!