Princesa del Señor, Dios te protege como a la niña de sus ojos, eres amada y preciosa para él. Mira esta selección de versículos sobre ser una princesa del Señor y recuerda que Dios te ama y cuida de ti.
Toda tú eres hermosa, amiga mía, y en ti no hay mancha.
(Cantares 4:7)
Ahora pues, no temas, hija mía; yo haré contigo lo que tú digas, pues toda la gente de mi pueblo sabe que eres mujer virtuosa.
(Rut 3:11)
Muchas mujeres han hecho el bien, pero tú sobrepasas a todas.
(Proverbios 31:29)
Fuerza y honor son su vestidura,
y se ríe de lo porvenir.
(Proverbios 31:25)
Es más valiosa que las perlas; nada de lo que desees podrá compararse con ella.
(Proverbios 3:15)
Dios está en medio de ella;
no será movida.
Dios la ayudará al clarear la mañana.
(Salmo 46:5)
Guárdame como a la niña de tu ojo;
escóndeme bajo la sombra de tus alas.
(Salmo 17:8)
Consideren los lirios, cómo crecen. No trabajan ni hilan; y les digo que ni aun Salomón, con toda su gloria, fue vestido como uno de ellos. Si Dios viste así la hierba que hoy está en el campo y mañana es echada en el horno, ¡cuánto más hará por ustedes, hombres de poca fe!
Ustedes, pues, no busquen qué han de comer o qué han de beber, ni estén ansiosos. Porque todas estas cosas busca la gente del mundo, pero su Padre sabe que necesitan estas cosas.
(Lucas 12:27-30)
Engañosa es la gracia y vana es la hermosura;
la mujer que teme al SEÑOR, ella será alabada.
(Proverbios 31:30)
Su adorno no sea el exterior, con arreglos ostentosos del cabello y adornos de oro ni en vestir ropa lujosa; sino que sea la persona interior del corazón en lo incorruptible de un espíritu tierno y tranquilo. Esto es de gran valor delante de Dios.
(1 Pedro 3:3-4)
Bienaventurada la que creyó, porque se cumplirá lo que le ha sido dicho de parte del Señor.
(Lucas 1:45)
Nuestros hijos sean como plantas crecidas en su juventud,
y nuestras hijas como columnas labradas de las esquinas de un palacio.
(Salmo 144:12)
Porque así ha dicho Jehová de los ejércitos: Tras la gloria me enviará él a las naciones que os despojaron; porque el que os toca, toca a la niña de su ojo.
(Zacarías 2:8)
Guarda mis mandamientos y vivirás; guarda mi enseñanza como a la niña de tus ojos.
(Proverbios 7:2)
Le halló en tierra de desierto,
Y en yermo de horrible soledad;
Lo trajo alrededor, lo instruyó,
Lo guardó como a la niña de su ojo.
(Deuteronomio 32:10)
Princesa del Señor, fortalece tu fe en Dios: