Ser un hombre de Dios significa seguir a Dios y obedecer sus mandamientos por amor a él. Dios se complace en los hombres que viven con rectitud, rechazan el pecado y hacen el bien. Jesús nos ayuda, no estamos solos. Él cambia nuestros corazones y nos moldea para que seamos hombres de Dios.
Mas tú, oh hombre de Dios, huye de estas cosas, y sigue la justicia, la piedad, la fe, el amor, la paciencia, la mansedumbre.
(1 Timoteo 6:11)
Ninguno tenga en poco tu juventud, sino sé ejemplo de los creyentes en palabra, conducta, amor, espíritu, fe y pureza.
(1 Timoteo 4:12)
Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de malos,
Ni estuvo en camino de pecadores,
Ni en silla de escarnecedores se ha sentado;
Sino que en la ley de Jehová está su delicia,
Y en su ley medita de día y de noche.
Será como árbol plantado junto a corrientes de aguas,
Que da su fruto en su tiempo,
Y su hoja no cae;
Y todo lo que hace, prosperará.
No así los malos,
Que son como el tamo que arrebata el viento.
Por tanto, no se levantarán los malos en el juicio,
Ni los pecadores en la congregación de los justos.
Porque Jehová conoce el camino de los justos;
Mas la senda de los malos perecerá.
(Salmo 1:1-6)
Velad, estad firmes en la fe; portaos varonilmente, y esforzaos. Todas vuestras cosas sean hechas con amor.
(1 Corintios 16:13-14)
Oh hombre, él te ha declarado lo que es bueno, y qué pide Jehová de ti: solamente hacer justicia, y amar misericordia, y humillarte ante tu Dios.
(Miqueas 6:8)
Y sabemos que Dios no oye a los pecadores; pero si alguno es temeroso de Dios, y hace su voluntad, a ese oye.
(Juan 9:31)
¿Cómo puede el joven limpiar su camino?
¡Obedeciendo tu palabra!
Yo te he buscado de todo corazón;
¡no dejes que me aparte de tus mandamientos!
En mi corazón he atesorado tus palabras,
para no pecar contra ti.
¡Bendito seas, Señor!
¡Permíteme aprender tus estatutos!
Con mis labios siempre proclamo
todas las sentencias que has dictado.
Me alegra seguir el camino de tus testimonios
más que poseer muchas riquezas.
Siempre medito en tus mandamientos,
y fijo mi atención en tus sendas.
Mi alegría es el cumplir tus estatutos;
¡nunca me olvido de tus palabras!
(Salmo 119:9-16)
En el rostro del entendido aparece la sabiduría;
Mas los ojos del necio vagan hasta el extremo de la tierra.
(Proverbios 17:24)
Estas son las generaciones de Noé: Noé, varón justo, era perfecto en sus generaciones; con Dios caminó Noé.
(Génesis 6:9)
Hubo en tierra de Uz un varón llamado Job; y era este hombre perfecto y recto, temeroso de Dios y apartado del mal.
(Job 1:1)
Hubo un hombre enviado de Dios, el cual se llamaba Juan. Este vino por testimonio, para que diese testimonio de la luz, a fin de que todos creyesen por él.
(Juan 1:6-7)
Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios; los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios.
(Juan 1:12-13)
En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos, y renovaos en el espíritu de vuestra mente, y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad.
(Efesios 4:22-24)
Tomó, pues, Jehová Dios al hombre, y lo puso en el huerto de Edén, para que lo labrara y lo guardase.
(Génesis 2:15)
El hombre bueno, del buen tesoro de su corazón saca lo bueno; y el hombre malo, del mal tesoro de su corazón saca lo malo; porque de la abundancia del corazón habla la boca.
(Lucas 6:45)
porque el ejercicio corporal para poco es provechoso, pero la piedad para todo aprovecha, pues tiene promesa de esta vida presente, y de la venidera.
(1 Timoteo 4:8)
Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí.
(Gálatas 2:20)
Hombre de Dios, fortalece tu fe: