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A nadie le gusta estar enfermo. La enfermedad nos desanima y altera nuestros planes. ¡Pero la enfermedad no es señal de que Dios te ha abandonado! En tiempos de dolor, enfermedad y dolencia, la Biblia tiene palabras de aliento y sanación.
1. Jesús entiende tu sufrimiento
Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados.
(Isaías 53:5)
Jesús sabe lo que es sentir mucho dolor. Él entiende por lo que estás pasando y está contigo. Ánimo, él te acompaña en tu dolor y quiere confortarte.
2. Dios restaura
Bienaventurado el que piensa en el pobre;
En el día malo lo librará Jehová.
Jehová lo guardará, y le dará vida;
Será bienaventurado en la tierra,
Y no lo entregarás a la voluntad de sus enemigos.
Jehová lo sustentará sobre el lecho del dolor;
Mullirás toda su cama en su enfermedad.
(Salmo 41:1-3)
Dios puede sanarte de tu enfermedad. Nada es imposible para Dios. Él te ama y quiere hacer muchos milagros en tu vida.
3. Para Dios, todo es posible
Y mirándolos Jesús, les dijo: Para los hombres esto es imposible; mas para Dios todo es posible.
(Mateo 19:26)
¡Todo es posible con Dios! Este puede ser un momento difícil, pero pon tu fe en Dios. Solo él tiene el poder de revertir cualquier situación. ¡Nada es imposible para él!
4. La oración lo cambia todo
Y la oración de fe salvará al enfermo, y el Señor lo levantará; y si hubiere cometido pecados, le serán perdonados.
(Santiago 5:15)
La oración de los justos es poderosa. No pierdas el ánimo: ora con fe y cree, porque el Señor te puede levantar y sanar.
5. Dios es tu socorro
Mi Señor y Dios,
te pedí ayuda, y tú me sanaste.
(Salmo 30:2)
Es en los momentos más difíciles cuando se pone a prueba nuestra fe. ¿A quién recurrimos cuando parece que las cosas no van bien? Busca los brazos del Señor. ¡Él es tu refugio, tu consuelo y tu medicina!
6. Jesús es tu fuerza
Y me ha dicho: Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad.
(2 Corintios 12:9a)
Jesús te sustentará cuando sientas que no tienes más fuerzas. En su infinita gracia, él traerá a tu vida su consuelo, aliento y paz.
7. Encuentra descanso en Dios
Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar.
(Mateo 11:28)
En la enfermedad, en el dolor, en el cansancio: Jesús da alivio y descanso. Cobra ánimo y descansa en él.
8. La fe en Jesús es el mejor remedio
Y él le dijo: Hija, tu fe te ha hecho salva; ve en paz, y queda sana de tu azote.
(Marcos 5:34)
La fe en Cristo Jesús es el primer paso hacia la curación. Sin fe es imposible agradar al Señor. La fe es el combustible que nos da esperanza y mueve el corazón de Dios.
9. La enfermedad no durará por siempre
Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras cosas pasaron.
(Apocalipsis 21:4)
Incluso si tienes una enfermedad incurable, tienes esperanza. Un día, en el cielo, tu salud será completamente restaurada. ¡No habrá más enfermedad ni sufrimiento, solo alegría y gozo en el Señor! Permite que esa maravillosa verdad traiga ánimo y aliento a tu corazón.
10. No estás solo
Cercano está Jehová a los quebrantados de corazón;
Y salva a los contritos de espíritu.
(Salmo 34:18)
11. El Señor sana
¡Sáname, Señor, y recobraré la salud! ¡Sálvame, y quedaré a salvo! ¡Tú eres la razón de mi alabanza!
(Jeremías 17:14)
Clama al Señor. Él quiere hacer un milagro en tu vida. Que el Señor siga siendo el motivo de tu alabanza.
12. Dios quiere aliviar tu dolor
Echa sobre Jehová tu carga, y él te sustentará;
No dejará para siempre caído al justo.
(Salmo 55:22)
Jesús puede aliviar tu dolor. Lleva tu situación ante Dios y recibe su paz. Él es fuerte y poderoso y puede llevar tus cargas. No te desanimes, él te sustenta y te levantará.
13. Ponte en las manos de Dios
Encomienda a Jehová tu camino,
Y confía en él; y él hará.
(Salmo 37:5)
Deja que Dios tenga el control de tu vida. Confía en él, porque en su momento, él obrará. El desafío puede ser grande, pero los planes de Dios son mayores.
14. Jesús te puede sanar
«Señor, mi criado yace en casa, paralítico y con muchos sufrimientos.» Jesús le dijo: «Iré a sanarlo.»
(Mateo 8:6-7)
No importa tu condición, ¡Jesús quiere sanarte! Él sanó y todavía sana. Cree y mantente firme en la fe. Si está en su voluntad sanarte, él lo hará. Confía en su amor y ten ánimo.
15. Tu victoria es para la gloria de Dios
Enviaron, pues, las hermanas para decir a Jesús: Señor, he aquí el que amas está enfermo. Oyéndolo Jesús, dijo: Esta enfermedad no es para muerte, sino para la gloria de Dios, para que el Hijo de Dios sea glorificado por ella.
(Juan 11:3-4)
No sabemos cuáles son los planes de Dios para nuestras vidas, pero sabemos que él ha preparado lo mejor para nosotros. Es con esta convicción en nuestro corazón que debemos avanzar con fe. ¡Las dificultades ocurren para que Dios pueda ser glorificado! En el momento oportuno glorificarás el nombre de Dios.
Recibe ánimo y fortaleza para los momentos de enfermedad: