Mantener la familia unida es un desafío para todos. Cada miembro tiene su rol y responsabilidades: el padre debe amar y respetar a la madre, la madre debe amar y respetar a su esposo, los hijos deben respetar y obedecer a sus padres y todos deben amar a Dios.
Una familia unida crece y gana junta. Aquí hay versículos y mensajes cristianos para fortalecer los lazos familiares y superar juntos las dificultades.
1. Edifica tu familia con la Palabra de Dios
Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra.
(2 Timoteo 3:16-17)
La Palabra de Dios es la mejor referencia para construir una familia bendecida. Con las enseñanzas de la Biblia aprendemos a conducir nuestras relaciones de manera saludable. También nos ayuda a educar a nuestros hijos en el camino que produce buenos frutos. Instrucción, corrección y un futuro lleno de esperanza, estos son algunos de los elementos que la Palabra de Dios aporta a la edificación de tu familia.
2. Palabra para apaciguar a la familia
Hijos, obedeced en el Señor a vuestros padres, porque esto es justo. Honra a tu padre y a tu madre, que es el primer mandamiento con promesa.
(Efesios 6:1-2)
Y vosotros, padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos, sino criadlos en disciplina y amonestación del Señor.
(Efesios 6:4)
Le corresponde a los padres crear un ambiente armonioso para sus hijos. Una de las consecuencias de la falta de amor y respeto entre la familia es el clima constante de discusiones. La Biblia enseña que los hijos deben respetar a sus padres, pero también que los padres deben instruir a sus hijos con amor. Apacigua tu hogar, habla y pon a tu familia en las manos de Dios.
3. Pon a tu familia en las manos de Dios
Porque yo sé los planes que tengo acerca de ustedes, dice el SEÑOR, planes de bienestar y no de mal, para darles porvenir y esperanza.
(Jeremías 29:11)
Como son más altos los cielos que la tierra, así mis caminos son más altos que sus caminos, y mis pensamientos más altos que sus pensamientos.
(Isaías 55:9)
¡Dios tiene el mejor plan para nuestra familia! Si quieres que tu familia crezca en armonía y amor, ponla en manos de Dios. Instruye a tus hijos según la Palabra de Dios, ten con tu cónyuge una relación de complicidad y amor. Cuando todos avanzamos en la misma dirección, ¡los planes de Dios comienzan a suceder!
4. Hijos, oigan a sus padres
Oye, hijo mío, la instrucción de tu padre, y no desprecies la dirección de tu madre;
Porque adorno de gracia serán a tu cabeza, y collares a tu cuello.
(Proverbios 1:8-9)
Oigan, hijos, la enseñanza de un padre; estén atentos para adquirir entendimiento.
(Proverbios 4:1)
Quien oye los consejos de sus padres es sabio. Es normal querer tomar decisiones por uno mismo, pero incluso si tienes razón, escucha lo que tus padres tienen que decir. Todo lo que dicen está lleno de sabiduría, amor y debe ser considerado al tomar tus decisiones. Escucha a tus padres y sé sabio.
5. Construyendo la familia con amor, respeto y perdón
Por lo demás, cada uno de vosotros ame también a su mujer como a sí mismo; y la mujer respete a su marido.
(Efesios 5:33)
El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece; no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor; no se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad. Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta.
(1 Corintios 13:4-7)
Sin amor y respeto no hay manera de mantener unida a una familia. Cuando hay falta de respeto entre una pareja, esto puede reflejarse en sus hijos y en toda la familia. Así que sigue el consejo de la Biblia: ama a tu cónyuge como a ti mismo. ¡Respeta, perdona, ama!
6. Una familia construida sobre la roca
Cualquiera, pues, que me oye estas palabras, y las hace, le compararé a un hombre prudente, que edificó su casa sobre la roca. Descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y golpearon contra aquella casa; y no cayó, porque estaba fundada sobre la roca.
(Mateo 7:24-25)
¡Una familia guiada por la Palabra de Dios está edificada sobre la roca! Cada familia tiene sus problemas y dificultades, pero aquella familia construida en Cristo lo supera todo, ¡porque tiene un fundamento bien firme!
7. La familia que cree en Dios enfrenta las dificultades unida
Él le dijo: Ve y pide para ti vasijas prestadas de todos tus vecinos, vasijas vacías, no pocas. Entra luego, y enciérrate tú y tus hijos; y echa en todas las vasijas, y cuando una esté llena, ponla aparte. Y se fue la mujer, y cerró la puerta encerrándose ella y sus hijos; y ellos le traían las vasijas, y ella echaba del aceite.
(2 Reyes 4:3-5)
Este pasaje de 2 Reyes 4 habla de la difícil situación que enfrentaron una viuda y sus hijos. Sin nada que comer y endeudada, la viuda acudió al profeta clamando ayuda. Al recibir una palabra profética, creyó y se comprometió con sus hijos a actuar dentro de lo que se le había dicho. El resultado de este esfuerzo en equipo fueron muchos cuencos llenos de aceite de oliva. ¡No enfrentes las dificultades solo, involucra a tu familia y juntos vencerán para la gloria de Dios!
8. La familia que se perdona permanece unida
Soportándose los unos a los otros y perdonándose los unos a los otros, cuando alguien tenga queja del otro. De la manera que el Señor los perdonó, así también háganlo ustedes.
(Colosenses 3:13)
Porque si perdonan a los hombres sus ofensas, su Padre celestial también les perdonará a ustedes.
(Mateo 6:14)
La vida matrimonial tiene sus desafíos y, a menudo, perdonarse mutuamente es el único camino a seguir. No acumules rencores, trata de hablar abiertamente con tu cónyuge e hijos. El diálogo evita la discordia y el perdón mantiene a la familia sana.
9. Familia de oración
Pero cuando en su angustia clamaron al SEÑOR,
él los libró de sus aflicciones.
Él trae calma a la tempestad,
y se apaciguan sus olas.
Entonces se alegran porque ellas
se aquietan,
y él los guía al puerto que desean.
(Salmo 107:28-30)
Vivir en familia es estar en el mismo barco, pero aun así pueden surgir tormentas y tribulaciones. En esos momentos tenemos que confiar en nuestro comandante: ¡Jesús! Solo Cristo puede calmar el mar y traer paz a nuestra barca. Una familia que ora y confía en Dios, no teme a las tormentas ni al viento, ¡porque sabe que Cristo está a bordo!
Y todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Si algo pidiereis en mi nombre, yo lo haré.
(Juan 14:13-14)
10. Dios edifica la familia unida
Así que no son ya más dos, sino una sola carne; por tanto, lo que Dios juntó, no lo separe el hombre.
(Mateo 19:6)
Por tanto, recíbanse unos a otros como Cristo los recibió para la gloria de Dios.
(Romanos 15:7)
El matrimonio, al igual que la familia, es un proyecto creado por Dios. Y lo que Dios ha unido, nadie lo puede separar. Cuando entendemos los cimientos sobre los cuales Dios estableció la familia, valoramos cada detalle de este hermoso proyecto. Mantén tu matrimonio basado en los valores determinados por Dios y crecerá abundantemente.
11. Mi familia y yo serviremos al Señor
Pero si les parece mal servir al SEÑOR, escojan hoy a quién sirvan: si a los dioses a los cuales servían sus padres cuando estaban al otro lado del Río, o a los dioses de los amorreos en cuya tierra habitan. Pero yo y mi casa serviremos al SEÑOR.
(Josué 24:15)
Servir a Dios es una elección. Josué, como líder de su casa, tomó esa decisión. Una vez tomada esa decisión, tenía la responsabilidad de dar ejemplo y guiar a su familia por los caminos del Señor. Sé ejemplo para tus hijos, da un buen testimonio de Cristo y conduce a tu familia por el camino de la salvación.
12. Marido, ama a tu esposa como a ti mismo
De igual manera, los esposos deben amar a sus esposas como a sus propios cuerpos. El que ama a su esposa, a sí mismo se ama. Porque nadie aborreció jamás a su propio cuerpo; más bien, lo sustenta y lo cuida tal como Cristo a la iglesia.
(Efesios 5:28-29)
¿Es posible odiarse a uno mismo? No. De la misma manera, cada marido debe amar a su esposa como a sí mismo, porque ya no son dos, sino uno. Es como si uno fuera una extensión del otro.
Cuando amamos genuinamente a nuestra esposa, recibimos aún más afecto y atención. Toda relación debe llevarse a cabo con amor.
13. Padres, hijos y nietos
Corona de los ancianos son los hijos de los hijos,
y la gloria de los hijos son sus padres.
(Proverbios 17:6)
Los abuelos juegan un papel importante en la edificación de la familia, aconsejando, compartiendo sabiduría e instruyendo a la familia según la Palabra de Dios. Es una gran bendición ver a sus hijos y nietos sirviendo al Señor. ¡En cada generación, Dios está presente y nos sorprende! Disfruta cada momento familiar que el Señor te ha regalado.
Versículos para edificar tu familia y tu hogar
Pero sobre todas estas cosas, vístanse de amor, que es el vínculo perfecto.
(Colosenses 3:14)
Y ahora permanecen la fe, la esperanza y el amor, estos tres; pero el mayor de ellos es el amor.
(1 Corintios 13:13)
Instruye al niño en su camino, y aun cuando fuere viejo no se apartará de él.
(Proverbios 22:6)
Fuerza y honor son su vestidura,
y se ríe de lo porvenir.
Su boca abre con sabiduría,
y la ley de la misericordia está
en su lengua.
Considera la marcha de su casa
y no come pan de ociosidad.
Se levantan sus hijos
y le llaman: “Bienaventurada”.
Y su marido también la alaba:
“Muchas mujeres han hecho el bien, pero tú sobrepasas a todas”.
Engañosa es la gracia y vana es
la hermosura;
la mujer que teme al SEÑOR, ella será alabada.
(Proverbios 31:25-30)
Mujer virtuosa, ¿quién la hallará? Porque su valor sobrepasa a las perlas.
(Proverbios 31:10)
La mujer sabia edifica su casa, pero la insensata con sus propias manos la destruye.
(Proverbios 14:1)
Mucho se alegrará el padre del justo,
Y el que engendra sabio se gozará con él.
(Proverbios 23:24)
Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús.
(1 Tesalonicenses 5:18)
Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro Padre celestial; mas si no perdonáis a los hombres sus ofensas, tampoco vuestro Padre os perdonará vuestras ofensas.
(Mateo 6:14-15)
No nos cansemos, pues, de hacer bien; porque a su tiempo segaremos, si no desmayamos.
(Gálatas 6:9)
Deja la ira, y desecha el enojo;
No te excites en manera alguna a hacer lo malo.
(Salmo 37:8)
... con toda humildad y mansedumbre, soportándoos con paciencia los unos a los otros en amor
(Efesios 4:2)
El hombre iracundo suscita contiendas, pero el que tarda en airarse calma la riña.
(Proverbios 15:18)
Guarda, hijo mío, el mandamiento de tu padre
y no abandones la instrucción
de tu madre.
Átalos siempre a tu corazón
y enlázalos en tu cuello.
Te guiarán cuando camines;
te guardarán cuando te acuestes
y hablarán contigo cuando te despiertes.
Porque el mandamiento es antorcha
y la instrucción es luz.
Y las reprensiones de la disciplina son camino de vida.
(Proverbios 6:20-23)
Tu familia es importante para Dios. Edifica tu familia con la sabiduría y el amor que vienen de él.
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