25 versículos para dormir tranquilo y en paz


En Dios podemos dormir en paz, sabiendo que él tiene el control y que nos está protegiendo. En la Biblia se valora el buen dormir y el descanso. No olvidemos que Dios mismo descansó en el séptimo día de la creación. Un sueño tranquilo es la recompensa del trabajador humilde y satisfecho. Antes de dormir, lee la Biblia, ora al Señor y deja tus preocupaciones a sus pies.

Yo me acuesto, y duermo y despierto,
porque tú, Señor, me sostienes.
(Salmo 3:5)

En paz me acostaré, y asimismo dormiré;
Porque solo tú, Jehová, me haces vivir confiado.
(Salmo 4:8)

Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. (Mateo 11:28)

Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar.
(Mateo 11:28)

Mi socorro viene del Señor,
creador del cielo y de la tierra.
El Señor no dejará que resbales;
el que te cuida jamás duerme.
Toma en cuenta que nunca duerme
el protector de Israel.
(Salmo 121:2-4)

Si el Señor no edifica la casa,
de nada sirve que los edificadores se esfuercen.
Si el Señor no protege la ciudad,
de nada sirve que los guardias la vigilen.
De nada sirve que ustedes madruguen,
y que se acuesten muy tarde,
si el pan que comen es pan de sufrimiento,
y el Señor da el sueño a los que él ama.
(Salmo 127:1-2)

Hijo mío, no se aparten estas cosas de tus ojos;
Guarda la ley y el consejo,
Y serán vida a tu alma,
Y gracia a tu cuello.
Entonces andarás por tu camino confiadamente,
Y tu pie no tropezará.
Cuando te acuestes, no tendrás temor,
Sino que te acostarás, y tu sueño será grato.
(Proverbios 3:21-24)

La paz les dejo, mi paz les doy; yo no la doy como el mundo la da. No dejen que su corazón se turbe y tenga miedo.
(Juan 14:27)

El Señor es mi luz y mi salvación;
¿a quién podría yo temer?
El Señor es la fortaleza de mi vida;
¿quién podría infundirme miedo?
(Salmo 27:1)

Porque satisfaré al alma cansada, y saciaré a toda alma entristecida.
En esto me desperté, y vi, y mi sueño me fue agradable.
(Jeremías 31:25-26)

Hijo mío, cumple el mandamiento de tu padre,
y no te apartes de la enseñanza de tu madre.
Llévalos siempre dentro de tu corazón;
pórtalos alrededor de tu cuello.
Serán tu guía cuando camines,
te protegerán cuando duermas,
y te hablarán cuando despiertes.
(Proverbios 6:20-22)

Yo mismo apacentaré mi rebaño y lo llevaré a descansar, afirma el Señor y Dios.
(Ezequiel 34:15)

El que trabaja tiene dulces sueños, aun cuando coma mucho o coma poco. En cambio, al rico tanta abundancia le quita el sueño.
(Eclesiastés 5:12)

Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.
(Filipenses 4:7)

El temor del Señor conduce a la vida;
da un sueño tranquilo y evita los problemas.
(Proverbios 19:23)

Pero de día mandará Jehová su misericordia,
Y de noche su cántico estará conmigo,
Y mi oración al Dios de mi vida.
(Salmo 42:8)

Pero yo, cuando tengo miedo, confío en ti.
Confío en ti, mi Dios, y alabo tu palabra;
confío en ti, mi Dios, y no tengo miedo;
¿Qué puede hacerme un simple mortal?
(Salmo 56:3-4)

Solo en Dios halla tranquilidad mi alma;
solo en él he puesto mi esperanza.
Solo Dios es mi salvación y mi roca;
porque él es mi refugio, no resbalaré.
Solo Dios es mi salvación y mi gloria;
¡Dios es mi roca fuerte y mi refugio!
(Salmo 62:5-7)

Hagan todo esto, conscientes del tiempo en que vivimos y de que ya es hora de que despertemos del sueño. Porque nuestra salvación está más cerca de nosotros ahora que cuando creímos. La noche ha avanzado, y se acerca el día. Por tanto, desechemos las obras de las tinieblas, y revistámonos de las armas de la luz.
(Romanos 13:11-12)

Tú guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en ti persevera; porque en ti ha confiado.
(Isaías 26:3)

Y él dijo: Mi presencia irá contigo, y te daré descanso.
(Éxodo 33:14)

La paz les dejo, mi paz les doy; yo no la doy como el mundo la da. No dejen que su corazón se turbe y tenga miedo.
(Juan 14:27)

Te haré entender, y te enseñaré el camino en que debes andar;
Sobre ti fijaré mis ojos.
(Salmo 32:8)

Cuando te acuestes, no tendrás temor,
Sino que te acostarás, y tu sueño será grato.
(Proverbios 3:24)

Porque no nos ha dado Dios un espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio.
(2 Timoteo 1:7)

Pero bendito el hombre que confía en mí, que soy el Señor, y que en mí pone su confianza. Ese hombre es como un árbol plantado junto a los arroyos; echa sus raíces junto a las corrientes, y no se da cuenta cuando llega el calor; sus hojas siempre están verdes, y en los años de sequía no se marchita ni deja de dar fruto.
(Jeremías 17:7-8)

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