El cumpleaños es una fecha en la que celebramos la bendición de la vida. Este día debe ser conmemorado y celebrado. Así como el jardinero cuida de una bella flor, Dios cuida de nosotros en cada detalle, haciendo brillar la belleza de su favor sobre nuestras vidas.
Yo, el Señor, soy su guardián;
todo el tiempo riego mi viña.
Día y noche cuido de ella
para que nadie le haga daño.
(Isaías 27:3)
Engañosa es la gracia, y vana la hermosura;
La mujer que teme a Jehová, esa será alabada.
(Proverbios 31:30)
Este es el día que hizo el Señor;
regocijémonos y alegrémonos en él.
(Salmo 118:24)
Y bienaventurada la que creyó, porque se cumplirá lo que le fue dicho de parte del Señor.
(Lucas 1:45)
¡Enséñanos a contar bien nuestros días,
para que en el corazón acumulemos sabiduría!
(Salmo 90:12)
¡Cuán bueno es alabarte, Señor!
Bueno es, Altísimo, cantar salmos a tu nombre,
anunciar tu misericordia por la mañana,
y tu fidelidad todas las noches.
(Salmo 92:1-2)
Se reviste de fuerza y de honra,
y no le preocupa lo que pueda venir.
Habla siempre con sabiduría,
y su lengua se rige por la ley del amor.
(Proverbios 31:25-26)
Toda tú eres hermosa, amiga mía;
no tienes ningún defecto.
(Cantares 4:7)
Desde el vientre de mi madre me has sostenido;
¡tú me sacaste de las entrañas de mi madre,
y para ti será siempre mi alabanza!
(Salmo 71:6)
Pero tú eres el que me sacó del vientre;
El que me hizo estar confiado desde que estaba a los pechos de mi madre.
Sobre ti fui echado desde antes de nacer;
Desde el vientre de mi madre, tú eres mi Dios.
(Salmo 22:9-10)
¡Bendice, alma mía, al Señor,
y no olvides ninguna de sus bendiciones!
(Salmo 103:2)
Te haré entender, y te enseñaré el camino en que debes andar;
Sobre ti fijaré mis ojos.
(Salmo 32:8)
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