21 versículos para meditación (para meditar en la Palabra de Dios)


En la Biblia, meditar es reflexionar sobre la palabra de Dios. Al meditar, nos centramos en Dios. Eliminamos todas las distracciones y reflexionamos sobre lo que él nos quiere decir. La meditación nos ayuda a tener una experiencia más profunda con Dios. Meditar en la Biblia es tomar tiempo para comprender lo que leemos, buscando cómo aplicarlo en nuestro diario vivir.

Nunca se aparte de tu boca este libro de la Ley; más bien, medita en él de día y de noche, para que guardes y cumplas todo lo que está escrito en él. Así tendrás éxito y todo te saldrá bien.
(Josué 1:8)

A Jehová cantaré en mi vida;
A mi Dios cantaré salmos mientras viva.
Dulce será mi meditación en él;
Yo me regocijaré en Jehová.
(Salmo 104:33-34)

Bienaventurado el hombre que
no anda según el consejo de los impíos ni se detiene en el camino de los pecadores
ni se sienta en la silla de los burladores.
Más bien, en la ley del SEÑOR está su delicia,
y en ella medita de día y de noche.
(Salmo 1:1-2)

Sean gratos los dichos de mi boca y la meditación de mi corazón delante de ti, oh SEÑOR, Roca mía y Redentor mío. (Salmo 19:14)

Sean gratos los dichos de mi boca
y la meditación de mi corazón delante de ti, oh SEÑOR,
Roca mía y Redentor mío.
(Salmo 19:14)

Me anticipo al alba e imploro;
tu palabra es lo que espero.
Mis ojos se adelantaron a las vigilias de la noche
para meditar en tus palabras.
(Salmo 119:147-148)

¡Cuánto amo tu ley!
Todo el día ella es mi meditación.
Por tus mandamientos me has hecho más sabio que mis enemigos, porque para siempre son míos.
He comprendido más que todos mis instructores
porque tus testimonios son mi meditación.
He entendido más que los ancianos porque he guardado tus ordenanzas.
(Salmo 119:97-100)

Me acuerdo de las obras del SEÑOR; sí, me acuerdo de tus maravillas del pasado.
Medito en todos tus hechos,
y reflexiono en tus actos.
(Salmo 77:11-12)

En tus ordenanzas meditaré;
consideraré tus caminos.
Me deleitaré en tus estatutos;
no me olvidaré de tus palabras.
(Salmo 119:15-16)

Me deleitaré en tus mandamientos, los cuales he amado.
Alzaré mis manos a tus mandamientos, los cuales he amado,
y meditaré en tus leyes.
(Salmo 119:47-48)

Mi boca hablará sabiduría;
y el pensamiento de mi corazón, inteligencia.
(Salmo 49:3)

Me acuerdo de los días de antaño, medito en todos tus hechos
y reflexiono en las obras de tus manos.
(Salmo 143:5)

Entonces su padre le dijo: “Hijo, tú siempre estás conmigo y todas mis cosas son tuyas".
(Lucas 15:31)

Les he hablado de estas cosas para que en mí tengan paz. En el mundo tendrán aflicción, pero ¡tengan valor; yo he vencido al mundo!
(Juan 16:33)

Confía en el SEÑOR con todo tu corazón
y no te apoyes en tu propia inteligencia.
(Proverbios 3:5)

Y a aquel que es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o pensamos, según el poder que actúa en nosotros,
(Efesios 3:20)

Todo lo puedo en Cristo que me fortalece.
(Filipenses 4:13)

Por tanto, no desmayamos; más bien, aunque se va desgastando nuestro hombre exterior, el interior, sin embargo, se va renovando de día en día. Porque nuestra momentánea y leve tribulación produce para nosotros un eterno peso de gloria más que incomparable;
(2 Corintios 4:16-17)

Por esta razón les digo que todo por lo cual oran y piden, crean que lo han recibido y les será hecho.
(Marcos 11:24)

No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia.
(Isaías 41:10)

Oh Dios, hemos pensado en tu misericordia en medio de tu templo.
(Salmo 48:9)

Porque la Palabra de Dios es viva y eficaz, y más penetrante que toda espada de dos filos. Penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón.
(Hebreos 4:12)

Lee también: