La gratitud es una de las cualidades más nobles del ser humano. Es muy desagradable convivir con alguien ingrato que no sabe reconocer las cosas buenas que tiene en su vida.
Los que amamos a Dios necesitamos ser agradecidos y tener una actitud constante de gratitud porque sabemos que hemos recibido mucho más de lo que merecíamos. Somos libres y salvos gracias a Jesucristo y ese es un regalo maravilloso de parte de Dios.
Debemos ser agradecidos con Dios, pero también con las personas a nuestro alrededor que nos bendicen. ¿Ya has dado las gracias a alguien hoy?
El agradecimiento en la Biblia:
1. Siempre es posible agradecer
Den gracias a Dios en toda situación, porque esta es su voluntad para ustedes en Cristo Jesús.
(1 Tesalonicenses 5:18)
Recuerda que aun en medio de las dificultades y los altibajos que nos presenta la vida, podemos ver y sentir la bondad, la provisión y la ayuda de Dios. Mantente alerta y agradece a Dios por esos detalles de amor.
2. Dios merece nuestra gratitud
Lleguemos ante él con acción de gracias, aclamémoslo con cánticos. Porque el Señor es el gran Dios, el gran Rey sobre todos los dioses.
(Salmo 95:2-3)
Nuestra gratitud debe venir acompañada por la alabanza que brota de nuestros corazones y el reconocimiento de la grandeza y el poder de Dios. ¡No hay nadie como él! Expresa con cánticos y con alabanza tu gratitud a Dios, porque él es merecedor de ella.
3. Honramos a Dios al darle gracias
Quien me ofrece su gratitud, me honra; al que enmiende su conducta le mostraré mi salvación.
(Salmo 50:23)
La gratitud que brota genuinamente del corazón muestra honor y respeto a Dios y despeja el camino para vivir una vida de obediencia que agrada al Padre. Esa es la actitud que abre la puerta para recibir el regalo de la salvación y la vida eterna.
4. Haz todo con gratitud
Que gobierne en sus corazones la paz de Cristo, a la cual fueron llamados en un solo cuerpo. Y sean agradecidos. Que habite en ustedes la palabra de Cristo con toda su riqueza: instrúyanse y aconséjense unos a otros con toda sabiduría; canten salmos, himnos y canciones espirituales a Dios, con gratitud de corazón. Y todo lo que hagan, de palabra o de obra, háganlo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios el Padre por medio de él.
(Colosenses 3:15-17)
Mientras más nos llenamos de Cristo y de su paz, más crece nuestro agradecimiento. Al llenar el corazón con la palabra de Dios, nuestra perspectiva en la vida cambia. Vemos las cosas como Dios las ve, hacemos todo para su gloria y nuestros corazones rebosan de gratitud contagiando a los que nos rodean.
20 oraciones de agradecimiento a Dios que encontramos en la Biblia.
5. Da gracias por los demás
Al recordarte de día y de noche en mis oraciones, siempre doy gracias a Dios, a quien sirvo con una conciencia limpia como lo hicieron mis antepasados.
(2 Timoteo 1:3)
Estamos rodeados de gente que Dios ha puesto en nuestras vidas: nuestra familia, amigos, vecinos, los compañeros de trabajo y muchas otras personas. Todos ellos forman parte de nuestro día a día. Ten la costumbre de orar por las personas que Dios pone en tu mente y en tu camino. Da gracias a Dios por ellas, y sigue el ejemplo de quienes te animan y ayudan en tu andar con Jesús.
6. Agradece las bendiciones de otros
Siempre doy gracias a Dios por ustedes, pues él, en Cristo Jesús, les ha dado su gracia.
(1 Corintios 1:4)
Muestra tu afecto y cariño a los demás, agradeciendo a Dios por las bendiciones que él les concede, especialmente por su gracia y salvación. Alégrate de corazón cuando Dios obra a favor de los que te rodean.
7. Ora con confianza y gratitud
No se inquieten por nada; más bien, en toda ocasión, con oración y ruego, presenten sus peticiones a Dios y denle gracias.
(Filipenses 4:6)
Podemos presentar nuestras peticiones delante de Dios con confianza y gratitud, ya que hemos visto su fidelidad y provisión constante con el pasar de los años. Nuestra fe se fortalece al mirar atrás. Dios ha sido y es fiel, sabemos que podemos confiar en él. En esa confianza le damos gracias por lo que ha hecho en nuestras vidas y por lo que sabemos que hará.
8. Dar gracias por nuestra familia en Cristo
En primer lugar, doy gracias a mi Dios por medio de Jesucristo por todos ustedes, pues en el mundo entero se habla bien de su fe.
(Romanos 1:8)
A través de Jesús hemos venido a formar parte de la familia de Dios. Debemos darle las gracias por ese maravilloso regalo y, aún más, por el buen testimonio de los hermanos que hace posible la extensión del evangelio.
25 versículos de agradecimiento a Dios por sus bendiciones
9. Las palabras de bendición son importantes
El Señor te bendiga y te guarde; el Señor te mire con agrado y te extienda su amor; el Señor te muestre su favor y te conceda la paz.
(Números 6:24-26)
Debemos dar gracias a Dios por las palabras de bendición que encontramos en su palabra y por las que recibimos de parte de otras personas. En gratitud podemos cultivar el hábito de hablar bendición sobre los que nos rodean. ¡Que nuestro hablar lleve siempre sanidad y paz a los corazones de los que nos escuchan!
Versículos bíblicos que hablan sobre la gratitud.
10. Reconoce y agradece la intervención de Dios
Cuando estaba por entrar en un pueblo, salieron a su encuentro diez hombres enfermos de lepra. Como se habían quedado a cierta distancia, gritaron: —¡Jesús, Maestro, ten compasión de nosotros! Al verlos, les dijo: —Vayan a presentarse a los sacerdotes. Resultó que, mientras iban de camino, quedaron limpios. Uno de ellos, al verse ya sano, regresó alabando a Dios a grandes voces. Cayó rostro en tierra a los pies de Jesús y le dio las gracias, no obstante que era samaritano. —¿Acaso no quedaron limpios los diez? —preguntó Jesús—. ¿Dónde están los otros nueve? ¿No hubo ninguno que regresara a dar gloria a Dios, excepto este extranjero? Levántate y vete —le dijo al hombre—; tu fe te ha sanado.
(Lucas 17:12-19)
No permitas que las ocupaciones diarias te impidan reconocer la obra de Dios en tu vida. No seas como los nueve leprosos que siguieron su camino sin tomar un momento para dar gracias a Jesús por la sanidad de sus cuerpos. No dejes que el día a día triunfe en hacerte olvidar la intervención de Dios en tu vida. ¡Son tantas las cosas buenas que Dios nos da a diario! Desarrolla un corazón agradecido ante Dios y ante los que te rodean.
11. Aprendiendo a dar gracias por todo
Dando siempre gracias a Dios el Padre por todo, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo.
(Efesios 5:20)
No es fácil dar gracias por todo, ya que hay situaciones dolorosas que no comprendemos. Pero al obedecer a Dios y dar gracias en el nombre de Jesús en medio de cualquier circunstancia, nuestro espíritu se fortalece. La gratitud en medio de las dificultades demuestra que confiamos en nuestro Padre celestial y que entendemos que, en su soberanía, él obra siempre con bondad y amor.
12. Dando gracias por el amor de Dios
Den gracias al Señor, porque él es bueno; su gran amor perdura para siempre.
(Salmo 107:1)
Es importante expresar a viva voz nuestra gratitud a Dios por sus bondades y por su amor infinito e incondicional. No hay nadie más que te ame tanto y con un amor tan perfecto como el de Dios. El amor humano puede fallar y terminar, pero el de Dios no cambia y es eterno. ¡Exprésale tu gratitud!
Versículos para dar gracias a Dios por la vida
13. Canta tu alabanza y tu gratitud
Entren por sus puertas con acción de gracias; vengan a sus atrios con himnos de alabanza; denle gracias, alaben su nombre.
(Salmo 100:4)
El corazón agradecido canta y alaba al reconocer la fidelidad y la ayuda de Dios. Usa la música, usa tu voz para expresar tu gozo por la obra que Dios ha hecho en tu vida. Preséntate ante él con cánticos de gratitud que hablen de tu amor por él y le den la honra que él merece.
14. La gratitud inspira nuestra adoración
Así que nosotros, que estamos recibiendo un reino inconmovible, seamos agradecidos. Inspirados por esta gratitud, adoremos a Dios como a él le agrada, con temor reverente.
(Hebreos 12:28)
El resultado lógico de un corazón enfocado en las bendiciones de Dios es la gratitud. Cuando reconoces todo lo bueno que Dios trae a tu vida, comienzas a darle gracias, y de esa gratitud brota la adoración genuina y reverente a Dios, el dador de todo lo bueno que hay en nuestras vidas (Santiago 1:17). ¡Comienza hoy a desarrollar ese corazón agradecido!
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