En Cristo puedes renovar tus fuerzas incluso en medio de la enfermedad y el dolor. Estos versículos traen fortaleza y ánimo, pues hablan del mover de Dios en medio de la angustia o incertidumbre. Acude al Señor en tu tiempo de enfermedad y espera en él. Recibe ánimo, porque Dios está contigo y obrará.
1. Isaías 40:28-29
¿Acaso no lo sabes?
¿Acaso no te has enterado?
El Señor es el Dios eterno,
creador de los confines de la tierra.
No se cansa ni se fatiga,
y su inteligencia es insondable.
Él fortalece al cansado
y acrecienta las fuerzas del débil.
(Isaías 40:28-29)
2. Salmo 46:1
Dios es nuestro amparo y nuestra fortaleza,
nuestra ayuda segura en momentos de angustia.
(Salmo 46:1)
3. Isaías 53:5
Él fue traspasado por nuestras rebeliones,
y molido por nuestras iniquidades;
sobre él recayó el castigo, precio de nuestra paz,
y gracias a sus heridas fuimos sanados.
(Isaías 53:5)
4. Salmo 147:3
(El Señor) restaura a los de corazón quebrantado
y cubre con vendas sus heridas.
(Salmo 147:3)
5. Salmo 73:25-26
¿A quién tengo en el cielo sino a ti?
Si estoy contigo, ya nada quiero en la tierra.
Podrán desfallecer mi cuerpo y mi espíritu,
pero Dios fortalece mi corazón;
él es mi herencia eterna.
(Salmo 73:25-26)
6. Salmo 71:3
Sé tú mi roca de refugio
adonde pueda yo siempre acudir;
da la orden de salvarme,
porque tú eres mi roca, mi fortaleza.
(Salmo 71:3)
7. Santiago 5:14-16
¿Está enfermo alguno de ustedes? Haga llamar a los ancianos de la iglesia para que oren por él y lo unjan con aceite en el nombre del Señor. La oración de fe sanará al enfermo y el Señor lo levantará. Y, si ha pecado, su pecado se le perdonará. Por eso, confiésense unos a otros sus pecados, y oren unos por otros, para que sean sanados. La oración del justo es poderosa y eficaz.
(Santiago 5:14-16)
8. Juan 16:33
Yo les he dicho estas cosas para que en mí hallen paz. En este mundo afrontarán aflicciones, pero ¡anímense! Yo he vencido al mundo.
(Juan 16:33)
9. Salmo 107:19-20
En su angustia clamaron al Señor,
y él los salvó de su aflicción.
Envió su palabra para sanarlos,
y así los rescató del sepulcro.
(Salmo 107:19-20)
Vea también: 14 versículos bíblicos que hablan sobre sanidad divina.
10. Salmo 22:23-24
¡Alaben al Señor los que le temen!
¡Hónrenlo, descendientes de Jacob!
¡Venérenlo, descendientes de Israel!
Porque él no desprecia ni tiene en poco
el sufrimiento del pobre;
no esconde de él su rostro,
sino que lo escucha cuando a él clama.
(Salmo 22:23-24)
11. Salmo 18:1-2
¡Cuánto te amo, Señor, fuerza mía!
El Señor es mi roca, mi amparo, mi libertador;
es mi Dios, el peñasco en que me refugio.
Es mi escudo, el poder que me salva,
¡mi más alto escondite!
(Salmo 18:1-2)
12. Jeremías 17:14
Sáname, Señor, y seré sanado;
sálvame y seré salvado,
porque tú eres mi alabanza.
(Jeremías 17:14)
13. Jeremías 32:17
¡Ah, Señor mi Dios! Tú, con tu gran fuerza y tu brazo poderoso, has hecho los cielos y la tierra. Para ti no hay nada imposible.
(Jeremías 32:17)
14. Isaías 12:2
¡Dios es mi salvación!
Confiaré en él y no temeré.
El Señor es mi fuerza,
el Señor es mi canción;
¡él es mi salvación!
(Isaías 12:2)
15. Salmo 28:6-7
Bendito sea el Señor,
que ha oído mi voz suplicante.
El Señor es mi fuerza y mi escudo;
mi corazón en él confía;
de él recibo ayuda.
Mi corazón salta de alegría,
y con cánticos le daré gracias.
(Salmo 28:6-7)
15. Salmo 6:9
El Señor ha escuchado mis ruegos;
el Señor ha tomado en cuenta mi oración.
(Salmo 6:9)
17. Salmo 34:6
Este pobre clamó, y el Señor le oyó
y lo libró de todas sus angustias.
(Salmo 34:6)
18. Salmo 34:18
El Señor está cerca de los quebrantados de corazón,
y salva a los de espíritu abatido.
(Salmo 34:18)
19. Salmo 103:3-4
Él perdona todos tus pecados
y sana todas tus dolencias;
él rescata tu vida del sepulcro
y te cubre de amor y compasión.
(Salmo 103:3-4)
20. Salmo 146:8
El Señor da vista a los ciegos,
el Señor sostiene a los agobiados,
el Señor ama a los justos.
(Salmo 146:8)
21. 3 Juan 1:2
Querido hermano, oro para que te vaya bien en todos tus asuntos y goces de buena salud, así como prosperas espiritualmente.
(3 Juan 1:2)
22. Apocalipsis 21:4
Él les enjugará toda lágrima de los ojos. Ya no habrá muerte, ni llanto, ni lamento ni dolor, porque las primeras cosas han dejado de existir.
(Apocalipsis 21:4)
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