La Biblia es una fuente inagotable de gracia y de vida para sus oyentes y en ella encontramos muchos pasajes sencillos que son fundamentales para la comprensión de todos. Hemos seleccionado 21 versículos fáciles con una breve explicación para ayudarte a reflexionar y comenzar a preparar tu mensaje.
Juan 3:16
Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.
(Juan 3:16)
¡El maravilloso e infinito amor de Dios, expresado a través de su único Hijo, es incondicional y está disponible para todos los que creen! Jesús dio la mayor prueba de amor cuando vino al mundo a rescatarnos, muriendo y resucitando para que pudiéramos tener una relación con Dios. Y ahora, ¿cómo podemos recibir este regalo de la salvación? ¡Debemos creer! La fe en Jesús es el único requisito para tener acceso a la gracia de Dios.
Josué 1:9
¿No te he mandado que te esfuerces y seas valiente? No temas ni desmayes, porque el SEÑOR tu Dios estará contigo dondequiera que vayas.
(Josué 1:9)
La mayor valentía se muestra cuando obedecemos a Dios de corazón, aunque no entendamos completamente lo que él desea hacer. Obedecer las órdenes de Dios es un paso de fe que trae como resultado bendición y gozo. Cuando somos obedientes y leales a Dios, nuestros corazones rebosan con su presencia constante. Todo miedo se va y nos llenamos de fuerza, valentía y osadía para enfrentar los retos que nos presenta la vida.
2 Crónicas 7:14
Si mi pueblo, sobre el cual se invoca mi nombre, se humilla y ora, y busca mi rostro, y se aparta de sus malos caminos, yo lo escucharé desde los cielos, perdonaré sus pecados y sanaré su tierra.
(2 Crónicas 7:14)
Así como lo hizo con el rey Salomón, el Señor también nos advierte sobre los peligros de desviarnos de su voluntad. Pero si somos reconocidos como su pueblo, ¡debemos invocar al Señor! Siempre hay una segunda oportunidad para aquellos que se convierten al Señor. Abandonemos nuestros malos caminos y vengamos a Cristo. ¡Él es el Camino de vida y paz!
¡Busquemos al Señor con todo el corazón! La dependencia de Dios, el arrepentimiento, la oración y la humildad son pasos fundamentales en la búsqueda de la restauración divina.
Isaías 40:28-31
¿No has sabido, no has oído que el Dios eterno es Jehová, el cual creó los confines de la tierra? No desfallece, ni se fatiga con cansancio, y su entendimiento no hay quien lo alcance. Él da esfuerzo al cansado, y multiplica las fuerzas al que no tiene ningunas. Los muchachos se fatigan y se cansan, los jóvenes flaquean y caen; pero los que esperan a Jehová tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como las águilas; correrán, y no se cansarán; caminarán, y no se fatigarán.
(Isaías 40:28-31)
¡Dios es el Creador eterno! Él nunca se cansa, nunca se desanima, nunca se da por vencido con nosotros. A pesar de su grandeza y excelencia, él nos acoge con su amor y renueva nuestras fuerzas diariamente. El Señor lleva a quienes confían en él a volar alto, disfrutando de su protección y fortaleza para continuar en su camino.
Marcos 16:15
Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura.
(Marcos 16:15)
Tenemos un llamado: predicar el evangelio a toda criatura. Los discípulos de Jesús obedecieron ese llamado. Por eso, el evangelio llegó hasta nosotros. Tú también puedes impactar este mundo con la Palabra del Señor, ayudando a otros a recibir la vida eterna que hay en Jesús. Llénate del Espíritu Santo cada día y lleva el evangelio del Señor con tus palabras, tus acciones y tu ejemplo. Prediquemos el evangelio hasta que la tierra sea llena del conocimiento de la gloria de Dios.
Salmo 37:5
Encomienda al Señor tu camino;
confía en él, y él hará.
(Salmo 37:5)
Confiar en Dios plenamente, dejando todo en sus manos, trae gran paz al corazón. Cuando permitimos que Dios tenga el control de todo, podemos descansar sabiendo que él nos guiará por el mejor camino. Podemos entregar nuestros proyectos, planes y sueños en sus manos tranquilamente para que se cumplan sus propósitos. Y sus propósitos siempre resultarán en nuestro bien eterno. ¡Gloria sea a nuestro Dios!
Juan 16:33
Estas cosas les he hablado para que en mí tengan paz. En el mundo tendrán aflicción; pero confíen, yo he vencido al mundo.
(Juan 16:33)
Cuando nos detenemos a escuchar lo que Dios nos quiere decir, recibimos paz. Como Padre amoroso que es, Dios siempre nos motiva en él, nos acerca a sus propósitos. Dios tiene promesas de paz para sus hijos, a pesar de la realidad de las aflicciones en este mundo. Cristo venció este mundo de dolor y con él podemos superar las dificultades de la vida con esperanza y confianza. ¡La victoria es del pueblo de Dios!
Salmo 34:4-5, 8
Busqué a Jehová, y él me oyó,
Y me libró de todos mis temores.
Los que miraron a él fueron alumbrados,
Y sus rostros no fueron avergonzados.
Gustad, y ved que es bueno Jehová;
Dichoso el hombre que confía en él.
(Salmo 34:4-5 y 8)
El salmista buscó al Señor, ¿lo has hecho tú también? ¡Busca al Señor con todas tus fuerzas! ¡Él está dispuesto a escucharte y actuar a tu favor, trayendo liberación y bendiciones más allá de lo que puedes imaginar!
Aquellos que fijan sus ojos en Dios se llenan de alegría radiante. Sin importar las circunstancias, aquellos que confían en Jesús encuentran el verdadero gozo que nunca termina. Experimenta esto tú mismo: prueba y ve que el Señor es bueno. Experimenta personalmente la bondad y la amistad de Dios.
Romanos 8:28
Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados.
(Romanos 8:28)
El propósito de Dios para los que lo aman es bueno y podemos confiar en su plan. Incluso cuando pasamos por momentos difíciles, Dios sigue siendo bueno y soberano, no tenemos razón para dudar de su amor. Dios ya mostró su gran amor al enviar a Jesús a morir en la cruz por ti y por mí. Él no nos dejará jamás, sino que actuará en todas las cosas para el bien de aquellos que él ha llamado a formar parte de su familia. ¡Ten esperanza!
Proverbios 3:5-6
Fíate de Jehová de todo tu corazón,
Y no te apoyes en tu propia prudencia.
Reconócelo en todos tus caminos,
Y él enderezará tus veredas.
(Proverbios 3:5-6)
Confía completamente en el Señor, en lugar de confiar en tu comprensión limitada o en tus convicciones. Esto implica reconocer que Dios está presente en tu caminar diario. Invítalo a guiar tus pasos y tus decisiones en todos los ámbitos de tu vida. Dios quiere enderezar tus pasos y llevarte por el mejor camino. Ten la seguridad de que Jesús estará a tu lado guiándote y protegiéndote, ¡confía en él!
Romanos 15:13
Que el Dios de esperanza los llene de todo gozo y paz en el creer, para que abunden en la esperanza por el poder del Espíritu Santo.
(Romanos 15:13)
¡Dios es el Dios de toda esperanza! Él es la fuente de la verdadera paz y gracia que podemos encontrar aquí. No hay otro dios, no hay otro camino, no hay otra salida válida... ¡Solo en Cristo hay esperanza real! Confiando en él podemos encontrar la plenitud de alegría, paz y esperanza que desbordarán en nuestras vidas.
La esperanza en Dios no se basa en meras expectativas humanas ni en circunstancias externas. Cuando confiamos en el Señor, el Espíritu Santo aumenta nuestra esperanza, la cual está completamente basada en Jesucristo.
Mateo 22:37-39
Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma y con toda tu mente. Este es el grande y el primer mandamiento. Y el segundo es semejante a él: Amarás a tu prójimo como a ti mismo.
(Mateo 22:37-39)
Dios debe ser amado totalmente. ¡Él es único e incomparable! Esto significa que debemos dedicarle todo nuestro ser en una relación de amor, amistad, obediencia y adoración. El que no ama a su prójimo no puede decir que ama a Dios. Dios es amor y quiere que nos amemos los unos a los otros sin hipocresía ni egoísmo.
La prioridad de estos dos mandamientos en la vida del cristiano es la base de su fe. Sigue siempre el ejemplo de Jesús en carácter, en verdad, en obediencia y especialmente en amor al Padre y a las personas.
1 Corintios 1:18
Porque la palabra de la cruz es locura a los que se pierden; pero a los que se salvan, esto es, a nosotros, es poder de Dios.
(1 Corintios 1:18)
La muerte de Jesús en la cruz parece una locura a los no creyentes. No parece tener sentido que el Dios todopoderoso estuviera dispuesto a morir tal afrenta por amor a la humanidad. Pero todo el que abre su corazón al amor de Dios, vive lleno de gratitud ante la enormidad del sacrificio de Jesús. Fue en la cruz que se abrió la puerta para que seamos libres del yugo del pecado y tengamos acceso al Padre. Redimidos y reconciliados con Dios, viviremos eternamente con él.
2 Corintios 12:9-10
Y me ha dicho: Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo. Por lo cual, por amor a Cristo me gozo en las debilidades, en afrentas, en necesidades, en persecuciones, en angustias; porque cuando soy débil, entonces soy fuerte.
(2 Corintios 12:9-10)
La gracia de Dios fue suficiente para Pablo y debe ser suficiente para nosotros. Nadie sabe cuál era el aguijón o la espina clavada en la carne de Pablo. Sí, sabemos que era un mensajero de Satanás que lo atormentaba. Dios usó esa situación para derramar gracia abundante sobre Pablo y para mostrar su poder en su vida. Así mismo, en medio de nuestras luchas, Dios derrama su gracia y su poder en nosotros. Oremos para que su gracia nos sea más que suficiente.
Eclesiastés 3:1
Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora.
(Eclesiastés 3:1)
Nuestro tiempo es limitado y debemos usarlo con sabiduría. Dios reina sobre el tiempo y él nos llama a aprovechar cada momento. En la vida enfrentamos todo tipo de situaciones. Debemos vivir cada momento con gozo y gratitud, pues cada segundo vivido es un regalo de Dios. No olvidemos que todo sucede en el tiempo de Dios, quien ha determinado el mejor momento para cada cosa. Por eso, podemos confiar y descansar en su sabiduría y providencia, pues él nos guía en cada etapa de la vida.
1 Pedro 5:6-7
Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que él os exalte cuando fuere tiempo; echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros.
(1 Pedro 5:6-7)
Dios nos llama a ser humildes de corazón, a vivir confiando en él, en su poder y en su tiempo perfecto. Cuando reconocemos en humildad, que Dios sabe la razón por la que sucede cada cosa, la ansiedad pierde su poder sobre nosotros. Confiar en Dios en humildad, trae paz al corazón. Entreguemos a Dios nuestras preocupaciones, nuestros miedos y deseos, porque él cuida de nosotros.
1 Samuel 16:7
Pero el SEÑOR dijo a Samuel: No mires su apariencia ni lo alto de su estatura, pues yo lo he rechazado. Porque el SEÑOR no mira lo que mira el hombre: El hombre mira lo que está delante de sus ojos, pero el SEÑOR mira el corazón.
(1 Samuel 16:7)
Dios ve el corazón y rechaza las expectativas mundanas. Valora el carácter, la sinceridad, la fe y el amor de una persona más que sus atributos físicos, financieros o intelectuales. Vive conforme a los valores del Señor, considerando lo que realmente importa en la vida. Mira más allá de las apariencias y no sobrevalore los atributos externos. Ama y respeta a las personas por lo que son, no por lo que parecen ser.
Mateo 6:31-33
Por tanto, no se afanen diciendo: ‘¿Qué comeremos?’ o ‘¿Qué beberemos?’ o ‘¿Con qué nos cubriremos?’. Porque los gentiles buscan todas estas cosas, pero el Padre de ustedes que está en los cielos sabe que tienen necesidad de todas estas cosas. Más bien, busquen primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas les serán añadidas.
(Mateo 6:31-33)
Dar prioridad al Reino de Dios es clave para disfrutar de su cuidado en todas las áreas de nuestra vida. Pon a Dios y su voluntad en el centro de todo lo que hagas.
¡Deja de preocuparte excesivamente por las cosas de este mundo! Confía y obedece, porque nuestro Padre Celestial sabe todo lo que necesitas. Él se encargará de tus necesidades básicas. La lucha contra las preocupaciones diarias de nuestra vida terrenal solo puede ganarse cuando buscamos a Dios, reconociendo que nuestra supervivencia depende únicamente de él.
Salmo 94:18-19
Cuando yo decía: Mi pie resbala,
Tu misericordia, oh Jehová, me sustentaba.
En la multitud de mis pensamientos dentro de mí,
Tus consolaciones alegraban mi alma.
(Salmo 94:18-19)
Incluso en momentos de debilidad y dificultad, podemos confiar en el amor leal del Señor. Él nos apoya incluso cuando flaqueamos. El cuidado y la atención del Señor por sus hijos es una realidad sublime. Procura entregar todas tus aflicciones a Cristo Jesús. Él está presente en cada detalle de tu vida, dispuesto a apoyarte, consolarte y ayudarte. Dios siempre está dispuesto y listo para sostenerte. En medio de la ansiedad abrumadora, puedes buscar consuelo y alivio en su presencia.
Filipenses 4:6.7
Por nada estén afanosos; más bien, presenten sus peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará sus corazones y sus mentes en Cristo Jesús.
(Filipenses 4:6-7)
¡No dejes que la ansiedad gobierne tu vida! Entrega todas tus preocupaciones a Dios mediante oraciones y súplicas. Dios nos escucha como Padre amoroso que es. Presenta al Señor todas tus peticiones en oración, con acción de gracias y clamor. Ten un corazón humilde, sabiendo que él está dispuesto a escucharte y que él cuida de ti.
¡Disfruta de una paz inigualable! Cuando entregamos nuestras preocupaciones a Dios y confiamos en él, somos bendecidos con una satisfacción plena en el alma que va más allá de la comprensión humana.
Apocalipsis 21:4
Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras cosas pasaron.
(Apocalipsis 21:4)
¡Dios tiene promesas de consuelo para ti! El sufrimiento no dura para siempre, créelo. Dios traerá alivio y restauración a nuestras vidas. Todo sufrimiento en esta vida llegará a su fin. Cristo nos asegura que, en la eternidad, no habrá más muerte, enfermedad, tristeza ni llanto. ¡Ten esperanza! Dios está creando un nuevo orden, nuevos cielos y nueva tierra, en los que gozaremos de vida eterna, justicia, alegría, plenitud y paz. ¡Persevera y confía en el Señor hasta el final!
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