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La Biblia tiene consejos sabios para ayudarte a tener una vida financiera próspera. Ella nos recuerda que en el corazón de nuestras finanzas debe residir un corazón vuelto hacia Dios que valora las enseñanzas bíblicas. Los siguientes pasajes bíblicos pueden ayudarte a administrar tus finanzas con sabiduría, bajo la dirección de Dios.
1. Lento, pero constante, se gana la carrera
El dinero mal habido pronto se acaba; quien ahorra, poco a poco se enriquece.
(Proverbios 13:11)
No intentes hacerte rico rápidamente. Ahorrar poco a poco es más seguro y crea buenos hábitos financieros.
2. Calcula a ver cuánto puedes gastar
Porque ¿quién de ustedes que quiera levantar una torre, no se sienta primero a calcular los costos, para ver si tiene todo lo que necesita para terminarla?
(Lucas 14:28)
Antes de gastar tu dinero, establece prioridades para ver cuánto puedes gastar. Pídele a Dios sabiduría para establecer las prioridades correctas.
3. No tengas prisa
El inexperto cree todo lo que oye;
el que es astuto mira por dónde anda.
(Proverbios 14:15)
Busca información y oriéntate bien antes de invertir. Sé cauteloso y no aceptes una propuesta sin comprender plenamente los riesgos. Lleva todo ante Dios en oración y analiza bien tus opciones.
4. Cuidado con los préstamos
Los ricos son los amos de los pobres;
los deudores son esclavos de los prestamistas.
(Proverbios 22:7)
Pedir un préstamo es un gran compromiso, una responsabilidad que puede traer consecuencias graves. Toma solo los préstamos que puedas devolver más adelante, no te sobrecargues. Siempre que sea posible, evita solicitar préstamos.
5. Sé generoso
Hay quienes reparten, y les es añadido más;
Y hay quienes retienen más de lo que es justo, pero vienen a pobreza.
(Proverbios 11:24)
¡Invierte en las personas! La generosidad produce frutos de amor y gratitud. Sin generosidad, puedes tener mucho dinero, pero ser pobre en las cosas más importantes de la vida.
6. Sé organizado
Los pensamientos del diligente ciertamente tienden a la abundancia;
Mas todo el que se apresura alocadamente, de cierto va a la pobreza.
(Proverbios 21:5)
Organízate bien, evita los gastos impulsivos y los esquemas de “ganancias fáciles”. Haz tus planes, pero incluye a Dios en tus proyectos. Él quiere que crezcas no solo financieramente, sino en todas las áreas de tu vida, con integridad y honestidad.
7. No ames el dinero
Porque el amor al dinero es la raíz de toda clase de males. Por codiciarlo, algunos se han desviado de la fe y se han causado muchísimos sinsabores. (1 Timoteo 6:10)
El dinero puede ser una buena herramienta que te capacita a servir, pero no puede ser tu amo. Cuando nos centramos en el dinero, nos alejamos de Dios. Ama a Dios sobre todas las cosas y pon el dinero en el lugar que le corresponde.
8. Dedícate al trabajo que Dios te dio
No hay nada mejor para nosotros que comer y beber, y disfrutar de nuestros trabajos. Y he concluido que esto viene de la mano de Dios.
(Eclesiastés 2:24)
Tener trabajo es una bendición de Dios. Además de ser una fuente de ingresos, el trabajo nos dignifica y nos capacita. Dedícate a tu trabajo y trabaja dando buen testimonio de Cristo. Ese esfuerzo seguramente dará frutos.
9. El dinero no lo es todo
Y les dijo: Mirad, y guardaos de toda avaricia; porque la vida del hombre no consiste en la abundancia de los bienes que posee.
(Lucas 12:15)
No permitas que el dinero se convierta en lo más importante de tu vida. Poner el dinero por encima de Dios, de las personas y otras cosas causa más daño que bien a largo plazo.
10. Sé honesto
No confíen en la violencia,
ni pongan vanas esperanzas en la rapiña;
si acaso llegan a acumular riquezas,
no les entreguen su corazón.
(Salmo 62:10)
¡No comprometas tus valores por el dinero! Dios te ve en todo momento y no dejará la deshonestidad sin castigo. Pero Dios bendice y cuida a los que son honestos.
11. Busca primero el reino de Dios
No os afanéis, pues, diciendo: ¿Qué comeremos, o qué beberemos, o qué vestiremos? Porque los gentiles buscan todas estas cosas; pero vuestro Padre celestial sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas. Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.
(Mateo 6:31-33)
Este es el consejo financiero principal de la Biblia: ¡busca primero el reino de Dios! Cuando nos proponemos hacer la voluntad de Dios, todas las demás necesidades quedan satisfechas, incluso las financieras.
¡Usa tu dinero y tus finanzas para glorificar a Dios!
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