29 versículos de prosperidad


Equipo de Bibliaon
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La prosperidad bíblica no se enfoca en lo material, sino que abarca todas las áreas de la vida, principalmente, el área espiritual. Cuando Dios prospera a alguien, le provee todo lo que necesita para el camino de la vida, para cumplir con el propósito que él tiene para su vida.

Lee los siguientes versículos y aprende más sobre el concepto bíblico de la prosperidad.

Más bien, acuérdate del Señor tu Dios, porque él es quien te da el poder de ganar esas riquezas, a fin de confirmar el pacto que hizo con tus padres, como en este día.
(Deuteronomio 8:18)

En los momentos de abundancia debemos recordar que es Dios quien nos da las fuerzas, la salud y el poder para trabajar y ganar nuestro sustento. No es porque lo merezcamos, sino que es por su gracia. No olvidemos dar siempre gracias a Dios por todo lo que nos da, viviendo vidas agradecidas y dedicadas a su servicio.

Porque yo conozco los planes que tengo para ustedes —afirma el Señor—, planes de bienestar y no de calamidad, a fin de darles un futuro y una esperanza.
(Jeremías 29:11)

El ladrón no viene sino para hurtar, matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia.
(Juan 10:10)

La vida que Dios nos da es abundante en todos los sentidos. Con él tenemos salvación y vida eterna, gozo incomparable al sabernos con propósito eterno. Mientras más nos acercamos a Dios, más disfrutamos de esa vida abundante, llena de esperanza en él.

Cuando el Señor tu Dios te haya introducido en la tierra que juró dar a tus padres Abrahán, Isaac y Jacob, y te dé ciudades grandes y buenas que tú no edificaste, 11 y casas llenas de todo bien que tú no llenaste, y cisternas que tú no cavaste, y viñas y olivares que tú no plantaste, una vez que hayas comido y quedes satisfecho 12 ten cuidado de no olvidarte del Señor, que te sacó de Egipto, donde eras esclavo.
(Deuteronomio 6:10-12)

Así que mi Dios suplirá todo lo que les falte, conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús.
(Filipenses 4:19)

Dios bendice al que es generoso y bendice a otros aún con lo poco que tiene. La iglesia en Filipos compartía lo que tenía, aunque no era una iglesia rica. Pablo les asegura que Dios continuaría supliendo a sus necesidades de forma abundante.

Por lo tanto, no se preocupen ni se pregunten “¿Qué comeremos, o qué beberemos, o qué vestiremos?” 32 Porque la gente anda tras todo esto, pero su Padre celestial sabe que ustedes tienen necesidad de todas estas cosas. 33 Por lo tanto, busquen primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas les serán añadidas.
(Mateo 6:31-33)

Procura que nunca se aparte de tus labios este libro de la ley. Medita en él de día y de noche, para que actúes de acuerdo con todo lo que está escrito en él. Así harás que prospere tu camino, y todo te saldrá bien.
(Josué 1:8)

Dios llamó a Josué a liderar el pueblo de Israel, pero ese liderazgo no lo haría por su propia cuenta. Josué debía meditar en la Palabra de Dios día y noche y actuar conforme a lo que Dios le decía. De esa forma, vería su camino prosperado y todo iría bien. Vivir en obediencia a los mandatos de Dios trae "shalom", o prosperidad en todos los sentidos.

A cada uno de nosotros Dios nos ha dado riquezas y bienes, y también nos ha dado el derecho de consumirlas. Tomar nuestra parte y disfrutar de nuestro trabajo es un don de Dios.
(Eclesiastés 5:19)

Bienaventurado el hombre
que no anda en compañía de malvados,
ni se detiene a hablar con pecadores,
ni se sienta a conversar con blasfemos.
2 Que, por el contrario,
se deleita en la ley del Señor,
y día y noche medita en ella.
3 Ese hombre es como un árbol
plantado junto a los arroyos:
llegado el momento da su fruto,
y sus hojas no se marchitan.
¡En todo lo que hace, prospera.
(Salmo 1:1-3)

Traigan todo el diezmo al tesoro y haya alimento en mi casa. Pruébenme en esto, ha dicho el SEÑOR de los Ejércitos, si no les abriré las ventanas de los cielos y vaciaré sobre ustedes bendición hasta que sobreabunde.
(Malaquías 3:10)

No acumulen para ustedes tesoros en la tierra, donde la polilla y el óxido corrompen, y donde los ladrones se meten y roban. 20 Más bien, acumulen para ustedes tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el óxido corrompen, y donde los ladrones no se meten ni roban. 21 Porque donde esté tu tesoro, allí también estará tu corazón.
(Mateo 6:19-21)

Las riquezas materiales pueden terminarse o perderse en cualquier momento. Se nos llama a invertir en el reino, a usar los recursos que Dios nos da para expandir el evangelio y bendecir a otras personas. Esos son los tesoros que permanecerán por toda la eternidad, los que acercan a otros a Jesús, bendiciéndolos espiritualmente.

Canto de ascenso gradual. Bienaventurado todo aquel que teme al SEÑOR y anda en sus caminos:
2 Cuando comas del trabajo de tus manos serás feliz y te irá bien.
(Salmo 128:1-2)

El de ánimo altivo suscita contiendas, pero el que confía en el SEÑOR prosperará.
(Proverbios 28:25)

Y poderoso es Dios para hacer que abunde en ustedes toda gracia, a fin de que, teniendo siempre en todas las cosas todo lo necesario, abunden para toda buena obra; 9 como está escrito: Esparció; dio a los pobres. Su justicia permanece para siempre.
10 El que da semilla al que siembra y pan para comer, proveerá y multiplicará la semilla de ustedes y aumentará los frutos de la justicia de ustedes.
(2 Corintios 9:8-10)

En el día del bien, goza del bien; y en el día del mal, considera que Dios hizo tanto lo uno como lo otro, de modo que el hombre no puede descubrir nada de lo que sucederá después de él.
(Eclesiastés 7:14)

Sé vivir en la pobreza, y sé vivir en la abundancia. En todo lugar y en todas las circunstancias he aprendido el secreto de hacer frente tanto a la hartura como al hambre, tanto a la abundancia como a la necesidad. 13 ¡Todo lo puedo en Cristo que me fortalece!
(Filipenses 4:12-13)

En la casa del justo
hay muchas provisiones,
pero en la producción del impío hay desbarajuste.
(Proverbios 15:6)

Y sucederá que si escuchas diligentemente la voz del SEÑOR tu Dios, procurando poner por obra todos sus mandamientos que yo te mando hoy, también el SEÑOR tu Dios te enaltecerá sobre todas las naciones de la tierra. 2 Cuando obedezcas la voz del SEÑOR tu Dios, vendrán sobre ti todas estas bendiciones, y te alcanzarán:
3 Bendito serás en la ciudad, y bendito en el campo.
(Deuteronomio 28:1-3)

¡Alaben al SEÑOR porque es bueno;
porque para siempre es su
misericordia!
2 Diga, por favor, Israel:
“¡Para siempre es su misericordia!”.
(Salmo 118:1-2)

Yo, el SEÑOR, escudriño el corazón y examino la conciencia, para dar a cada hombre según su camino y según el fruto de sus obras.
(Jeremías 17:10)

El SEÑOR mandará bendición a tus graneros y a todo lo que emprenda tu mano. Él te bendecirá en la tierra que el SEÑOR tu Dios te da.
(Deuteronomio 28:8)

Guarden, pues, las palabras de este pacto y pónganlas por obra, para que prosperen en todo lo que hagan.
(Deuteronomio 29:9)

Entonces serás prosperado, si cuidas de poner por obra las leyes y los decretos que el SEÑOR mandó a Moisés para Israel. Esfuérzate, pues, y sé valiente. ¡No temas ni desmayes!
(1 Crónicas 22:13)

La persona generosa será prosperada
y el que sacia a otros
también será saciado.
(Proverbios 11:25)

El alma del perezoso desea
y nada alcanza,
pero el alma de los diligentes será prosperada.
(Proverbios 13:4)

El que encubre sus pecados
no prosperará,
pero el que los confiesa y los abandona alcanzará misericordia.
(Proverbios 28:13)

Vanidad y palabra mentirosa aparta de mí,
y no me des pobreza ni riqueza. Solo dame mi pan cotidiano;
9 no sea que me sacie y te niegue
o diga: “¿Quién es el SEÑOR?”. No sea que me empobrezca y robe,
y profane el nombre de mi Dios.
(Proverbios 30:8-9)

El que cultiva su tierra se saciará
de pan, pero el que persigue cosas vanas es falto de entendimiento.
(Proverbios 12:11)

Amado, mi oración es que seas prosperado en todas las cosas y que tengas salud, así como prospera tu alma. 3 Pues me gocé mucho cuando venían hermanos y daban testimonio de tu verdad, es decir, de cómo andas en la verdad. 4 No tengo mayor gozo que el de oír que mis hijos andan en la verdad.
(3 Juan 1:2-4)

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