33 versículos de fortaleza: recibe la fuerza que viene del Señor


Nuestro Dios nos da fortaleza en medio de cualquier situación, podemos apoyarnos en él. Refúgiate siempre en él, busca amparo en el Señor y recibirás las fuerzas que necesitas.

Dios es nuestro amparo y fortaleza, nuestro pronto auxilio en las tribulaciones. Por eso no temeremos aunque la tierra tiemble, aunque los montes se derrumben en el corazón del mar. (Salmo 46:1-2)

Dios es nuestro amparo y fortaleza, nuestro pronto auxilio en las tribulaciones. Por eso no temeremos aunque la tierra tiemble, aunque los montes se derrumben en el corazón del mar.
(Salmo 46:1-2)

¡Gracias, Dios amado, porque puedo acudir a ti en medio de mis tribulaciones! De ti recibo el auxilio, la fortaleza necesaria y el valor para seguir adelante con fe. Traiga lo que traiga la vida, no temeré, sino que confiaré en ti, en tu poder y en tu ayuda.

Así que no temas, porque yo estoy contigo; no te angusties, porque yo soy tu Dios. Te fortaleceré y te ayudaré; te sostendré con mi diestra victoriosa.
(Isaías 41:10)

¿A quién tengo en el cielo sino a ti? Si estoy contigo, ya nada quiero en la tierra. Podrán desfallecer mi cuerpo y mi espíritu, pero Dios fortalece mi corazón; él es mi herencia eterna. (Salmo 73:25-26)

¿A quién tengo en el cielo sino a ti? Si estoy contigo, ya nada quiero en la tierra. Podrán desfallecer mi cuerpo y mi espíritu, pero Dios fortalece mi corazón; él es mi herencia eterna.
(Salmo 73:25-26)

Señor, tú eres lo más grande y maravilloso que hay en mi vida. Conocerte, fortalece mi corazón, y el saber que estaré contigo por toda la eternidad me ayuda a ver todo desde otra perspectiva. ¡Hoy recibo la fortaleza que viene de ti!

Bendito sea el Señor, que ha oído mi voz suplicante. El Señor es mi fuerza y mi escudo; mi corazón en él confía; de él recibo ayuda. Mi corazón salta de alegría, y con cánticos le daré gracias. El Señor es la fortaleza de su pueblo, y un baluarte de salvación para su ungido.
(Salmo 28:6-8)

Ya te lo he ordenado: ¡Sé fuerte y valiente! ¡No tengas miedo ni te desanimes! Porque el Señor tu Dios te acompañará dondequiera que vayas. (Josué 1:9)

Ya te lo he ordenado: ¡Sé fuerte y valiente! ¡No tengas miedo ni te desanimes! Porque el Señor tu Dios te acompañará dondequiera que vayas.
(Josué 1:9)

Padre Dios, te agradezco por tu compañía constante. Tu presencia me fortalece y me libra del temor. Hoy recibo tu ánimo y fortaleza para continuar por el camino de la vida, pues sé que vaya donde vaya, tú estás conmigo.

El Señor es mi luz y mi salvación; ¿a quién temeré?
El Señor es el baluarte de mi vida; ¿quién podrá amedrentarme?
(Salmo 27:1)

¿Acaso no lo sabes? ¿Acaso no te has enterado? El Señor es el Dios eterno, creador de los confines de la tierra. No se cansa ni se fatiga, y su inteligencia es insondable. Él fortalece al cansado y acrecienta las fuerzas del débil.
(Isaías 40:28-29)

El que habita al abrigo del Altísimo se acoge a la sombra del Todopoderoso. Yo le digo al Señor: «Tú eres mi refugio, mi fortaleza, el Dios en quien confío».
(Salmo 91:1-2)

¡Cuánto te amo, Señor, fuerza mía! El Señor es mi roca, mi amparo, mi libertador; es mi Dios, el peñasco en que me refugio. Es mi escudo, el poder que me salva, ¡mi más alto escondite!
(Salmo 18:1-2)

Aun los jóvenes se cansan, se fatigan, y los muchachos tropiezan y caen; pero los que confían en el Señor renovarán sus fuerzas; volarán como las águilas: correrán y no se fatigarán, caminarán y no se cansarán.
(Isaías 40:30-31)

El Señor fortalece a su pueblo; el Señor bendice a su pueblo con la paz. (Salmo 29:11)

El Señor fortalece a su pueblo; el Señor bendice a su pueblo con la paz.
(Salmo 29:11)

Gracias, Dios, porque como hijo tuyo que soy, puedo acudir a ti en cualquier momento para recibir fortaleza y paz. ¡Esa es tu bendición para todos los que te amamos! Mil gracias.

Todo lo puedo en Cristo que me fortalece.
(Filipenses 4:13)

El Señor es mi fuerza y mi cántico; él es mi salvación. Él es mi Dios, y lo alabaré; es el Dios de mi padre, y lo enalteceré.
(Éxodo 15:2)

El camino de Dios es perfecto; la palabra del Señor es intachable. Escudo es Dios a los que en él se refugian. ¿Pues quién es Dios, si no el Señor? ¿Quién es la roca, si no nuestro Dios? Es él quien me arma de valor y endereza mi camino; da a mis pies la ligereza del venado, y me mantiene firme en las alturas.
(2 Samuel 22:31-34)

Cobren ánimo y ármense de valor, todos los que en el Señor esperan. (Salmo 31:24)

Cobren ánimo y ármense de valor, todos los que en el Señor esperan.
(Salmo 31:24)

En ti, Señor, me he refugiado; jamás me dejes quedar en vergüenza. Por tu justicia, rescátame y líbrame; dígnate escucharme, y sálvame. Sé tú mi roca de refugio adonde pueda yo siempre acudir; da la orden de salvarme, porque tú eres mi roca, mi fortaleza.
(Salmo 71:1-3)

... pero él me dijo: «Te basta con mi gracia, pues mi poder se perfecciona en la debilidad». Por lo tanto, gustosamente haré más bien alarde de mis debilidades, para que permanezca sobre mí el poder de Cristo. Por eso me regocijo en debilidades, insultos, privaciones, persecuciones y dificultades que sufro por Cristo; porque, cuando soy débil, entonces soy fuerte.
(2 Corintios 12:9-10)

En ti, Señor, busco refugio; jamás permitas que me avergüencen; en tu justicia, líbrame.
Inclina a mí tu oído, y acude pronto a socorrerme. Sé tú mi roca protectora, la fortaleza de mi salvación.
Guíame, pues eres mi roca y mi fortaleza, dirígeme por amor a tu nombre.
(Salmo 31:1-3)

Pues Dios no nos ha dado un espíritu de timidez, sino de poder, de amor y de dominio propio.
(2 Timoteo 1:7)

No estén tristes, pues el gozo del Señor es nuestra fortaleza.
(Nehemías 8:10b)

El SEÑOR es mi fortaleza y mi canción; él es mi salvación. (Salmo 118:14)

El SEÑOR es mi fortaleza y mi canción;
él es mi salvación.
(Salmo 118:14)

Oren además para que seamos librados de personas perversas y malvadas, porque no todos tienen fe. Pero el Señor es fiel, y él los fortalecerá y los protegerá del maligno.
(2 Tesalonicenses 3:2-3)

Pero yo le cantaré a tu poder, y por la mañana alabaré tu amor;
porque tú eres mi protector, mi refugio en momentos de angustia.
(Salmo 59:16)

Rugirá el Señor desde Sión, tronará su voz desde Jerusalén, y la tierra y el cielo temblarán. Pero el Señor será un refugio para su pueblo, una fortaleza para los israelitas.
(Joel 3:16)

Señor, fuerza y fortaleza mía, mi refugio en el día de la angustia: desde los confines de la tierra vendrán a ti las naciones, y dirán: «Solo mentira heredaron nuestros antepasados; heredaron lo absurdo, lo que no sirve para nada. ¿Acaso puede el hombre hacer sus propios dioses? ¡Pero si no son dioses!»
«Por eso, esta vez les daré una lección; les daré a conocer mi mano poderosa. ¡Así sabrán que mi nombre es el Señor!
(Jeremías 16:19-21)

La salvación de los justos viene del Señor; él es su fortaleza en tiempos de angustia. El Señor los ayuda y los libra; los libra de los malvados y los salva, porque en él ponen su confianza.
(Salmo 37:39-40)

¡Refúgiense en el Señor y en su fuerza, busquen siempre su presencia!
(1 Crónicas 16:11)

Manténganse alerta; permanezcan firmes en la fe; sean valientes y fuertes. (1 Corintios 16:13)

Manténganse alerta; permanezcan firmes en la fe; sean valientes y fuertes.
(1 Corintios 16:13)

Señor, quiero estar alerta para no dejarme engañar por el enemigo. Ayúdame a permanecer firme en este día, a ser valiente en ti y a recibir tu fortaleza para triunfar en medio de las pruebas de la vida.

¿Quién es Dios, si no el Señor? ¿Quién es la roca, si no nuestro Dios? (Salmo 18:31)

¿Quién es Dios, si no el Señor? ¿Quién es la roca, si no nuestro Dios?
(Salmo 18:31)

¡Tú eres mi roca, Señor, en ti estoy firme! Me fortalece saber que no hay tormenta tan grande que me pueda sacar de debajo de tu protección.

Tú me respondiste cuando te hablé de mis caminos. ¡Enséñame tus decretos! Hazme entender el camino de tus preceptos, y meditaré en tus maravillas. De angustia se me derrite el alma: susténtame conforme a tu palabra.
(Salmo 119:26-28)

Yo les he dicho estas cosas para que en mí hallen paz. En este mundo afrontarán aflicciones, pero ¡anímense! Yo he vencido al mundo.
(Juan 16:33)

¡Ah, Señor mi Dios! Tú, con tu gran fuerza y tu brazo poderoso, has hecho los cielos y la tierra. Para ti no hay nada imposible.
(Jeremías 32:17)

Sean fuertes y valientes. No teman ni se asusten ante esas naciones, pues el Señor su Dios siempre los acompañará; nunca los dejará ni los abandonará.
(Deuteronomio 31:6)

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