27 versículos bíblicos sobre la vida eterna


Dios da un regalo maravilloso a todo el que acepta a Jesús como Señor y Salvador. Ese regalo es la vida eterna. Para los que creen en Jesús, la muerte física no es el final. Les espera un futuro eterno y lleno de vida en la presencia del Señor. Es una verdad bíblica, tal como lo vemos en los siguientes versículos.

El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que desobedece al Hijo no verá la vida sino que la ira de Dios permanece sobre él.
(Juan 3:36)

La vida eterna es para todo aquel que cree que Jesús es Dios. Cada persona tiene dos opciones: creer en Jesús o no creer. Quien elige creer, recibe la vida eterna y estará con Dios por toda la eternidad. Pero el que no lo hace, el que elige vivir en rebeldía y desobediencia a Dios, recibirá castigo, pues la salvación y el perdón se reciben solo a través de Jesús.

Y como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así es necesario que el Hijo del Hombre sea levantado para que todo aquel que cree en él tenga vida eterna.
(Juan 3:14-15)

Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito para que todo aquel que en él cree no se pierda mas tenga vida eterna.
(Juan 3:16)

Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen. Yo les doy vida eterna, y no perecerán jamás, y nadie las arrebatará de mi mano.
(Juan 10:27-28)

Y esta es la voluntad del que me envió: que yo no pierda nada de todo lo que me ha dado, sino que lo resucite en el día final. Esta es la voluntad de mi Padre: que todo aquel que mira al Hijo y cree en él tenga vida eterna, y que yo lo resucite en el día final.
(Juan 6:39-40)

Todo el que cree en Jesús, tiene vida eterna. Es la voluntad de Dios y el anhelo de su corazón: que muchos acepten a Jesús como Señor y Salvador para que puedan disfrutar de la vida eterna con él. ¿Ya has escogido a Jesús?

Porque la paga del pecado es muerte; pero el don de Dios es vida eterna en Cristo Jesús, Señor nuestro.
(Romanos 6:23)

De cierto, de cierto les digo que el que oye mi palabra y cree al que me envió tiene vida eterna. El tal no viene a condenación sino que ha pasado de muerte a vida.
(Juan 5:24)

Y este es el testimonio: que Dios nos ha dado vida eterna, y esta vida está en su Hijo. El que tiene al Hijo tiene la vida; el que no tiene al Hijo de Dios no tiene la vida. Estas cosas les he escrito a ustedes que creen en el nombre del Hijo de Dios para que sepan que tienen vida eterna.
(1 Juan 5:11-13)

Jesús le dijo: Yo soy la resurrección y la vida. El que cree en mí, aunque muera, vivirá. Y todo aquel que vive y cree en mí no morirá para siempre. ¿Crees esto?
(Juan 11:25-26)

No se engañen; Dios no puede ser burlado. Todo lo que el hombre siembre, eso mismo cosechará. Porque el que siembra para su carne, de la carne cosechará corrupción; pero el que siembra para el Espíritu, del Espíritu cosechará vida eterna.
(Gálatas 6:7-8)

Cosechamos lo que sembramos. Lo que hacemos y elegimos en esta vida, repercutirá por la eternidad. Sembremos semillas que fortalezcan la obra del Espíritu Santo en nosotros y disfrutaremos de la vida eterna.

No obstante, sabemos que el Hijo de Dios está presente y nos ha dado entendimiento para conocer al que es verdadero; y estamos en el verdadero, en su Hijo Jesucristo. Este es el verdadero Dios y la vida eterna.
(1 Juan 5:20)

Jesús habló de estas cosas y, levantando los ojos al cielo, dijo: “Padre, la hora ha llegado. Glorifica a tu Hijo para que el Hijo te glorifique a ti, así como le diste autoridad sobre todo hombre para que dé vida eterna a todos los que le has dado".
(Juan 17:1-2)

Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo a quien tú has enviado.
(Juan 17:3)

La ley entró para agrandar la ofensa, pero en cuanto se agrandó el pecado sobreabundó la gracia para que, así como el pecado reinó para muerte, así también la gracia reine por la justicia para vida eterna por medio de Jesucristo nuestro Señor.
(Romanos 5:20-21)

Pelea la buena batalla de la fe; echa mano de la vida eterna a la cual fuiste llamado y confesaste la buena confesión delante de muchos testigos.
(1 Timoteo 6:12)

Y esta es la promesa que él nos ha hecho: la vida eterna.
(1 Juan 2:25)

Trabajen, no por la comida que perece sino por la comida que permanece para vida eterna que el Hijo del Hombre les dará; porque en este, Dios el Padre ha puesto su sello.
Entonces le dijeron: ¿Qué haremos para realizar las obras de Dios?
Respondió Jesús y les dijo: Esta es la obra de Dios: que crean en aquel que él ha enviado.
(Juan 6:27-29)

Jesús le dijo: De cierto les digo que no hay nadie que haya dejado casa, o hermanos, o hermanas, o madre, o padre, o hijos, o campos, por causa de mí y del evangelio, que no reciba cien veces más ahora en este tiempo: casas, hermanos, hermanas, madres, hijos y campos, con persecuciones; y en la edad venidera, la vida eterna.
(Marcos 10:29-30)

—la vida fue manifestada, y la hemos visto; y les testificamos y anunciamos la vida eterna que estaba con el Padre y nos fue manifestada—,
(1 Juan 1:2)

Pero ustedes, oh amados, edificándose sobre la santísima fe de ustedes y orando en el Espíritu Santo, consérvense en el amor de Dios, aguardando con esperanza la misericordia de nuestro Señor Jesucristo para vida eterna.
(Judas 1:20-21)

Entonces irán estos al tormento eterno, y los justos a la vida eterna.
(Mateo 25:46)

Y muchos de los que duermen en el polvo de la tierra serán despertados, unos para vida eterna y otros para vergüenza y eterno horror. Los entendidos resplandecerán con el resplandor del firmamento; y los que enseñan justicia a la multitud, como las estrellas, por toda la eternidad.
(Daniel 12:2-3)

No obstante, por esta razón recibí misericordia, para que Cristo Jesús mostrase en mí, el primero, toda su clemencia para ejemplo de los que habían de creer en él para vida eterna.
(1 Timoteo 1:16)

Nadie puede venir a mí a menos que el Padre que me envió lo traiga; y yo lo resucitaré en el día final. Está escrito en los Profetas: Y serán todos enseñados por Dios. Así que todo aquel que oye y aprende del Padre viene a mí. No es que alguien haya visto al Padre, sino que aquel que proviene de Dios, este ha visto al Padre. De cierto, de cierto les digo: El que cree tiene vida eterna.
(Juan 6:44-47)

Pero ahora, libres del pecado y hechos siervos de Dios, tienen como su recompensa la santificación y, al fin, la vida eterna.
(Romanos 6:22)

Pero ¡qué estrecha es la puerta y qué angosto el camino que lleva a la vida! Y son pocos los que la hallan.
(Mateo 7:14)

Porque si por la ofensa de uno reinó la muerte por aquel uno, cuánto más reinarán en vida los que reciben la abundancia de su gracia y la dádiva de la justicia mediante aquel uno: Jesucristo.
(Romanos 5:17)

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