La Palabra de Dios es transformadora y está llena de poder. Veamos algunas de las frases bíblicas más conocidas y aprendamos a usarlas para acercarnos a nuestro Padre celestial en actitud de oración y con corazones llenos de gratitud.
1. Filipenses 4:13
Todo lo puedo en Cristo que me fortalece.
(Filipenses 4:13)
Gracias te doy, Padre, porque en Cristo tengo la fortaleza necesaria para afrontar las dificultades de la vida. Contigo soy vencedor. Amén.
2. Juan 3:16
Porque tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo unigénito, para que todo el que cree en él no se pierda, sino que tenga vida eterna.
(Juan 3:16)
Señor, que yo nunca olvide cuán grande es tu amor por mí. Te agradezco por el inmenso sacrificio de Jesús en la cruz a través del cual puedo tener vida eterna.
3. Romanos 8:28
Ahora bien, sabemos que Dios dispone todas las cosas para el bien de quienes lo aman, los que han sido llamados de acuerdo con su propósito.
(Romanos 8:28)
Gracias, Señor, por la confianza que puedo tener de que, si permites algo en mi vida, esa situación obrará para mi bien porque yo te amo con todo mi corazón. Confío en ti, Papá. En el nombre de Jesús, amén.
Aprende más sobre lo que significa Romanos 8:28.
4. 1 Corintios 13:4-5
El amor es paciente, es bondadoso. El amor no es envidioso ni jactancioso ni orgulloso. No se comporta con rudeza, no es egoísta, no se enoja fácilmente, no guarda rencor.
(1 Corintios 13:4-5)
Padre, este es el amor que viene de ti. Quiero llenarme más de tu presencia y de tu amor. ¡Quiero ser más como tú! Transforma mi corazón de tal manera que yo ame a mi prójimo de esta forma. Amén.
Mira esta colección de citas bíblicas que hablan sobre el amor.
5. Josué 1:9
Ya te lo he ordenado: ¡Sé fuerte y valiente! ¡No tengas miedo ni te desanimes! Porque el Señor tu Dios te acompañará dondequiera que vayas.
(Josué 1:9)
Señor, ayúdame a ser fuerte y valiente. Quita todo temor que esté impidiendo que yo te sienta. Ayúdame a experimentar tu presencia en todo momento y a recordar que de ti recibo todas las fuerzas necesarias para llevar a cabo lo que me has llamado a hacer.
Sé fuerte y valiente: la elección y el ministerio de Josué.
6. Números 6:24-26
El Señor te bendiga y te guarde; el Señor te mire con agrado y te extienda su amor; el Señor te muestre su favor y te conceda la paz.
(Números 6:24-26)
Señor Dios, ayúdame a reconocer tu obra y las bendiciones que traes a mi vida. Quiero percatarme de tu mover a mi favor y sobre todas las cosas, quiero recibir tu paz y vivir confiando en ti.
7. Filipenses 4:6-7
No se inquieten por nada; más bien, en toda ocasión, con oración y ruego, presenten sus peticiones a Dios y denle gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, cuidará sus corazones y sus pensamientos en Cristo Jesús.
(Filipenses 4:6-7)
Padre, que ninguna situación me haga olvidar que puedo acudir a ti en oración y en gratitud. No permitas que me inquiete y pierda el sentir de tu presencia y de tu paz. Guarda mi mente y ayúdame a refugiarme en tus brazos de amor. En el nombre de Jesús, amén.
8. 2 Corintios 5:7
Vivimos por fe, no por vista.
(2 Corintios 5:7)
Padre, aunque no te puedo ver con mis ojos físicos, confío en que estás conmigo en todo momento. Gracias porque tú guías mis pasos cada día y me muestras el camino a seguir. Tu voluntad y tu presencia traen paz a mi vida y afirman mi andar. Ayúdame a ser obediente.
9. Hechos 16:31
Cree en el Señor Jesús; así tú y tu familia serán salvos ...
(Hechos 16:31)
Gracias, Señor, por la salvación que me has concedido por medio de la fe en Jesucristo. Ayuda a mi familia a sentir tu presencia y a crecer en la fe. Quiero que, como yo, cada uno de ellos experimente tu amor, rinda su vida a ti y decida aceptarte como Salvador. Amén.
10. Isaías 41:10
Así que no temas, porque yo estoy contigo; no te angusties, porque yo soy tu Dios.Te fortaleceré y te ayudaré; te sostendré con mi diestra victoriosa.
(Isaías 41:10)
Señor, ayúdame a no temer ni tener ansiedad. Quiero vivir con la seguridad de que estás conmigo y me das la ayuda necesaria para vencer los problemas y obstáculos que se presentan en mi vida. Gracias porque me sostienes y nunca me soltarás. Contigo tengo paz y victoria sobre las dificultades.
11. Salmo 23:1-2
El Señor es mi pastor, nada me falta; en verdes pastos me hace descansar. Junto a tranquilas aguas me conduce.
(Salmo 23:1-2)
Gracias, Señor, porque tú eres el fiel pastor que me cuida, me provee y me ayuda. Gracias porque confiar en ti trae descanso y paz a mi alma.
¿Qué significa el Salmo 23, el salmo del buen Pastor?
12. Salmo 23:4
Aun si voy por valles tenebrosos, no temo peligro alguno porque tú estás a mi lado; tu vara de pastor me reconforta.
(Salmo 23:4)
Padre, en los momentos más oscuros cuando parece que todo se acaba, ayúdame a recordar que tú estás conmigo y no tengo nada que temer. Que yo pueda sentir tu presencia y ver tu luz, que mi ser se llene de esperanza y de paz. Gracias por estar siempre a mi lado. Amén.
13. Juan 14:6
Yo soy el camino, la verdad y la vida —le contestó Jesús—. Nadie llega al Padre sino por mí.
(Juan 14:6)
Gracias, Señor, porque la verdadera vida viene de ti. En ti tengo propósito y dirección, tú me guías y me ayudas a vivir como a ti te agrada. Gracias porque mi verdad es que te pertenezco por la eternidad. Ayúdame a glorificarte hoy y siempre. Amén.
Jesús: el camino, la verdad y la vida.
14. Efesios 2:8-9
Porque por gracia ustedes han sido salvados mediante la fe; esto no procede de ustedes, sino que es el regalo de Dios, no por obras, para que nadie se jacte.
(Efesios 2:8-9)
Te agradezco, Señor, por el increíble regalo de la salvación. En ti, y gracias a ti, tengo la esperanza de la vida eterna. Te amo, Papá. Amén.
15. Jeremías 29:11
Porque yo sé muy bien los planes que tengo para ustedes —afirma el Señor—, planes de bienestar y no de calamidad, a fin de darles un futuro y una esperanza.
(Jeremías 29:11)
Gracias, Señor, porque tienes planes buenos para mí y para todos los que te amamos. Ayúdame a escuchar tu voz y a ser obediente, a no desviarme jamás de tu plan. Quiero confiar siempre en tu inmenso amor.
16. Hebreos 11:1
Ahora bien, la fe es la garantía de lo que se espera, la certeza de lo que no se ve.
(Hebreos 11:1)
Padre amado, que mi fe esté siempre puesta en ti. Que mis ojos espirituales estén atentos a tu dirección, sabiendo que, aunque mis ojos físicos no vean nada, tú sí obras en el ámbito espiritual y puedo seguirte con confianza absoluta. En el nombre de Jesús, amén.
Aprende más sobre la fe, su significado y su importancia.
17. Salmo 118:24
Este es el día en que el Señor actuó; regocijémonos y alegrémonos en él.
(Salmo 118:24)
Gracias, Padre, porque tú actúas de forma maravillosa cada día. Te doy gracias en especial por el día en que llegaste a mi vida, el día en el que te recibí como Rey y Señor de mi corazón. Gracias a eso me regocijaré y me alegraré en ti por la eternidad. Amén.
Haz que tu día sea mejor con estos versículos.
18. 2 Timoteo 1:7
Pues Dios no nos ha dado un espíritu de timidez, sino de poder, de amor y de dominio propio.
(2 Timoteo 1:7)
Padre, ayúdame a ser valiente y a usar los dones que tú me has dado para extender tu amor y tu reino por doquier. Ayúdame a poner todo mi empeño en hacer las cosas que son importantes para ti. En el nombre de Jesús, amén.
19. Salmo 46:1-2
Dios es nuestro amparo y nuestra fortaleza, nuestra ayuda segura en momentos de angustia. Por eso, no temeremos aunque se desmorone la tierra y las montañas se hundan en el fondo del mar.
(Salmo 46:1-2)
Padre amado, en tus brazos tengo toda la seguridad y protección que necesito. Ayúdame a recordar que cuando lleguen las terribles tormentas y azotes de la vida, tú estarás conmigo. Tú eres todopoderoso y puedo refugiarme en ti. Gracias porque tú no me darás la espalda en mis momentos de mayor necesidad.
20. Juan 10:10
El ladrón no viene más que a robar, matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y la tengan en abundancia.
(Juan 10:10)
Gracias, Señor amado, por la vida abundante que tengo en ti, una vida llena de la presencia del Espíritu Santo. Ayúdame a enfocarme en ti y en hacer tu voluntad, en ver las personas y las circunstancias como tú las ves.
21. Juan 11:25-26
Entonces Jesús le dijo: Yo soy la resurrección y la vida. El que cree en mí vivirá, aunque muera; y todo el que vive y cree en mí no morirá jamás. ¿Crees esto?
(Juan 11:25-26)
Gracias, Señor amado, porque en ti tengo la vida eterna. Gracias por el gran gozo y la esperanza que has traído a mi vida. ¡Te amo, Señor!
22. 1 Tesalonicenses 5:16-18
Estén siempre alegres, oren sin cesar, den gracias a Dios en toda situación, porque esta es su voluntad para ustedes en Cristo Jesús.
(1 Tesalonicenses 5:16-18)
Padre amado, quiero vivir dentro de tu voluntad. Ayúdame a tener un corazón agradecido y a moverme con la actitud correcta en todo momento porque quiero que tú seas glorificado en todo lo que hago. Amén.
23. Deuteronomio 6:6-7
Grábate en el corazón estas palabras que hoy te mando. Incúlcaselas continuamente a tus hijos. Háblales de ellas cuando estés en tu casa y cuando vayas por el camino, cuando te acuestes y cuando te levantes.
(Deuteronomio 6:6-7)
Señor, mi Dios, quiero guardar tu Palabra en mi corazón y vivir siempre en tu voluntad. Anhelo que te sirvamos como familia. Ayúdame a enseñar tus palabras a mis hijos y a inspirar a los que amo para que te sirvamos y adoremos todos juntos. En el nombre de Jesús, amén.
24. 1 Corintios 16:14
Hagan todo con amor.
(1 Corintios 16:14)
Padre, lléname de tu amor cada día, de modo que todo lo que yo haga sea impulsado por tu amor. Quiero servir a otros con alegría y quiero amar a los demás con el amor puro e incondicional que viene de ti. Ayúdame, Señor. Amén.
25. Isaías 40:31
Pero los que esperan en el SEÑOR renovarán sus fuerzas; levantarán las alas como águilas. Correrán y no se cansarán; caminarán y no se fatigarán.
(Isaías 40:31)
Gracias, Señor, porque puedo acudir a tu presencia y renovar mis fuerzas. Por favor, dame nuevas fuerzas hoy para que yo pueda seguir adelante cumpliendo con la labor que me has encomendado. Amén.
26. Salmo 27:1
El Señor es mi luz y mi salvación;
¿a quién temeré?
El Señor es el baluarte de mi vida;
¿quién podrá amedrentarme?
(Salmo 27:1)
Gracias, Padre, por todo lo que eres para mí. En ti tengo luz y dirección para mi vida. Tú me has concedido la salvación de mi alma por medio de Jesucristo. En ti puedo ampararme en todo momento y sentirme protegido. Saber todo esto trae paz a mi corazón y expulsa el temor. ¡Te alabo hoy porque en ti estoy seguro!
27. Colosenses 3:23
Y todo lo que hagan, háganlo de buen ánimo como para el Señor y no para los hombres.
(Colosenses 3:23)
Padre, quiero hacer todo lo que hago como un regalo u ofrenda a ti. Dame un corazón servicial hacia los demás y una actitud de gozo que te glorifique a ti. En el nombre de Jesús, amén.
28. Juan 10:14-15
Yo soy el buen pastor y conozco mis ovejas, y las mías me conocen. Como el Padre me conoce, yo también conozco al Padre y pongo mi vida por las ovejas.
(Juan 10:14-15)
Gracias, Señor, porque tú eres mi buen pastor y te pertenezco por toda la eternidad. Gracias porque tú me conoces y yo te conozco, puedo hablar contigo en cualquier momento y escuchar tu voz. Te amo, Señor. Amén.
29. Mateo 5:3-11
Bienaventurados los pobres en espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos.
Bienaventurados los que lloran, porque ellos serán consolados.
Bienaventurados los mansos, porque ellos recibirán la tierra por heredad.
Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados.
Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos recibirán misericordia.
Bienaventurados los de limpio corazón, porque ellos verán a Dios.
Bienaventurados los que hacen la paz, porque ellos serán llamados hijos de Dios.
Bienaventurados los que son perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos.
Bienaventurados son cuando los vituperen y los persigan, y digan toda clase de mal contra ustedes por mi causa, mintiendo.
(Mateo 5:3-11)
Padre amado, gracias porque en ti soy bienaventurado. Gracias porque tú conoces lo más profundo de mi corazón, me guías y actúas a mi favor. Gracias porque, ante la incertidumbre y los peligros que hay en este mundo, puedo regocijarme en que recibiré la gran recompensa de estar contigo por toda la eternidad. En el nombre de Jesús, amén.
30. Juan 17:20-23
Pero no ruego solamente por estos sino también por los que han de creer en mí por medio de la palabra de ellos; para que todos sean uno así como tú, oh Padre, en mí y yo en ti, que también ellos lo sean en nosotros; para que el mundo crea que tú me enviaste. Yo les he dado la gloria que tú me has dado para que sean uno, así como también nosotros somos uno. Yo en ellos y tú en mí, para que sean perfectamente unidos; para que el mundo conozca que tú me has enviado, y que los has amado como también a mí me has amado.
(Juan 17:20-23)
¡Qué gozo saber que Jesús oró por mí! Gracias, Dios, porque me alcanzaste con tu mensaje de salvación y con tu amor. Ayúdame a contribuir esparciendo tu Palabra entre los que me rodean. Ayúdame también a amar a mis hermanos y a trabajar a favor de la unidad de la iglesia. Necesito de tu ayuda para ser de bendición en todo momento. ¡Lléname de ti y de tu amor cada día! En el nombre de Jesús, amén.
31. 1 Juan 1:9
Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados y limpiarnos de toda maldad.
(1 Juan 1:9)
Gracias, Padre, porque siempre me escuchas cuando me acerco a ti con humildad. Gracias porque eres el Dios perdonador, lleno de amor. Ayúdame a reconocer mis fallas y pecados y a permitir que tú me transformes completamente. Quiero brillar con tu luz y guiar a otros en tu camino. En el nombre de Jesús, amén.
32. Mateo 22:37-39
Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma y con toda tu mente. Este es el grande y el primer mandamiento. Y el segundo es semejante a él: Amarás a tu prójimo como a ti mismo.
(Mateo 22:37-39)
Señor amado, quiero amarte con todo mi corazón, con toda mi alma y con toda mi mente. Enséñame, por favor. Y no quiero quedarme ahí, también quiero aprender a amar a mi prójimo como a mí mismo. Ayúdame a perseverar en esto y a crecer en tu amor. Mi gran deseo es obedecerte siempre. En el nombre de Jesús, amén.
33. Salmo 73:25-26
¿A quién tengo yo en los cielos? Aparte de ti nada deseo en la tierra.
Mi cuerpo y mi corazón desfallecen; pero la roca de mi corazón y mi porción es Dios, para siempre.
(Salmo 73:25-26)
Amado Padre celestial, tú eres mi mayor tesoro y mi anhelo más grande es disfrutar de tu compañía. Gracias porque, aun cuando mis fuerzas físicas disminuyen, en ti soy fuerte. ¡Tú eres mi roca y mi porción! En ti tengo todo lo que necesito. Gracias, Dios, por el maravilloso regalo de tu presencia en mi vida. Amén.
34. Proverbios 3:3-4
Nunca se aparten de ti la misericordia y la verdad;
Átalas a tu cuello,
Escríbelas en la tabla de tu corazón;
Y hallarás gracia y buena opinión
Ante los ojos de Dios y de los hombres.
(Proverbios 3:3-4)
Señor, hazme más como tú. Ayúdame a vivir una vida llena de misericordia y a andar siempre en la verdad. Quiero impactar al mundo con tu presencia reflejada a través de mis palabras y mis acciones. Lléname más de ti. En el nombre de Jesús, amén.
35. Romanos 12:1-2
Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional. No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.
(Romanos 12:1-2)
Padre amado, ayúdame a hacer los sacrificios necesarios para vivir una vida agradable ante ti. Quiero que tú seas lo más importante en mi vida, que tú reines en mis acciones y en mis pensamientos. Anhelo vivir dentro de tu voluntad buena, agradable y perfecta. Guíame en todo momento. Por Cristo mi Señor, amén.
36. Mateo 6:33
Más bien, busquen primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas les serán añadidas.
(Mateo 6:33)
Señor, mi Dios, quiero centrarme en buscar tu presencia y en hacer tu voluntad en todo momento. Quita mi ansiedad ante las incertidumbres de la vida y ayúdame a confiar plenamente en tu provisión, tu cuidado y tu amor. Gracias porque, teniéndote a ti, mi vida está completa. ¡Te amo, Señor! Amén.
37. Romanos 8:31
¿Qué, pues, diremos a esto? Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros?
(Romanos 8:31)
Padre Dios, confío en tu poder y en tu cuidado sobre mí y sobre los que amo. Ayúdame a confiar siempre en tu protección, no quiero vivir con el corazón lleno de temor. Gracias porque tú estás siempre conmigo. En ti soy fuerte y en ti estoy seguro. Por Cristo Jesús, amén.
Otros artículos que podrían ser de interés: