La relación matrimonial es una en la que se viven tiempos alegres y maravillosos y también tiempos de tristeza y frustración. En medio de todos ellos podemos encontrar palabras de ánimo y fortaleza al leer la Biblia, la Palabra de Dios.
En momentos en los que parece difícil seguir adelante es bueno contar con la ayuda de otros. Acudir al pastor de la iglesia local, a hermanos maduros en la fe o a profesionales especializados en consejería matrimonial puede ayudar a iniciar el proceso de restauración.
Colosenses 3:12-14
Por lo tanto, como escogidos de Dios, santos y amados, revístanse de afecto entrañable y de bondad, humildad, amabilidad y paciencia, de modo que se toleren unos a otros y se perdonen si alguno tiene queja contra otro. Así como el Señor los perdonó, perdonen también ustedes. Por encima de todo, vístanse de amor, que es el vínculo perfecto.
(Colosenses 3:12-14)
¡Somos escogidos del Señor y hemos recibido tanto de él! Da mucha tranquilidad ver que en Dios tenemos todo lo que necesitamos para vivir en paz con él y con los demás. Siguiendo el ejemplo de Cristo nos revestimos de amor, bondad, humildad, amabilidad, paciencia y perdón para reflejar que somos sus escogidos y mantener abierta la puerta para la reconciliación.
1 Pedro 4:8
Sobre todo, ámense los unos a los otros profundamente, porque el amor cubre multitud de pecados.
(1 Pedro 4:8)
El amor es, y siempre será, la clave para las relaciones interpersonales. Al enfocarnos en amar profundamente dejamos de fijarnos en los defectos o malas costumbres nuestras y de los demás. En su lugar, en amor, trabajamos para fortalecer la relación y fomentar la unidad.
Filipenses 4:6-7
No se inquieten por nada; más bien, en toda ocasión, con oración y ruego, presenten sus peticiones a Dios y denle gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, cuidará sus corazones y sus pensamientos en Cristo Jesús.
(Filipenses 4:6-7)
Contrario a la inquietud o la preocupación, la oración y la gratitud pueden transformar las situaciones que enfrentamos y nuestra actitud hacia ellas. Llevar nuestras cargas delante de Dios, abre el corazón y la mente para recibir la paz del Señor. La oración afirma nuestra confianza en el poder incomparable de Dios. Él es el único que puede transformar cualquier situación.
1 Pedro 5:6-7
Humíllense, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que él los exalte a su debido tiempo. Depositen en él toda ansiedad, porque él cuida de ustedes.
(1 Pedro 5:6-7)
Acudir ante Dios en humildad siempre trae bendición. Podemos llevar todas nuestras cargas ante él, hablar con él y reconocer que necesitamos su ayuda. Él siempre nos responde y nos ayuda porque su gran amor para nosotros permanece firme aun en medio de las tempestades de la vida.
Filipenses 4:8
Por último, hermanos, consideren bien todo lo verdadero, todo lo respetable, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo digno de admiración, en fin, todo lo que sea excelente o merezca elogio.
(Filipenses 4:8)
Reflejamos con nuestras palabras y acciones lo que hay en nuestra mente. Pablo exhorta a la iglesia en Filipos a pensar en las cosas verdaderas, respetables, justas, puras, amables, dignas de admiración o que merecieran elogio. Guardar la mente protege el corazón de emociones desenfrenadas guiadas por la mentira o el error.
Efesios 4:31-32
Abandonen toda amargura, ira y enojo, gritos y calumnias, y toda forma de malicia. Más bien, sean bondadosos y compasivos unos con otros, y perdónense mutuamente, así como Dios los perdonó a ustedes en Cristo.
(Efesios 4:31-32)
En Dios tenemos el mejor ejemplo de amor y perdón. La amargura, la ira, el enojo y toda forma de malicia, traen separación y destrucción. Separan las amistades, las familias y destruyen nuestra paz interior. Dios nos muestra un camino mejor. El camino de la bondad, de la compasión y del perdón. Un corazón así trae paz, edificación, restauración y bendición para todos.
Gálatas 6:9
No nos cansemos de hacer el bien, porque a su debido tiempo cosecharemos si no nos damos por vencidos.
(Gálatas 6:9)
La Biblia es clara: se cosecha lo que se siembra. Pero toda cosecha requiere un tiempo de espera, lo cual puede causar desánimo. Lo importante es perseverar y seguir cosechando palabras y actitudes llenas de bondad. El resultado se verá, el gozo, la satisfacción y la buena cosecha llegarán a su debido tiempo: el tiempo del Señor.
Mateo 28:20b
Y les aseguro que estaré con ustedes siempre, hasta el fin del mundo.
(Mateo 28:20b)
Jesús ha prometido estar con los suyos siempre, cada día y en medio de todo lo que se hace en obediencia a él. Y así será, estará presente hasta el fin del mundo. Él es el mejor compañero que se puede tener en medio de todo lo que sucede día tras día. ¡Su presencia trae fortaleza, paz y esperanza!
Mateo 19:4-6
¿No han leído —replicó Jesús— que en el principio el Creador “los hizo hombre y mujer”, y dijo: “Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su esposa, y los dos llegarán a ser un solo cuerpo”? Así que ya no son dos, sino uno solo. Por tanto, lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre.
(Mateo 19:4-6)
El matrimonio fue idea de Dios y él es quien une a las dos personas. Con su poder, su amor y su presencia se pueden superar las pruebas.
Juan 14:1
No se angustien. Confíen en Dios, y confíen también en mí.
(Juan 14:1)
Son muchas las circunstancias que pueden angustiarnos en la vida. Pero la Biblia nos llama a seguir confiando en Dios y en su poder. La confianza en Dios nos ayuda a esperar con firmeza y seguridad porque tiene su fundamento en sus promesas y en su amor. Dios es siempre fiel, él nunca le falla a sus hijos. ¡En él se puede confiar!
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