El amor es un regalo divino que ilumina nuestras vidas y nos fortalece en cada paso. Es la conexión profunda que nos une, la fuerza que nos impulsa a crecer juntos. En cada gesto, en cada mirada y en cada palabra, encontramos un reflejo del cariño sincero que compartimos. Amar es elegirnos cada día, con paciencia, ternura y entrega.
El amor es paciente, es bondadoso. El amor no es envidioso ni jactancioso ni orgulloso. No se comporta con rudeza, no es egoísta, no se enoja fácilmente, no guarda rencor. El amor no se deleita en la maldad, sino que se regocija con la verdad. Todo lo disculpa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. El amor jamás se extingue.
(1 Corintios 13:4-8a)
Como llama divina es el fuego ardiente del amor. Ni las muchas aguas pueden apagarlo, ni los ríos pueden extinguirlo.
(Cantares 8:6b-7a)
Más valen dos que uno, porque obtienen más fruto de su esfuerzo. Si caen, el uno levanta al otro. ¡Ay del que cae y no tiene quien lo levante!
(Eclesiastés 4:9-10)
Regocijémonos y deleitémonos juntos, celebraremos tus caricias más que el vino. ¡Sobran las razones para amarte!
(Cantares 1:4b)
¡Cuán hermoso eres, amado mío! ¡Eres un encanto!
(Cantares 1:16)
Grábame como un sello sobre tu corazón; llévame como una marca sobre tu brazo.
(Cantares 8:6a)
Uno solo puede ser vencido, pero dos pueden resistir. ¡La cuerda de tres hilos no se rompe fácilmente!
(Eclesiastés 4:12)
Quien halla esposa halla la felicidad: muestras de su favor le ha dado el Señor.
(Proverbios 18:22)
¡Cuán bella eres, amada mía! ¡Cuán bella eres! ¡Tus ojos son dos palomas!
(Cantares 1:15)
Ah, si me besaras con los besos de tu boca… ¡grato en verdad es tu amor, más que el vino!
(Cantares 1:2)
Cautivaste mi corazón, hermana y novia mía, con una mirada de tus ojos; con una vuelta de tu collar cautivaste mi corazón.
(Cantares 4:9)
Doy gracias a Dios por nuestro amor, pues tiene su origen en él. Con él, nuestro amor ha prevalecido aun en los momentos de mayor dificultad. Tu compañía y apoyo amoroso me han sostenido y ayudado a seguir adelante.
Ahora, pues, permanecen estas tres virtudes: la fe, la esperanza y el amor. Pero la más excelente de ellas es el amor.
(1 Corintios 13:13)
Yo soy de mi amado, y mi amado es mío.
(Cantares 6:3a)
Toda tú eres bella, amada mía; no hay en ti defecto alguno.
(Cantares 4:7)
Por encima de todo, vístanse de amor, que es el vínculo perfecto.
(Colosenses 3:14)
Si nos llenamos del amor de Dios cada día, nuestro amor será inquebrantable. Contigo quiero caminar siempre, tomados de la mano y con Dios en el centro de nuestra relación.
En el amor no hay temor, sino que el amor perfecto echa fuera el temor.
(1 Juan 4:17b-18a)
¡No insistas en que te abandone o en que me separe de ti! Porque iré adonde tú vayas, y viviré donde tú vivas. Tu pueblo será mi pueblo, y tu Dios será mi Dios.
(Rut 1:16)
Nuestro amor es un regalo de Dios, y si lo cuidamos cada día con paciencia y fe, nada ni nadie podrá separarnos.
El odio es motivo de disensiones, pero el amor cubre todas las faltas.
(Proverbios 10:12)
Y nosotros hemos llegado a saber y creer que Dios nos ama. Dios es amor. El que permanece en amor, permanece en Dios, y Dios en él.
(1 Juan 4:16)
Como azucena entre las espinas es mi amada entre las mujeres.
(Cantares 2:2)
Cual manzano entre los árboles del bosque es mi amado entre los hombres. Me encanta sentarme a su sombra; dulce a mi paladar es su fruto.
(Cantares 2:3)
Queridos hermanos, amémonos los unos a los otros, porque el amor viene de Dios, y todo el que ama ha nacido de él y lo conoce.
(1 Juan 4:7)
¿No han leído —replicó Jesús— que en el principio el Creador “los hizo hombre y mujer”, y dijo: “Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su esposa, y los dos llegarán a ser un solo cuerpo”? Así que ya no son dos, sino uno solo. Por tanto, lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre.
(Mateo 19:4-6)
Contigo aprendí que el amor verdadero no se rinde ante los obstáculos, sino que se fortalece en Dios y crece con cada desafío.
Goza de la vida con la mujer amada cada día de la vida sin sentido que Dios te ha dado en este mundo.
(Eclesiastés 9:9a)
Sobre todo, ámense los unos a los otros profundamente, porque el amor cubre multitud de pecados.
(1 Pedro 4:8)
La casa y el dinero se heredan de los padres, pero la esposa inteligente es un don del Señor.
(Proverbios 19:14)
Que el Señor los haga crecer para que se amen más y más unos a otros.
(1 Tesalonicenses 3:12a)
Por eso el hombre deja a su padre y a su madre, y se une a su mujer, y los dos se funden en un solo ser.
(Génesis 2:24)
Su esposo confía plenamente en ella y no necesita de ganancias mal habidas. Ella le es fuente de bien, no de mal, todos los días de su vida.
(Proverbios 31:11-12)
En todo caso, cada uno de ustedes ame también a su esposa como a sí mismo, y que la esposa respete a su esposo.
(Efesios 5:33)
Y este es mi mandamiento: que se amen los unos a los otros, como yo los he amado.
(Juan 15:12)
Más bien, al vivir la verdad con amor, creceremos hasta ser en todo como aquel que es la cabeza, es decir, Cristo.
(Efesios 4:15)
Mujer ejemplar, ¿dónde se hallará? ¡Es más valiosa que las piedras preciosas!
(Proverbios 31:10)
Cuando Dios nos unió, nos dio la oportunidad de escribir juntos una historia de amor inquebrantable. Prometo seguir construyéndola a tu lado con amor y fidelidad.
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