La Torre de Babel es uno de los relatos más fascinantes de la Biblia, revelando las consecuencias de la soberbia humana y el desafío a Dios. Presente en Génesis 11, narra cómo la humanidad intentó erigir una torre hacia los cielos. Ante su arrogancia, Dios confundió sus lenguas y los dispersó por toda la tierra. La historia nos enseña que la rebelión y desobediencia a Dios traen consecuencias.
La torre de Babel fue una gran torre construida por los habitantes de la tierra con el propósito de alcanzar el cielo y ser famosos. La idea era construir la torre para poder permanecer juntos por siempre, sin tener que irse a vivir a otros lugares.
Después del diluvio, Dios dio a los habitantes de la tierra el mandato de multiplicarse y llenar toda la tierra. Si permanecían juntos en un solo lugar por siempre, desobedecían a Dios. Por otro lado, alcanzar al cielo era una meta no solo imposible, sino una muestra de soberbia. ¿De veras creían que podrían construir algo físico que los llevara hasta el cielo?
La construcción de la torre de Babel sucedió después del diluvio. La familia de Noé, los únicos humanos sobrevivientes del diluvio, creció y se extendió sobre la tierra. Todos hablaban el mismo idioma en ese tiempo.
Ellos vivían en Babilonia, ciudad que se encontraba en el país que conocemos hoy como Irak. Allí, en la región de Sinar, encontraron una llanura amplia en la que decidieron establecerse.
Un día, hablando entre ellos, decidieron construir una gran ciudad con una torre muy alta que llegara hasta el cielo. ¡Querían ser famosos gracias a ese logro! Pero esa no era la única razón. La construcción de la ciudad y la torre les permitiría permanecer juntos por siempre, en el mismo lugar. Usaron ladrillos y asfalto porque deseaban construir algo bien fuerte y duradero.
Se pusieron manos a la obra y comenzaron la construcción. Era un proyecto muy atractivo para ellos, así que todos se involucraron con mucho empeño. Dios los observaba y se dio cuenta de que, por voluntad propia, ellos no iban a desistir de su proyecto. Por eso dijo: «Será mejor que bajemos a confundir su idioma para que ya no se entiendan entre ellos mismos».
De un día para otro, no se podían entender. ¿Qué había sucedido? Los sonidos que salían por sus bocas eran todos diferentes y no lograban comunicarse entre ellos. Poco a poco, dejaron de construir la torre y la ciudad, y comenzaron a dispersarse. Se establecieron en diferentes regiones y la raza humana se esparció por toda la tierra.
A la ciudad que estaban construyendo, la llamaron Babel, una palabra que, en hebreo, suena al verbo confundir. Se le dio ese nombre, porque fue allí que Dios confundió el lenguaje de los humanos. Ese fue el momento en el que los seres humanos comenzaron a hablar en diferentes idiomas.
No sabemos cómo era la torre de Babel ni se conoce el lugar exacto de su construcción. Hay personas que piensan que los zigurats de Babilonia (torres escalonadas piramidales) eran parte de la construcción de la torre de Babel, pero nadie lo sabe con certeza.
Lecciones de la historia de la Torre de Babel
La historia de la torre de Babel nos enseña que la rebelión y desobediencia a Dios traen consecuencias. Esas consecuencias no solo nos afectan a nosotros, sino que pueden afectar a mucha gente. Ellos actuaron con rebeldía al esforzarse en permanecer en un solo lugar juntos, en lugar de obedecer el mandato de Dios de esparcirse por toda la tierra.
Esa actitud de rebeldía ante Dios, los llevó a trazar un plan que, al final, no funcionó. De todas formas, terminaron esparcidos por todos lados al no poder entenderse entre ellos.
Eso nos lleva a otro punto: el orgullo. Por más que pensemos que sabemos más que Dios o que nuestros planes son mejores que los suyos, Dios es Dios. Lo mejor para nosotros es reconocer su señorío y actuar bajo su voluntad, pues sus planes para nosotros son siempre mejores que los nuestros. Además, la voluntad de Dios siempre se cumplirá, aunque intentemos impedirla.
Por último, esta historia nos enseña lo importante que son la unidad y la buena comunicación. Podemos conseguir muchas cosas buenas si nos mantenemos unidos y nos comunicamos bien los unos con los otros.
Pero, por supuesto, el ingrediente principal debe ser la dirección de Dios. Con bastante probabilidad, el resultado de esta historia hubiera sido diferente si ellos se hubieran unido para cumplir con la voluntad de Dios.
Versículos bíblicos sobre la torre de Babel en Génesis 11
En ese entonces se hablaba un solo idioma en toda la tierra. 2 Al emigrar al oriente, la gente encontró una llanura en la región de Sinar y allí se establecieron.
3 Un día se dijeron unos a otros: «Vamos a hacer ladrillos y a cocerlos al fuego». Fue así como usaron ladrillos en vez de piedras y asfalto en vez de mezcla. 4 Luego dijeron: «Construyamos una ciudad con una torre que llegue hasta el cielo. De ese modo, nos haremos famosos y evitaremos ser dispersados por toda la tierra».
5 Pero el Señor bajó para observar la ciudad y la torre que los hombres estaban construyendo. 6 Entonces el Señor dijo: «Todos forman un solo pueblo y hablan un solo idioma; esto es solo el comienzo de sus obras y todo lo que se propongan lo podrán lograr. 7 Será mejor que bajemos a confundir su idioma para que ya no se entiendan entre ellos mismos».
8 De esta manera el Señor los dispersó desde allí por toda la tierra; por lo tanto, dejaron de construir la ciudad. 9 Por eso a la ciudad se le llamó Babel, porque fue allí donde el Señor confundió el lenguaje de todos los habitantes de la tierra y los dispersó por todo el mundo.
(Génesis 11:1-9)
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