Cada hijo es una bendición de Dios. Los padres cristianos desean que sus hijos crezcan amando al Señor y al presentarlos en la iglesia, afirman su compromiso de criarlos con conocimiento de Dios. La Biblia habla sobre la importancia de criar a los hijos con temor del Señor.
Por este niño oraba, y Jehová me dio lo que le pedí. Yo, pues, lo dedico también a Jehová; todos los días que viva, será de Jehová. Y adoró allí a Jehová.
(1 Samuel 1:27-28)
Porque tú formaste mis entrañas;
Tú me hiciste en el vientre de mi madre.
(Salmo 139:13)
Entonces le llevaron unos niños, para que pusiera las manos sobre ellos y orara, pero los discípulos los reprendieron. Entonces Jesús dijo: Dejen que los niños se acerquen a mí. No se lo impidan, porque el reino de los cielos es de los que son como ellos.
(Mateo 19:13-14)
Los hijos son una herencia del Señor,
el fruto del vientre es una recompensa.
(Salmo 127:3)
Pero tú eres el que me sacó del vientre;
El que me hizo estar confiado desde que estaba a los pechos de mi madre.
(Salmo 22:9)
Te alabaré; porque formidables, maravillosas son tus obras;
Estoy maravillado,
Y mi alma lo sabe muy bien.
No fue encubierto de ti mi cuerpo,
Bien que en oculto fui formado,
Y entretejido en lo más profundo de la tierra.
Mi embrión vieron tus ojos,
Y en tu libro estaban escritas todas aquellas cosas
Que fueron luego formadas,
Sin faltar una de ellas.
(Salmo 139:14-16)
Entonces Jesús tomó a los niños en sus brazos, puso sus manos sobre ellos, y los bendijo.
(Marcos 10:16)
Oye, Israel: el Señor nuestro Dios, el Señor es uno. Y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con todas tus fuerzas. Estas palabras que hoy te mando cumplir estarán en tu corazón, y se las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas cuando estés en tu casa, y cuando vayas por el camino, y cuando te acuestes y cuando te levantes.
(Deuteronomio 6:4-7)
Antes que te formase en el vientre te conocí, y antes que nacieses te santifiqué, te di por profeta a las naciones.
(Jeremías 1:5)
Yo que hago dar a luz, ¿no haré nacer? dijo Jehová. Yo que hago engendrar, ¿impediré el nacimiento? dice tu Dios.
(Isaías 66:9)
La mujer cuando da a luz, tiene dolor, porque ha llegado su hora; pero después que ha dado a luz un niño, ya no se acuerda de la angustia, por el gozo de que haya nacido un hombre en el mundo.
(Juan 16:21)
Toda buena dádiva y todo don perfecto descienden de lo alto, del Padre de las luces, en quien no hay cambio ni sombra de variación.
(Santiago 1:17)
¡Que el Señor te bendiga, y te cuide!
¡Que el Señor haga resplandecer su rostro sobre ti,
y tenga de ti misericordia!
¡Que el Señor alce su rostro sobre ti,
y ponga en ti paz!
(Números 6:24-26)
Antes de nacer fui puesto a tu cuidado;
aun estaba yo en el vientre de mi madre,
y tú eras ya mi Dios.
(Salmo 22:10)
Tú no sabes qué camino sigue el viento, ni cómo van creciendo los huesos del niño en el vientre de la mujer encinta, y tampoco entiendes las obras de Dios, que ha creado todas las cosas.
(Eclesiastés 11:5)
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