Textos bíblicos para el Día de las Madres


Dios ama profundamente a las madres, pues por medio de ellas él refleja su cuidado, sacrificio y amor incondicional. Hoy es un buen día para reconocer y agradecer todo lo que ellas son y hacen, con versículos bíblicos y frases inspiradas en la palabra de Dios. ¡Celebremos a mamá!

Se levantan sus hijos y la llaman bienaventurada;
Y su marido también la alaba:
Muchas mujeres hicieron el bien;
Mas tú sobrepasas a todas.
(Proverbios 31:28-29)

Mamá, en este día te damos gracias por ser una fuente de bendición y dedicar tu vida a cuidarnos y enseñarnos con amor y paciencia. ¡Eres un regalo maravilloso de Dios!

Fuerza y honor son su vestidura;
Y se ríe de lo por venir.
Abre su boca con sabiduría,
Y la ley de clemencia está en su lengua.
(Proverbios 31:25-26)

Mamá, doy gracias a Dios por tus palabras sabias, tu fortaleza y dignidad. Siempre me has inspirado, pues tratas a todos con bondad, enfrentas el futuro con una sonrisa y vives confiada en el Señor. ¡En él eres fuerte!

Mujer virtuosa, ¿quién la hallará?
Porque su estima sobrepasa largamente a la de las piedras preciosas.
(Proverbios 31:10)

Mami querida, doy gracias a Dios por tu amor incondicional y tu sabiduría en todo momento. Eres como una piedra preciosa, valiosa e irreemplazable, un tesoro sin igual.

Porque tú formaste mis entrañas;
Tú me hiciste en el vientre de mi madre.
Te alabaré; porque formidables, maravillosas son tus obras;
Estoy maravillado,
Y mi alma lo sabe muy bien.
(Salmo 139:13-14)

Gracias, Padre Dios, por formarme en el vientre de mi madre. Ella me ha guiado en tu camino y me ha inspirado en la fe desde el primer momento de mi vida. Su ejemplo me bendice y te doy muchas gracias por ella.

Como aquel a quien consuela su madre, así os consolaré yo a vosotros, y en Jerusalén tomaréis consuelo.
(Isaías 66:13)

Gracias, mamá, por tu consejo constante y por ser esa fuente de consuelo que siempre me ha sostenido, tal como Dios consuela a su pueblo.

Engañosa es la gracia  y vana la hermosura; la mujer que teme  a Jehová, esa  será alabada. (Proverbios 31:30)

Engañosa es la gracia, y vana la hermosura;
La mujer que teme a Jehová, esa será alabada.
(Proverbios 31:30)

Gracias, mami, por inspirarme con tu espíritu precioso, lleno del amor de Dios. Tú me enseñaste a temer al Señor y a vivir para él. ¡Muchas gracias!

Honra a tu padre y a tu madre, para que tus días se alarguen en la tierra que Jehová tu Dios te da.
(Éxodo 20:12)

Oye, hijo mío, la instrucción de tu padre,
Y no desprecies la dirección de tu madre.
(Proverbios 1:8)

Oye a tu padre, a aquel que te engendró;
Y cuando tu madre envejeciere, no la menosprecies.
(Proverbios 23:22)

Con el pasar de los años he logrado entender mejor tu sacrificio de amor y tu dedicación. Hoy reconozco lo valiosa que eres para nuestra familia y la gran bendición de tenerte como mamá. ¡Un abrazo, mami!

La mujer agraciada tendrá honra.
(Proverbios 11:16a)

Hoy rindo homenaje a mi madre, la gran mujer que Dios puso en mi vida para cuidarme y guiarme en sus caminos. Gracias, mami, por ser ejemplo de amor y bondad. Tu vida me acercó a Jesús.

Vuestro atavío no sea el externo de peinados ostentosos, de adornos de oro o de vestidos lujosos, sino el interno, el del corazón, en el incorruptible ornato de un espíritu afable y apacible, que es de grande estima delante de Dios.
(1 Pedro 3:3-4)

El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece; no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor; no se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad. Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta.
(1 Corintios 13:4-7)

Mamá, te agradezco por ser un reflejo del amor de Dios. Has soportado mis rebeliones, has creído en mí cuando todos me daban la espalda. Me has amado con el amor de Cristo y siempre daré gracias a Dios por ti.

Dadle del fruto de sus manos,
Y alábenla en las puertas sus hechos.
(Proverbios 31:31)

Instruye al niño en su camino,
Y aun cuando fuere viejo no se apartará de él.
(Proverbios 22:6)

Dios, gracias por mi mamá, pues ella me ha guiado con amor y sabiduría, instruyéndome en tu camino, para que nunca me aparte de él. ¡Qué bendición más grande!

Jehová te bendiga, y te guarde;
Jehová haga resplandecer su rostro sobre ti, y tenga de ti misericordia;
Jehová alce sobre ti su rostro, y ponga en ti paz.
(Números 6:24-26)

La bendición de Dios sea sobre ti hoy y por siempre, madre querida. ¡Te amo!

La mujer sabia edifica su casa;
Mas la necia con sus manos la derriba.
(Proverbios 14:1)

Padre amado, gracias por mi mamá, porque con sus manos ha edificado nuestro hogar con amor y paciencia, bendiciéndonos con sus palabras llenas de sabiduría.

Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón; y las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes.
(Deuteronomio 6:6-7)

Guarda, hijo mío, el mandamiento de tu padre,
Y no dejes la enseñanza de tu madre;
Átalos siempre en tu corazón,
Enlázalos a tu cuello.
Te guiarán cuando andes; cuando duermas te guardarán;
Hablarán contigo cuando despiertes.
(Proverbios 6:20-22)

El temor de Jehová es el principio de la sabiduría,
Y el conocimiento del Santísimo es la inteligencia.
Porque por mí se aumentarán tus días,
Y años de vida se te añadirán.
(Proverbios 9:10-11)

Jehová te oiga en el día de conflicto;
El nombre del Dios de Jacob te defienda.
Te envíe ayuda desde el santuario,
Y desde Sion te sostenga.
Haga memoria de todas tus ofrendas,
Y acepte tu holocausto. Selah
Te dé conforme al deseo de tu corazón,
Y cumpla todo tu consejo.
(Salmo 20:1-4)

He aquí, herencia de Jehová son los hijos;
Cosa de estima el fruto del vientre.
(Salmo 127:3)

Oye, hijo mío, la instrucción de tu padre,
Y no desprecies la dirección de tu madre;
Porque adorno de gracia serán a tu cabeza,
Y collares a tu cuello.
(Proverbios 1:8-9)

Mami, te agradezco por enseñarme a vivir dentro de la voluntad de Dios. Tus enseñanzas son como joyas que adornan mi vida y me guían siempre.

Corona de los viejos son los nietos,
Y la honra de los hijos, sus padres.
(Proverbios 17:6)

La mujer cuando da a luz, tiene dolor, porque ha llegado su hora; pero después que ha dado a luz un niño, ya no se acuerda de la angustia, por el gozo de que haya nacido un hombre en el mundo.
(Juan 16:21)

No tengo yo mayor gozo que este, el oír que mis hijos andan en la verdad.
(3 Juan 1:4)

El Señor añadirá sus bendiciones
sobre ustedes y sobre sus hijos.
¡Benditos sean ustedes por el Señor,
creador del cielo y de la tierra!
(Salmo 115:14-15)

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