¿Necesitas temas de oración para una reunión con los hermanos de la iglesia? Aquí encontrarás una lista con temas para orar, versículos bíblicos de referencia e ideas sobre cómo orar para que logren juntos, como iglesia, orar con poder y con corazones llenos de fe.
¡Intercedamos ante Dios! ¡Podemos cambiar el mundo con nuestras oraciones!
1. Que la paz de Dios llene nuestros corazones en medio de cualquier situación
No se inquieten por nada; más bien, en toda ocasión, con oración y ruego, presenten sus peticiones a Dios y denle gracias. 7 Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, cuidará sus corazones y sus pensamientos en Cristo Jesús.
(Filipenses 4:6-7)
Cada día oímos y leemos noticias inquietantes que nos pueden robar la paz. No solo eso, en nuestra vida personal y familiar pasamos por enfermedades, problemas económicos y muchas situaciones que alteran nuestro vivir. Pero en medio de todo eso, Dios nos quiere dar su paz.
Oremos hoy para que nos llenemos de la paz del Señor, la que sobrepasa todo entendimiento. Pidamos a nuestro Padre celestial que guarde nuestros pensamientos y corazones, que quite toda ansiedad y que nos llene desde este momento con su presencia pacificadora. Él obrará en cada situación, podemos creerlo con confianza.
2. Que la justicia de Dios se manifieste en este mundo
Porque Dios «pagará a cada uno según lo que merezcan sus obras». 7 Él dará vida eterna a los que, perseverando en las buenas obras, buscan gloria, honor e inmortalidad. 8 Pero los que por egoísmo rechazan la verdad para aferrarse a la maldad recibirán el gran castigo de Dios.
(Romanos 2:6-8)
Tristemente, hay mucha injusticia en este mundo. En ocasiones, puede parecer que los malvados y los corruptos triunfan. Pero la realidad es que Dios reina, y él hará justicia.
Pidamos a Dios que nos ayude a fijar nuestra mirada en él y en lo que él desea que hagamos en medio de este mundo corrupto. Que Dios llene nuestros corazones de confianza, sabiendo que su justicia llegará. Oremos para que Dios nos dé valentía. Que siempre hagamos lo que es correcto y justo, sin dejarnos llevar por las corrientes del mundo. Que su justicia fluya a través de nosotros, sus hijos.
3. Por la segunda venida de Jesús
¡Miren! ¡Ya pronto vengo! Y traigo conmigo mi galardón, para recompensar a cada uno conforme a sus acciones. 13 Yo soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin, el primero y el último.
El que da testimonio de estas cosas dice: «Ciertamente, vengo pronto.» Amén. ¡Ven, Señor Jesús!
Apocalipsis 22:12-13 y 20
El Señor Jesús prometió que regresará y esa es la gran esperanza de cada uno de sus hijos. Este mundo es duro e incierto, pero tenemos la certeza de que estaremos toda la eternidad con Jesús.
Oremos a Dios para que nos ayude a estar preparados para la segunda venida de Jesús. Que seamos hijos fieles a Dios y que nos aferremos a la esperanza de la vida eterna que disfrutaremos con él.
Oremos también por los que todavía no han oído las buenas nuevas del Evangelio. Que muy pronto ellos puedan saber que Cristo volverá, que necesitan recibir la salvación mientras todavía hay tiempo.
4. Que Dios restaure la salud de los enfermos que conocemos
¿Está enfermo alguno de ustedes? Haga llamar a los ancianos de la iglesia para que oren por él y lo unjan con aceite en el nombre del Señor. 15 La oración de fe sanará al enfermo y el Señor lo levantará. Y, si ha pecado, su pecado se le perdonará. 16 Por eso, confiésense unos a otros sus pecados, y oren unos por otros, para que sean sanados. La oración del justo es poderosa y eficaz.
(Santiago 5:14-16)
Sáname, Señor, y seré sanado;
sálvame y seré salvado,
porque tú eres mi alabanza.
(Jeremías 17:14)
Seguro que, si no estás enfermo, por lo menos conoces a alguien que lo está. ¡Qué bueno saber que Dios tiene poder para sanar cualquier enfermedad! Oremos por los enfermos que conocemos, para que Dios obre en sus cuerpos y en sus corazones. Que puedan sentir el poder de Dios obrando y sanando toda enfermedad.
Oremos por los enfermos que todavía no conocen al Señor, que puedan, sobre todas las cosas, oír su mensaje de amor y rendirse a él. Que Dios obre en sus cuerpos de forma poderosa y que él sea glorificado.
5. Que afirmemos nuestra identidad en Dios, que sepamos quiénes somos en él
Ustedes antes ni siquiera eran pueblo, pero ahora son pueblo de Dios; antes no habían recibido misericordia, pero ahora ya la han recibido.
(1 Pedro 2:10)
Puesto que ustedes ya han resucitado con Cristo, busquen las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la derecha de Dios. 2 Pongan la mira en las cosas del cielo, y no en las de la tierra. 3 Porque ustedes ya han muerto, y su vida está escondida con Cristo en Dios.
(Colosenses 3:1-3)
Hoy día hay muchas personas con conflictos de identidad, no saben quiénes son, por qué Dios las hizo como son ni para qué han sido creadas. Gloria a Dios que en él nos sabemos hijos amados, preciosos y valiosos. En Dios nuestra vida tiene sentido. ¡Nadie nos puede quitar nuestra posición en Cristo!
Oremos para que permanezcamos firmes en el Señor y en quiénes somos en él. Que escuchemos la voz de Dios afirmándonos y no permitamos que el diablo ponga dudas sobre la obra que Cristo ha hecho a favor nuestro.
Demos gracias a Dios por la forma en que nos hizo, a su imagen y semejanza. Él tiene un propósito precioso para cada uno de nosotros.
6. Por la venida del reino de Dios
Venga tu reino.
Hágase tu voluntad,
en la tierra como en el cielo.
(Mateo 6:10)
Porque el reino de Dios no es cuestión de palabras, sino de poder.
(1 Corintios 4:20)
Queremos ver la manifestación del poder de Dios en este mundo, desatando ataduras, sanando enfermos, salvando a los perdidos. Oremos para que esto se cumpla en nuestra comunidad, en nuestra nación y en todo el mundo. Pidamos a Dios que nos ayude a ser agentes suyos, llevando su Palabra y su luz dondequiera que vamos.
Oremos para que Dios nos dé osadía, valor para hablar sobre él y para orar por otras personas. Que su reino se extienda a cada rincón del planeta durante nuestra generación y que su voluntad se cumpla en todo momento.
7. Que sea Dios quien nos guíe y dirija en cada decisión y en cada situación que enfrentemos
Señor, dame a conocer tus caminos;
¡Enséñame a seguir tus sendas!
5 Todo el día espero en ti;
¡enséñame a caminar en tu verdad,
pues tú eres mi Dios y salvador!
(Salmo 25:4-5)
Son muchas las decisiones que debemos tomar cada día que repercutirán firmemente en nuestro futuro. Queremos ser guiados por Dios, queremos hacer su voluntad en todo momento para que él sea glorificado.
Oremos por la dirección de Dios en nuestras decisiones personales, familiares y como iglesia. Que él sea siempre nuestro guía y director, que busquemos su rostro en todo momento para hacer su voluntad en medio de cualquier situación. Pidamos a Dios sabiduría para tomar decisiones que lo glorifiquen a él y que reflejen su cuidado sobre nosotros.
8. Por el crecimiento de la Iglesia alrededor del mundo y un gran avivamiento
Así ya no seremos niños, zarandeados por las olas y llevados de aquí para allá por todo viento de enseñanza y por la astucia y los artificios de quienes emplean artimañas engañosas. 15 Más bien, al vivir la verdad con amor, creceremos hasta ser en todo como aquel que es la cabeza, es decir, Cristo. 16 Por su acción todo el cuerpo crece y se edifica en amor, sostenido y ajustado por todos los ligamentos, según la actividad propia de cada miembro.
(Efesios 4:14-16)
Pero, cuando venga el Espíritu Santo sobre ustedes, recibirán poder y serán mis testigos tanto en Jerusalén como en toda Judea y Samaria, y hasta los confines de la tierra.
(Hechos 1:8)
Oremos por el crecimiento de la iglesia, que se extienda por todas las naciones. Que como iglesia permanezcamos firmes en el Señor en medio de enseñanzas que buscan confundirnos. Oremos para que, como hijos de Dios, estemos llenos del Espíritu Santo y nos dejemos guiar siempre por él.
Pidamos a Dios sabiduría para que seamos efectivos al llevar el mensaje de salvación. Que no nos dejemos intimidar por la sociedad secular en la que vivimos o por la oposición al mensaje de Cristo. Movámonos en el poder de Dios. Proclamemos su verdad y usemos todas las herramientas que tenemos para extender el reino de Dios por todo el mundo.
9. Por la protección del pueblo de Dios en los lugares donde se prohíbe ser cristiano
Dios es nuestro amparo y fortaleza,
Nuestro pronto auxilio en todos los problemas.
2 Por eso no tenemos ningún temor.
Aunque la tierra se estremezca,
y los montes se hundan en el fondo del mar;
3 aunque sus aguas bramen y se agiten,
y los montes tiemblen ante su furia.
(Salmo 46:1-3)
El ángel de Jehová acampa alrededor de los que le temen,
Y los defiende.
(Salmo 34:7)
Son muchos los hermanos en Cristo que viven en países donde prohíben creer en Jesús como Señor y Salvador. ¡Intercedamos cada día por nuestra familia en Cristo! Pidamos la protección de Dios sobre sus vidas, que él los fortalezca y les dé valor para perseverar en medio de la oposición a la que se enfrentan.
Oremos por la unción del Espíritu Santo sobre cada uno de nuestros hermanos. Que ellos puedan sentir la presencia de Dios en todo momento y que vean cómo Dios los cuida y los ayuda a seguir adelante, fieles en él. Oremos también por cambios en las leyes de los países para que permitan la adoración a Dios con libertad.
10. Sabiduría para los gobernantes y los que están en autoridad. Que busquen a Dios y se rindan ante él
Así que recomiendo, ante todo, que se hagan plegarias, oraciones, súplicas y acciones de gracias por todos, 2 especialmente por los gobernantes y por todas las autoridades, para que tengamos paz y tranquilidad, y llevemos una vida piadosa y digna.
(1 Timoteo 2:1-2)
En las manos del Señor el corazón del rey es como un río:
sigue el curso que el Señor le ha trazado.
(Proverbios 21:1)
No es fácil gobernar un país, hace falta mucha sabiduría, un firme sentido de justicia, amor por el pueblo y muchas cosas más. Oremos por los que gobiernan nuestro país y los países vecinos, que conozcan a Jesús y se rindan ante él. Que tengan corazones sensibles a la voz de Dios y que gobiernen con justicia y amor.
Oremos que cada gobernante busque la paz, para que todos podamos vivir tranquilos y con estabilidad. Que los líderes políticos busquen el bienestar del pueblo y rechacen la corrupción. Que lideren conforme al modelo de liderazgo que agrada a Dios. Que guíen a las naciones al progreso con rectitud, que valoren lo que Dios valora y rechacen lo que Dios rechaza.
11. Que los hijos de Dios estemos llenos del Espíritu Santo y de la sabiduría de Dios
Pero el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, les enseñará todas las cosas y les hará recordar todo lo que les he dicho.
(Juan 14:26)
Pero, cuando venga el Espíritu de la verdad, él los guiará a toda la verdad, porque no hablará por su propia cuenta, sino que dirá solo lo que oiga y les anunciará las cosas por venir.
(Juan 16:13)
Como hijos de Dios, queremos obedecerle en todo, andar en sus fuerzas y con su poder. Para eso necesitamos estar llenos del Espíritu Santo en todo momento. Oremos para que, como iglesia, tengamos sed de Dios, que busquemos la presencia de su Espíritu y su dirección cada día.
Oremos por corazones sensibles al Espíritu Santo. Que tengamos un gran deseo de andar sabiamente, siguiendo siempre la dirección de Dios. Que escuchemos al Espíritu Santo cuando nos recuerda las verdades bíblicas y que seamos obedientes al llamado de Dios.
12. Que seamos valientes y creativos al compartir el evangelio con la gente de nuestro entorno
Jesús se acercó y les dijo: «Toda autoridad me ha sido dada en el cielo y en la tierra. 19 Por tanto, vayan y hagan discípulos en todas las naciones, y bautícenlos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. 20 Enséñenles a cumplir todas las cosas que les he mandado. Y yo estaré con ustedes todos los días, hasta el fin del mundo.» Amén.
(Mateo 28:18-20)
Porque no hay diferencia entre judío y griego, pues el mismo que es Señor de todos, es rico para con todos los que le invocan; 13 porque todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo.
14 ¿Cómo, pues, invocarán a aquel en el cual no han creído? ¿Y cómo creerán en aquel de quien no han oído? ¿Y cómo oirán sin haber quien les predique? 15 ¿Y cómo predicarán si no fueren enviados? Como está escrito: ¡Cuán hermosos son los pies de los que anuncian la paz, de los que anuncian buenas nuevas!
(Romanos 10:12-15)
Hay millones de personas que todavía no han escuchado el mensaje del Evangelio. Aún alrededor nuestro, hay muchas personas que necesitan recibir al Señor. Pidamos a Dios que nos muestre la mejor forma para alcanzar aquellos que nos rodean y que nos dé valentía para aprovechar las oportunidades que se nos presentan.
Estemos atentos a las necesidades a nuestro alrededor. Preguntemos a Dios cómo podemos ayudar para que estas sean suplidas, mostrando el amor de Dios de forma práctica. Oremos para que los que nos rodean sean sensibles al Señor. Que tengan sueños o pensamientos que les lleven a buscar a Dios.
Agradece a Dios por su compañía constante y porque él nos ayuda a cumplir con la gran comisión.
13. Que estemos conscientes y agradecidos por todas las bendiciones que Dios nos da
Toda buena dádiva y todo don perfecto descienden de lo alto, donde está el Padre que creó las lumbreras celestes, y que no cambia como los astros ni se mueve como las sombras. 18 Por su propia voluntad nos hizo nacer mediante la palabra de verdad, para que fuéramos como los primeros y mejores frutos de su creación.
(Santiago 1:17-18)
Así que nosotros, que estamos recibiendo un reino inconmovible, seamos agradecidos. Inspirados por esta gratitud, adoremos a Dios como a él le agrada, con temor reverente,
(Hebreos 12:28)
Aun siendo cristianos, a veces pasan los días sin que demos gracias a Dios por sus bendiciones. ¡Y son tantas las bendiciones que Dios nos concede! Oremos por corazones llenos de agradecimiento ante las constantes bendiciones de Dios.
Demos gracias a Dios por cada cosa buena que nos ha concedido en esta semana: salud, familia, su cuidado, su presencia, el gozo de ser sus hijos, la paz eterna que tenemos en él, nuestros hijos, el techo sobre nuestra cabeza, la salvación en Jesús... nombremos y agradezcamos por todo lo que venga a nuestra mente. ¡Dios es bueno y muy generoso!
14. Que seamos ejemplo en palabra, en conducta, en amor, en fe y en pureza
Ninguno tenga en poco tu juventud, sino sé ejemplo de los creyentes en palabra, conducta, amor, espíritu, fe y pureza.
(1 Timoteo 4:12)
Sin importar nuestra edad, la Biblia nos llama a ser ejemplo para los demás, a inspirar confianza y a testificar con nuestras acciones sobre lo que Dios ha hecho en nosotros. Debemos destacarnos como ciudadanos ejemplares que bendicen y ayudan a los demás. Sobre todo, debemos llevar el amor de Dios a los que nos rodean.
Hay muchas personas que no tienen buenos modelos para seguir. Oremos para que Dios nos ayude a tener una conducta ejemplar que inspire a los demás. Oremos para que Dios nos ayude a ser ejemplos de integridad, que siempre cumplamos lo que prometemos, y digamos la verdad en amor. Que nuestra profunda fe inspire a otros a servir a Dios de todo corazón.
15. Que los hijos de Dios nos mantengamos firmes y no cedamos ante la tentación
Ustedes no han sufrido ninguna tentación que no sea común al género humano. Pero Dios es fiel, y no permitirá que ustedes sean tentados más allá de lo que puedan aguantar. Más bien, cuando llegue la tentación, él les dará también una salida a fin de que puedan resistir.
(1 Corintios 10:13)
Velad y orad, para que no entréis en tentación; el espíritu a la verdad está dispuesto, pero la carne es débil.
(Mateo 26:41)
Servimos a Dios, pero seguimos viviendo en un mundo donde hay muchas tentaciones. Oremos para que Dios nos ayude a mantenernos firmes en él. Que nos llenemos de Dios cada día y aprendamos a decir "sí" a lo que agrada a Dios, y "no" a lo que le desagrada. Que Dios nos ayude a no ceder ante la tentación, que no nos dejemos llevar por la opinión o la presión de los demás.
Una vida fuerte en el Señor nos ayudará a resistir la tentación. Pidamos a Dios que nos dé hambre y sed de él, un deseo inmenso de hacer su voluntad en todo momento. Que Dios nos dé sabiduría para no meternos en situaciones de tentación, que sepamos escoger las amistades, los lugares que visitamos, las películas que vemos. Oremos para permanecer siempre firmes y fuertes en el Señor.
16. Por el alivio y la paz de Dios sobre los que sufren
Compadécete, Señor, de mí,
porque a ti clamo todo el día.
4 Reconforta el espíritu de tu siervo,
porque a ti, Señor, elevo mi alma.
(Salmo 86:3-4)
Porque estos sufrimientos insignificantes y momentáneos producen en nosotros una gloria cada vez más excelsa y eterna. 18 Por eso, no nos fijamos en las cosas que se ven, sino en las que no se ven; porque las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas.
(2 Corintios 4:17-18)
¡Hay tanto sufrimiento en este mundo! Muchas veces nosotros mismos sufrimos porque estamos en el mundo aunque no pertenecemos a este mundo. Gracias a Dios que contamos con su ayuda y su compasión.
Oremos por todos los que sufren debido a enfermedades, injusticia, persecución, rechazo, problemas financieros o cualquier otra situación. Que puedan experimentar la bondad de Dios y ver cómo él obra. Que Dios conforte y ayude a las personas que conocemos que sufren en este momento. Que ellas puedan sentir el brazo de Dios y que vean cómo él se mueve y transforma la situación.
17. Por la protección y la fortaleza de Dios sobre la iglesia perseguida, aquellos que sufren por amor al Señor
Bienaventurados los que padecen persecución por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos.
(Mateo 5:10)
No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia.
(Isaías 41:10)
Hay miles de hermanos en Cristo en la cárcel o en campos de re-educación alrededor del mundo. Oremos por ellos. Su situación diaria es bien estresante y difícil. Reciben presión y torturas para obligarlos a negar a Cristo. Oremos por la fortaleza de Dios, que sientan una unción especial del Espíritu Santo que los capacite para permanecer firmes y fuertes. Muchas veces reciben poca comida, es físicamente extenuante.
Oremos que Dios les dé fuerzas físicas, espirituales y emocionales para perseverar en medio de las presiones diarias a las que se les somete. Que puedan sentir al Espíritu Santo recordándoles porciones bíblicas de fortaleza. Que Dios provea hasta de forma milagrosa, la compañía y el alimento que necesitan cada día.
18. Que los hijos de Dios vivamos en obediencia a sus mandatos
Samuel le contestó: ¿Y crees que al Señor le gustan tus holocaustos y ofrendas más que la obediencia a sus palabras? Entiende que obedecer al Señor es mejor que ofrecerle sacrificios, y que escucharlo con atención es mejor que ofrecerle la grasa de los carneros.
(1 Samuel 15:22)
Jesús le respondió: El que me ama, obedecerá mi palabra; y mi Padre lo amará, y vendremos a él, y con él nos quedaremos a vivir.
(Juan 14:23)
A Dios le agrada nuestra obediencia. Y la obediencia surge de un corazón sometido a Dios, un corazón que anhela agradar a Dios en todo. Pidamos a Dios que nos dé un deseo ferviente de obedecerle. Que nos ayude a ser valientes para hacer siempre lo que él desea, no lo que la gente prefiere.
Oremos también para que Dios nos libre de la hipocresía o dualidad. Que no busquemos impresionar a las personas con nuestras acciones mientras nuestros corazones permanecen rebeldes ante Dios. Que Dios nos ayude a estar firmes en él y a ser íntegros en todo momento, viviendo conforme a su voluntad y obedeciendo sus mandatos de todo corazón.
19. Que la Palabra de Dios llegue a todas las naciones y grupos étnicos
¡Canten al Señor todos en la tierra!
¡Anuncien su salvación todos los días!
24 ¡Canten entre los pueblos su gloria!
¡Anuncien entre los pueblos sus maravillas!
(1 Crónicas 16:23-24)
Cantad a Jehová cántico nuevo;
Cantad a Jehová, toda la tierra.
2 Cantad a Jehová, bendecid su nombre;
Anunciad de día en día su salvación.
3 Proclamad entre las naciones su gloria,
En todos los pueblos sus maravillas.
(Salmo 96:1-3)
A través de los años, el Evangelio ha avanzado y llegado hasta lugares remotos. ¡Gloria a Dios por eso! Demos gracias a Dios por los misioneros que han ido a países lejanos dejando todo atrás por amor a Cristo. Gracias a Dios por el fruto de cada esfuerzo misionero.
Oremos por más obreros, personas dispuestas a ir hasta lo último de la tierra para llevar el mensaje de salvación. Oremos por el uso de la tecnología para esparcir la Palabra de Dios. Que muchos no creyentes lean o escuchen sobre Dios a través de Internet, la radio o la televisión cristiana, películas o libros.
Oremos por corazones abiertos, preparados para recibir al Señor y vivir para él. Que cada grupo étnico sea alcanzado con la esperanza de la vida eterna en Cristo Jesús.
20. Que el mundo sea lleno del conocimiento de la gloria de Dios
Porque la tierra será llena del conocimiento de la gloria de Jehová, como las aguas cubren el mar.
(Habacuc 2:14)
Los cielos cuentan la gloria de Dios,
Y el firmamento anuncia la obra de sus manos.
(Salmo 19:1)
Muchos de los que nos rodean están ciegos espiritualmente. No consiguen ver la grandeza de la gloria de Dios, revelada en la naturaleza. Oremos para que se abran los ojos espirituales de los que nos rodean. Que ellos despierten y se den cuenta de la grandeza, el poder y la gloria de Dios antes de que sea demasiado tarde.
21. El consuelo de Dios sobre los que han perdido a un ser querido
Dios enjugará las lágrimas de los ojos de ellos, y ya no habrá muerte, ni más llanto, ni lamento ni dolor; porque las primeras cosas habrán dejado de existir.
5 El que estaba sentado en el trono dijo: «Mira, yo hago nuevas todas las cosas.» Y me dijo: «Escribe, porque estas palabras son fieles y verdaderas.»
(Apocalipsis 21:4-5)
Tú, Señor, eres el refugio de los pobres;
eres su amparo en momentos de angustia.
(Salmo 9:9)
Perder a un ser querido es bastante doloroso. Toma tiempo adaptarse a la ida de la persona, son muchas las lágrimas derramadas por los que quedan. Oremos por los que han sufrido la muerte física de algún ser querido. Que puedan ampararse en los brazos del Señor y sentir su consuelo.
Demos gracias a Dios por la esperanza de la vida eterna que tenemos en él. Allá no habrá más sufrimientos, despedidas, incertidumbre, enfermedad, muerte. En Cristo tenemos la esperanza de una eternidad con él, sin dolor ni separación.
22. Que haya paz en los países que están en guerra
Que el Señor de paz mismo les dé paz siempre y en toda circunstancia. Que el Señor esté con todos ustedes.
(2 Tesalonicenses 3:16)
La paz les dejo, mi paz les doy; yo no la doy como el mundo la da. No dejen que su corazón se turbe y tenga miedo.
(Juan 14:27)
Hoy día hay muchos países que se encuentran en guerra, sea guerra civil o con otros países. La guerra trae mucho sufrimiento, destrucción, inestabilidad, muertes. Oremos porque pueda volver la paz a esos países. Oremos por sabiduría para los gobernantes, que se humillen ante Dios y busquen su voluntad.
Oremos por los desplazados por la guerra, los que han perdido familiares, amigos y casas y no saben a dónde ir. Oremos por lugares de acogida donde puedan recuperarse del gran trauma que han pasado. Oremos por la sanidad de sus almas, que tengan un encuentro con Jesús y sientan su paz, su cuidado y su amor.
23. Por la unidad de la Iglesia. Que trabajemos juntos y en amor, que seamos luz en medio de nuestra comunidad
¡Mirad cuán bueno y cuán delicioso es habitar los hermanos juntos en armonía!
(Salmo 133:1)
Procuren mantener la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz. 4 Así como ustedes fueron llamados a una sola esperanza, hay también un cuerpo y un Espíritu, 5 un Señor, una fe, un bautismo, 6 y un Dios y Padre de todos, el cual está por encima de todos, actúa por medio de todos, y está en todos.
(Efesios 4:3-6)
Todos somos diferentes, a veces no es tan fácil mantener la paz con los hermanos en la fe. Oremos que el amor de Dios llene nuestros corazones y nos ayude a amarnos y perdonarnos los unos a los otros. Que podamos ser ejemplo de unidad para los que nos rodean y que, con nuestra buena actitud, inspiremos a otros a buscar a Dios.
Que como iglesia, permitamos que el Espíritu Santo nos llene y nos dirija en todo momento. Que no nos aferremos a nuestras ideas, sino que obedezcamos a Dios quien nos manda a amarnos y perdonarnos. Que nuestro testimonio de unidad inspire a los que nos rodean, que la luz de Cristo brille bien fuerte a través de su iglesia unida.
24. Que amemos a Dios con todo el corazón, alma, fuerzas y todo nuestro ser
Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. 38 Este es el primero y grande mandamiento.
(Mateo 22:37-38)
Este es el mandamiento más importante. Pidamos a Dios que nos ayude a amarle a él con todo nuestro ser y que nuestras vidas reflejen que él es lo más importante. Aprendamos a rendir todo nuestro ser ante Dios y a dejar que él reine en todos los rincones de nuestro corazón. Que Dios sea la prioridad en todo y que nuestros mayores esfuerzos se concentren en vivir conforme a su voluntad.
Mostremos nuestro amor a Dios con nuestra manera de vivir. Vivamos de una forma que le glorifiquemos en todo lo que hacemos. Que nuestro comportamiento sea un cántico de amor ante Dios, vivamos para él.
25. Que se haga la voluntad de Dios en medio de todas las situaciones que enfrentamos
Ustedes necesitan perseverar para que, después de haber cumplido la voluntad de Dios, reciban lo que él ha prometido.
(Hebreos 10:36)
El Señor cumplirá en mí su propósito.
Tu gran amor, Señor, perdura para siempre;
¡no abandones la obra de tus manos!
(Salmo 138:8)
La voluntad de Dios para nosotros es siempre lo mejor, no debemos dudarlo. Aunque a veces no entendamos lo que Dios permite o no permite, él siempre cuida de nosotros y su amor es constante. Expresemos nuestra confianza en Dios y pidamos que él nos ayude a perseverar andando siempre en obediencia.
Que sea la voluntad de Dios la que se cumpla siempre. Que Dios nos ayude a someternos a su voluntad y a confiar en su bondad en medio de cualquier situación. Demos gracias a Dios por su compañía en todo momento y oremos para que estemos siempre conscientes de su presencia y cuidado.
26. Que permanezcamos fieles a Dios en medio de cualquier circunstancia
Porque el Señor ama la justicia
y no abandona a quienes le son fieles.
El Señor los protegerá para siempre,
pero acabará con la descendencia de los malvados.
(Salmo 37:28)
El Señor ama a los que odian el mal;
él protege la vida de sus fieles,
y los libra de manos de los impíos.
(Salmo 97:10)
Los seres humanos podemos ser infieles, pero Dios permanece fiel siempre. Demos gracias a Dios por su fidelidad en todo momento, porque aun cuando todos nos abandonan, él permanece fiel.
Pidamos a Dios que nos ayude a ser fieles a él en medio de cualquier situación. Que nos mantengamos firmes en medio de la tormentas de la vida, aferrados a él. También, que confiemos en su fidelidad y nos amparemos en sus brazos de amor, sabiendo que él cuida de nosotros y nos ayuda siempre.
27. La protección y la unidad de las familias cristianas. Que Dios nos ayude a permanecer unidos y que seamos ejemplo de familias felices, llenas de respeto y amor
Grábate en el corazón estas palabras que hoy te mando. 7 Incúlcaselas continuamente a tus hijos. Háblales de ellas cuando estés en tu casa y cuando vayas por el camino, cuando te acuestes y cuando te levantes.
(Deuteronomio 6:6-7)
Y, si una familia está dividida contra sí misma, esa familia no puede mantenerse en pie.
(Marcos 3:25)
Es triste ver la condición de algunas familias hoy día, llenas de tensión y enojo. Oremos por la protección de las familias cristianas, que cada miembro esté lleno de la presencia del Señor y sea transformado por su amor y su presencia. Que los padres enseñemos a los hijos las palabras de la Biblia y que seamos ejemplo de amor y respeto para ellos.
Oremos por la unidad de las familias y el buen testimonio ante la comunidad. Que seamos efectivos en ayudar a otras familias a ser restauradas y a vivir en amor para la gloria de Dios.
28. Por la salvación de nuestros familiares y amigos. Que sean sensibles al amor y el mover de Dios y que abran su corazón a él
Porque tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo unigénito, para que todo el que cree en él no se pierda, sino que tenga vida eterna. 17 Dios no envió a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para salvarlo por medio de él.
(Juan 3:16-17)
¿Qué afirma entonces? «La palabra está cerca de ti; la tienes en la boca y en el corazón». Esta es la palabra de fe que predicamos: 9 que, si confiesas con tu boca que Jesús es el Señor y crees en tu corazón que Dios lo levantó de entre los muertos, serás salvo. 10 Porque con el corazón se cree para ser justificado, pero con la boca se confiesa para ser salvo.
(Romanos 10:8-10)
Todos anhelamos que nuestros familiares y amigos sean salvos, que disfruten del amor y del perdón del Señor. Oremos por los que amamos, que sus corazones se ablanden ante el Señor y que reciban a Jesús como Señor y Salvador. Que se den cuenta del vacío que hay en sus corazones y que sepan sin ninguna duda, que solo Dios puede llenar ese vacío.
Pidamos a Dios que nos ayude a dar buen testimonio y a orar constantemente por aquellos que aún no le conocen. Que Dios nos use para bendecir y amar a nuestros familiares y que a través de ese amor, ellos se rindan al amor de Dios.
29. Que podamos multiplicarnos y crecer como iglesia. Que impactemos la comunidad en la que estamos con el amor de Dios y su mensaje de salvación
Ustedes son la sal de la tierra. Pero, si la sal se vuelve insípida, ¿cómo recobrará su sabor? Ya no sirve para nada, sino para que la gente la deseche y la pisotee.
14 Ustedes son la luz del mundo. Una ciudad en lo alto de una colina no puede esconderse. 15 Ni se enciende una lámpara para cubrirla con un cajón. Por el contrario, se pone en la repisa para que alumbre a todos los que están en la casa. 16 Hagan brillar su luz delante de todos, para que ellos puedan ver las buenas obras de ustedes y alaben al Padre que está en el cielo.
(Mateo 5:13-16)
Cuando llegó el día de Pentecostés, estaban todos juntos en el mismo lugar. 2 De repente, vino del cielo un ruido como el de una violenta ráfaga de viento y llenó toda la casa donde estaban reunidos. 3 Se les aparecieron entonces unas lenguas como de fuego que se repartieron y se posaron sobre cada uno de ellos. 4 Todos fueron llenos del Espíritu Santo y comenzaron a hablar en diferentes lenguas, según el Espíritu les concedía expresarse.
5 Estaban de visita en Jerusalén judíos piadosos, procedentes de todas las naciones de la tierra. 6 Al oír aquel bullicio, se agolparon y quedaron todos pasmados porque cada uno los escuchaba hablar en su propio idioma. 7 Desconcertados y maravillados, decían: «¿No son galileos todos estos que están hablando? 8 ¿Cómo es que cada uno de nosotros los oye hablar en su lengua materna?»
Hechos 2:1-8
Queremos impactar a nuestra comunidad, pero no queremos hacerlo por nuestras propias fuerzas. Busquemos la presencia del Espíritu Santo cada día y salgamos a bendecir a nuestros vecinos con el amor de Dios. Pidamos a Dios que nos permita ver a nuestros vecinos como él los ve. Que Dios nos ayude a descubrir la forma más eficaz para alcanzarlos con el mensaje de salvación.
Que nuestras vidas reflejen el amor de Dios de tal forma que nuestros vecinos deseen saber más del Señor. Que seamos una iglesia viva que se interesa por la comunidad y que ayuda de forma práctica a los demás. Que sea el Espíritu Santo el que nos guíe siempre y que nos ayude a multiplicarnos para su gloria.
30. Que tengamos corazones llenos de gratitud y alabanza ante Dios. Que nunca olvidemos todo lo que Dios ha hecho por nosotros
El Señor es mi fuerza y mi escudo;
mi corazón en él confía;
de él recibo ayuda.
Mi corazón salta de alegría,
y con cánticos le daré gracias.
(Salmo 28:7)
¡Alaben al Señor porque él es bueno,
y su gran amor perdura para siempre!
(1 Crónicas 16:34)
Son muchas las bendiciones que recibimos de Dios cada día, nuestra propia vida es un regalo de Dios. Demos gracias a Dios por todas sus bondades físicas y espirituales. Pensemos en todas las maneras en las que él nos ha bendecido en esta última semana y demos las gracias al Señor.
31. Que Dios nos muestre cómo ser más efectivos al comunicar el evangelio
Así nos lo ha mandado el Señor: “Te he puesto por luz para las naciones,
a fin de que lleves mi salvación hasta los confines de la tierra”.
(Hechos 13:47)
Ni se enciende una lámpara para cubrirla con un cajón. Por el contrario, se pone en la repisa para que alumbre a todos los que están en la casa. 16 Hagan brillar su luz delante de todos, para que ellos puedan ver las buenas obras de ustedes y alaben al Padre que está en el cielo.
(Mateo 5:15-16)
Dios sabe lo que necesita cada persona, él conoce el corazón de cada uno. Y es él quien nos mostrará cómo acercarnos a cada persona para compartir su evangelio. Pidamos a Dios sensibilidad a su voz, humildad para someternos a él y osadía para llevar su mensaje de salvación. Que la luz de Cristo brille a través de nuestras buenas obras y que los que nos rodean glorifiquen al Rey de reyes.
32. Que seamos ejemplo de perdón, que aprendamos a perdonar como Dios desea que lo hagamos
Por lo tanto, como escogidos de Dios, santos y amados, revístanse de afecto entrañable y de bondad, humildad, amabilidad y paciencia, 13 de modo que se toleren unos a otros y se perdonen si alguno tiene queja contra otro. Así como el Señor los perdonó, perdonen también ustedes.
(Colosenses 3:12-13)
Más bien, sean bondadosos y compasivos unos con otros, y perdónense mutuamente, así como Dios los perdonó a ustedes en Cristo.
(Efesios 4:32)
Perdonar es un reto, pero Dios nos llama a hacerlo si deseamos ser perdonados. Pidamos a Dios humildad, que él nos ayude a entender que nosotros tampoco somos perfectos y necesitamos perdón. Pidamos corazones llenos de bondad, para que veamos a los demás como Dios los vé, en lugar de juzgarlos conforme a nuestro conocimiento limitado.
Oremos para que Dios nos muestre a quién debemos perdonar y que nos revele los pasos que debemos tomar para deshacernos del rencor. Que nuestros corazones sean más como el corazón perdonador de Dios.
33. Que tengamos más hambre y sed de Dios. Que busquemos su presencia cada día
Busquen al Señor mientras se deje encontrar,
llámenlo mientras esté cercano.
7 Que abandone el malvado su camino,
y el perverso sus pensamientos.
Que se vuelva al Señor, a nuestro Dios,
que es generoso para perdonar,
y de él recibirá misericordia.
(Isaías 55:6-7)
El corazón me dice: «¡Busca su rostro!»
Y yo, Señor, tu rostro busco.
(Salmo 27:8)
Dios nunca nos deja, somos nosotros los que nos alejamos de él. Nos dejamos llevar por el trajín diario, pero la verdad es que, mientras más cerca estamos del Señor, mejor nos sentimos. ¡Necesitamos sentir la presencia de Dios! Oremos que tengamos el deseo de buscar la presencia de Dios cada día. Que sintamos la urgencia de sentir al Señor a nuestro lado en todo momento.
Oremos por una nueva unción de Dios sobre nosotros. Que tengamos hambre y sed del Señor, que anhelemos sentir su presencia cada día y buscar su rostro en todo momento.
34. Que seamos más comprensivos y generosos ante las necesidades de los que nos rodean. Que amemos a los demás como a nosotros mismos
En efecto, toda la ley se resume en un solo mandamiento: «Ama a tu prójimo como a ti mismo».
(Gálatas 5:14)
En esto conocemos lo que es el amor: en que Jesucristo entregó su vida por nosotros. Así también nosotros debemos entregar la vida por nuestros hermanos. 17 Si alguien que posee bienes materiales ve que su hermano está pasando necesidad, y no tiene compasión de él, ¿cómo se puede decir que el amor de Dios habita en él? 18 Queridos hijos, no amemos de palabra ni de labios para afuera, sino con hechos y de verdad.
(1 Juan 3:16-18)
Dios nos llama a amar a los demás como a nosotros mismos. Ese amor se tiene que notar, debemos expresarlo no solo con palabras, sino que también con hechos concretos. Pidamos a Dios que nos llene de amor por nuestro prójimo, que nos enseñe a amar como él desea que lo hagamos. Que seamos generosos con lo que él nos ha provisto.
Oremos que Dios nos dé ideas creativas para mostrar su amor a los demás y que su nombre sea glorificado a través de nuestra obediencia.
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