Sus misericordias son nuevas cada mañana (versículo con reflexión)


Equipo de Bibliaon
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Esto recapacitaré en mi corazón, por lo tanto esperaré.
Por la misericordia de Jehová no hemos sido consumidos, porque nunca decayeron sus misericordias.
Nuevas son cada mañana; grande es tu fidelidad.
Mi porción es Jehová, dijo mi alma; por tanto, en él esperaré.
Bueno es Jehová a los que en él esperan, al alma que le busca.
(Lamentaciones 3:21-25)

En medio de un desierto de desesperación y aflicción, el profeta Jeremías experimentó el maravilloso consuelo de recordar las misericordias de Dios. La compasión del Señor sigue presente y es nueva cada mañana. Aunque a nuestro alrededor solo veamos catástrofes y adversidades, vale la pena recordar el amor de Dios. Él es bueno con todos los que confían en él.

Puede decirse que este es el pasaje más conocido del libro de Lamentaciones. El profeta Jeremías pasaba por un mar de sufrimiento, de un desierto de aflicciones, pero aunque estaba abatido y triste, él mantuvo encendida en su corazón la llama de la vida.

La aflicción del justo

La Biblia está llena de ejemplos de personas piadosas que experimentaron dificultades. El propio libro de Lamentaciones nos muestra que el juicio, el castigo y el sufrimiento también atormentan a los fieles. Veamos algunos ejemplos:

  • El profeta Jeremías - en representación del pueblo exiliado y del resto de Jerusalén, que se encontraban en un triste estado de miseria y devastación.
  • Job y sus grandes pérdidas: él perdió posesiones y apoyo, a todos sus hijos, su salud, el apoyo de su esposa, casi todas sus amistades.
  • José: fue vendido por sus propios hermanos envidiosos, fue esclavizado, calumniado, injustamente encarcelado y olvidado.

De manera similar, hoy día las personas piadosas alrededor del mundo experimentan profundos problemas, enfermedades, pérdidas, injusticias y una gran tristeza, llegando al borde de la desesperación. Quizás esta sea también tu condición hoy.

Pero no todo está perdido... Confía en el Señor: ¡la crisis no durará para siempre!

Muchos son los males del justo, pero de todos ellos lo librará el SEÑOR.
(Salmo 34:19)

Son muchas las dificultades que enfrentan los hijos de Dios. Además de sufrir en su propia carne, a veces también sufren acompañando y sensibilizando a todos los demás que sufren en el mundo. Esto nos enseña que una vida ajena al dolor (el nuestro o el de otra persona) nos impide ver cuán vulnerables somos y cuánto dependemos del Señor. Jesús fue nuestro mayor ejemplo, el siervo sufriente (Isaías 53), que cuida de los que sufren. Él es la sanidad (salvación) para el mundo y él mismo fue herido (molido) por nuestros pecados.

¡No estás solo!

Los días buenos y malos nos afectan a todos. Dios hizo tanto a uno como a otro para que nadie supiera su futuro (Eclesiastés 7:14). Lo que sabemos es que en este y en todos los momentos de la historia, todas las personas, sean creyentes o no, pasan por tristeza y aflicción en algún momento de sus vidas.

La diferencia para el cristiano es la certeza de la presencia junto a él del Consolador, que trae restauración y esperanza. El Dios eterno, rico en misericordias, es bueno y está siempre al lado de sus hijos.

Lamento que se transforma en esperanza

Las lamentaciones ante Dios, además de expresar el grito del alma, también nos confrontan y nos llevan a reflexionar sobre nuestra condición y el motivo de nuestra existencia. Nos señalan el camino hacia el arrepentimiento y el quebrantamiento que nos reconcilia con el Señor.

El camino de la esperanza pone de relieve también la conciencia de nuestros pecados, imperfecciones y limitaciones como seres humanos. Las misericordias de Dios nos señalan una realidad superior, que no termina aquí. Somos parte de un panorama mucho más grande que nuestra propia historia.

¡Dale sentido a tus pérdidas, clama a Dios por la superación y encuentra consuelo en Jesús, tu amigo fiel!
Al atravesar este viaje de lamento, quebrantamiento y fe, también debes recordar que, más profundo que tu sufrimiento, está el amor de Dios. ¡Él nos libra del mal! ¡Ten esperanza en el Señor!

Por la misericordia de Jehová no hemos sido consumidos, porque nunca decayeron sus misericordias. Nuevas son cada mañana; grande es tu fidelidad. (Lamentaciones 3:22-23)

La memoria al servicio de la esperanza

Esto recapacitaré en mi corazón, por lo tanto esperaré.
(Lamentaciones 3:21)

Por lo general, los recuerdos se convierten en servidores del desánimo y el dolor, mientras nos aferramos a la amargura y la tristeza del pasado y del presente. Sin embargo, si nos aferramos al Señor con todo nuestro ser (cuerpo, mente y corazón), nuestros pensamientos y recuerdos estarán anclados en Jesús y nos recordarán su infinita bondad.

Los buenos recuerdos también pueden ser nuestros aliados en este proceso. Recuerda a Dios y lo que te trae esperanza en su Palabra. En Jesús encontramos paz y luz en los caminos más oscuros de la vida. Entrena tu mente para pensar en cosas que te traen consuelo. Si tiene problemas profundos, trata de recordar:

  • Dios es amor y está lleno de gracia. Es por su misericordia que no somos consumidos.
  • Los problemas no duran para siempre. Cuando hayan producido el resultado adecuado, todos serán eliminados. Así como pasa la noche y pronto sale el sol de un nuevo día.
  • Algo mejor está por llegar. ¡Ten esperanza de que el futuro con Dios será maravilloso!
  • Dios es tu porción. Si has perdido mucho en esta vida, excepto a Dios, recuerda que, en realidad, él es tu todo. ¡Y a él nunca lo perderás!
  • Dios es bueno con los que esperan en él. ¡Espera y confía en su bondad! Él está contigo siempre y en medio de cualquier situación. ¡No te rindas: sigue adelante, no dejes de creer!

La razón de nuestra esperanza: la misericordia del Señor que es nueva cada mañana

Por la misericordia de Jehová no hemos sido consumidos, porque nunca decayeron sus misericordias.
Nuevas son cada mañana; grande es tu fidelidad.
Mi porción es Jehová, dijo mi alma; por tanto, en él esperaré.
Bueno es Jehová a los que en él esperan, al alma que le busca.
(Lamentaciones 3:22-25)

Sin ninguna duda Dios escucha los corazones que están angustiados y afligidos en estos tiempos grises. Él es el Dios que habla por su Palabra y también nos deja hablar sin resentirse. Su misericordia y su amor son infinitos, él nunca rechaza a quien se acerca a él. Con temor, sinceridad y confianza, busca al Señor y vacía tu corazón frente a él. Haz de Dios tu mejor amigo y desahógate con él en oración.

Intenta olvidar lo que quedó atrás, Dios te ayuda a seguir adelante. En su misericordia maravillosa, él te muestra lo que realmente tiene valor. Mira con fe lo que está por delante y enfócate en lo que Dios te dice que importa de verdad. ¡Que Dios renueve tu esperanza, fe, amor y te conceda la paz!

Renueva tu esperanza y afírmate al recordar la misericordia de Dios:

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El Equipo Editorial de Bibliaon está compuesto por cristianos maduros, con varios años de experiencia en la enseñanza de la Biblia y la escritura, y un compromiso genuino con Jesús y la Palabra de Dios.