Salmo del Día
Un Salmo bíblico diario para inspirar y mejorar tu día.
Salmo de Hoy
Si el Señor no edifica la casa, en vano se esfuerzan los albañiles. Si el Señor no cuida la ciudad, en vano hacen guardia los vigilantes.
En vano madrugan ustedes, y se acuestan muy tarde, para comer un pan de fatigas, porque Dios concede el sueño a sus amados.
Los hijos son una herencia del Señor , los frutos del vientre son una recompensa.
Como flechas en las manos del guerrero son los hijos de la juventud.
Dichosos los que llenan su aljaba con esta clase de flechas. No serán avergonzados por sus enemigos cuando litiguen con ellos en los tribunales.
Salmo de Ayer
¿Acaso ustedes, gobernantes, actúan con justicia, y juzgan con rectitud a los seres humanos?
Al contrario, con la mente traman injusticia, y la violencia de sus manos se desata en el país.
Los malvados se pervierten desde que nacen; desde el vientre materno se desvían los mentirosos.
Su veneno es como el de las serpientes, como el de una cobra que se hace la sorda
para no escuchar la música del mago, del diestro en encantamientos.
Rómpeles, oh Dios, los dientes; ¡arráncales, Señor , los colmillos a esos leones!
Que se escurran, como el agua entre los dedos; que se rompan sus flechas al tensar el arco.
Que se disuelvan, como babosa rastrera; que no vean la luz, cual si fueran abortivos.
Que sin darse cuenta, ardan como espinos; que el viento los arrastre, estén verdes o secos.
Se alegrará el justo al ver la venganza, al empapar sus pies en la sangre del impío.
Dirá entonces la gente: «Ciertamente los justos son recompensados; ciertamente hay un Dios que juzga en la tierra».
Salmo de Anteayer
Oh Señor , Soberano nuestro, ¡qué imponente es tu nombre en toda la tierra! ¡Has puesto tu gloria sobre los cielos!
Por causa de tus adversarios has hecho que brote la alabanza de labios de los pequeñitos y de los niños de pecho, para silenciar al enemigo y al rebelde.
Cuando contemplo tus cielos, obra de tus dedos, la luna y las estrellas que allí fijaste,
me pregunto: «¿Qué es el hombre, para que en él pienses? ¿Qué es el ser humano, para que lo tomes en cuenta?»
Pues lo hiciste poco menos que Dios, y lo coronaste de gloria y de honra:
lo entronizaste sobre la obra de tus manos, todo lo sometiste a su dominio;
todas las ovejas, todos los bueyes, todos los animales del campo,
las aves del cielo, los peces del mar, y todo lo que surca los senderos del mar.
Oh Señor , Soberano nuestro, ¡qué imponente es tu nombre en toda la tierra!