El libro de los Salmos comienza con un bello poema de bendición para quien ama a Dios. El amor a Dios se revela en el rechazo al pecado y en la dedicación a obedecer sus mandamientos. Dios no olvida a quien se comporta así.
La seguridad del justo
Dichoso el hombre que no sigue el consejo de los malvados,
ni se detiene en la senda de los pecadores
ni cultiva la amistad de los blasfemos.
(Salmo 1:1)
La verdad es que si prestamos atención, podemos ver que estamos rodeados de situaciones que nos invitan a pecar. Es muy fácil dejarnos llevar por la corriente y cometer los mismos pecados que los demás cuando vemos que todos van por el mismo camino. Pero es importante recordar que el pecado no trae la felicidad.
El Salmo 1 nos enseña que conseguimos la verdadera felicidad cuando obedecemos a Dios. Encontramos seguridad cuando la palabra de Dios es nuestra fuente de satisfacción. La Biblia compara a la persona que es fiel a Dios con un árbol plantado en un lugar ideal. Es un árbol que da frutos y no se marchita. De la misma manera, cuando sigues a Dios verás buenos frutos en tu vida y recibirás bendición.
Dios hace que el justo prospere. Esto no quiere decir que serás rico si sirves a Dios. La prosperidad significa que cuentas con el cuidado de Dios, que él se encarga de suplir tus necesidades y que recibirás bendiciones espirituales como son el gozo y la paz.
La justicia de Dios
Porque el Señor cuida el camino de los justos,
mas la senda de los malos lleva a la perdición.
(Salmo 1:6)
El Salmo 1 nos muestra también que Dios es justo. A veces nos puede parecer que a los malvados no les sucede nada, pero esa no es la realidad. Los impíos no duran por largo tiempo. Dios ofrece su perdón y sus bendiciones al que se arrepiente, y no deja sin castigo al que ama el pecado. El pecado siempre trae consigo castigo. Las bendiciones que recibimos al obedecer a Dios son mucho mayores que las ventajas transitorias del pecado.
¡Sé fiel a Dios y recibirás sus bendiciones en tu vida!
Salmo 1
Dichoso el hombre que no sigue el consejo de los malvados,
ni se detiene en la senda de los pecadores
ni cultiva la amistad de los blasfemos,
sino que en la ley del Señor se deleita,
y día y noche medita en ella.
Es como el árbol plantado a la orilla de un río
que, cuando llega su tiempo, da fruto
y sus hojas jamás se marchitan.
¡Todo cuanto hace prospera!
En cambio, los malvados
son como paja arrastrada por el viento.
Por eso no se sostendrán los malvados en el juicio,
ni los pecadores en la asamblea de los justos.
Porque el Señor cuida el camino de los justos,
mas la senda de los malos lleva a la perdición.
(Salmo 1)
Mira estos 15 versículos sobre la obediencia que trae bendición
Fortalece tu fe meditando en estos Salmos:
- Explicación del Salmo 127 para la familia
- Salmo 91 y el cuidado de Dios a tu vida
- Salmo 23: nuestro amante y fiel Pastor
- Salmo 121: nuestra seguridad está en Dios
- Salmo 27: confianza en la protección de Dios
- Salmo 51: la oración de un pecador arrepentido
- Salmo 103: cómo y por qué debemos alabar a Dios
- Salmo 37: el secreto para ser bendecido