La amistad es uno de los regalos más bonitos que podemos dar y recibir. Dios nos creó para relacionarnos, no para estar solos y apartados de los demás.
En diferentes etapas de nuestra vida, Dios nos regala personas especiales: nuestros amigos. El tema de la amistad está presente en la Biblia y en el libro de Proverbios encontramos muy buenos consejos sobre cómo escoger y cómo ser buenos amigos. Miremos estos consejos y aprendamos a ser amigos genuinos que traen bendición y alegría a los demás.
1. Escoger bien
El que con sabios anda, sabio se vuelve; el que con necios se junta, saldrá mal parado.
(Proverbios 13:20)
Un amigo es alguien especial con acceso a áreas de nuestra vida a las que no dejamos entrar a todo el mundo. Sus actitudes nos influyen y a veces terminamos adoptando rasgos de conducta que vemos en ellos. Por eso necesitamos ser sabios al escoger con quién salir y a quién dejar entrar en nuestro mundo. Debemos orar y pedir a Dios que dirija nuestros pasos, que nos guíe hacia gente que comparta nuestro amor por él y nuestro deseo de agradarle.
2. Rechazar los chismes
El perverso provoca contiendas, y el chismoso divide a los buenos amigos.
(Proverbios 16:28)
Debemos ser fieles y leales a nuestros amigos, no permitir que otras personas nos vengan con comentarios malintencionados y chismes sobre ellos. Si alguien nos comenta algo debemos ir directamente a nuestro amigo y preguntarle si es o no es cierto lo que nos han comentado. Debemos abogar siempre a favor de nuestro amigo y nunca debemos contar a otros sus confidencias ni alimentar chismes sobre ellos. Es muy triste ser traicionado por alguien a quien amamos y consideramos nuestro amigo.
3. Perdonar
El que perdona la ofensa cultiva el amor; el que insiste en la ofensa divide a los amigos.
(Proverbios 17:9)
Somos seres imperfectos, cometemos errores y tenemos diferencias de opinión. Si queremos que una amistad crezca y perdure, necesitamos estar dispuestos a perdonar. Debemos esforzarnos en comprender la explicación del otro y luchar juntos por fortalecer la amistad. Si nos importa más tener razón o que se hagan las cosas a nuestra forma, puede ser que el amor por la persona no sea muy grande ni la amistad tan real.
4. Acompañar en las buenas y en las malas
En todo tiempo ama el amigo; para ayudar en la adversidad nació el hermano.
(Proverbios 17:17)
Los verdaderos amigos comparten las alegrías y las tristezas, siempre permanecen a nuestro lado y nos animan. El hermano tiene la "obligación" de ayudarnos porque se ve como parte de sus deberes, pero vale mucho y alegra el corazón cuando un amigo permanece voluntariamente a nuestro lado y nos ayuda en los momentos de adversidad.
5. Reconocer a los verdaderos
Hay amigos que llevan a la ruina, y hay amigos más fieles que un hermano.
(Proverbios 18:24)
Los amigos de verdad buscan el bienestar del otro y hacen todo lo posible por ayudarlo y bendecirlo. No importa las dificultades por las que esté pasando el otro, están a su lado animándolo y proveyendo el apoyo necesario. Una persona que solo intenta obtener beneficio de otra sin importarle los problemas que pueda causar no es un buen amigo.
6. Sin interés económico
Con las riquezas aumentan los amigos, pero al pobre hasta su amigo lo abandona.
(Proverbios 19:4)
Las personas que aparecen cuando cobramos y luego desaparecen según se acaban el mes y los recursos no son amigos sino interesados. Un amigo de verdad no se fija en nuestra cuenta bancaria ni en nuestra posición social. Nos valora por nuestras cualidades y por lo que somos, no por lo que tenemos o dejamos de tener.
7. Vigilar la conducta
No te hagas amigo de gente violenta, ni te juntes con los iracundos, no sea que aprendas sus malas costumbres y tú mismo caigas en la trampa.
(Proverbios 22:24-25)
Es muy conveniente escoger amigos con valores afines, pues imitamos tanto lo bueno como lo malo de las personas que nos importan. Si nuestro deseo es agradar a Dios y hacer su voluntad, buscaremos personas que anhelen lo mismo y que actúen como Cristo desea. Así nos animaremos mutuamente a crecer y a reflejar el carácter de Cristo.
8. Dar espacio
No frecuentes la casa de tu amigo; no sea que lo fastidies y llegue a aborrecerte.
(Proverbios 25:17)
Se ha de respetar el espacio personal del otro y su privacidad. Ser amigo no nos da permiso para inmiscuirnos en todo o exigir que nos hagan partícipes de todos los aspectos de su vida. No es buena señal si una persona llama constantemente o aparece a visitar a cualquier hora sin verificar si es un buen momento. Esto es un indicio de inseguridad y deseo de control.
9. Apreciar la honestidad
Más confiable es el amigo que hiere que el enemigo que besa.
(Proverbios 27:6)
A veces los amigos tienen que decir verdades dolorosas, pero el simple hecho de que se atrevan a decirlas y las digan con amor muestra que valoran mucho a la otra persona. Un verdadero amigo nos advierte cuando tomamos una decisión equivocada o cuando nuestra actitud no es positiva. Nos da consejos y nos ayuda a dar lo mejor de nosotros en cada situación.
10. Endulzarle la vida
El perfume y el incienso alegran el corazón; la dulzura de la amistad fortalece el ánimo.
(Proverbios 27:9)
La amistad debe ser como un bálsamo a nuestras vidas trayendo consuelo, alivio y paz a nuestros corazones. Las palabras y actitudes de los amigos nos deben dar nuevas fuerzas para enfrentar los problemas de la vida.
11. Fiel a través de los años
No abandones a tu amigo ni al amigo de tu padre. (...) Más vale vecino cercano que hermano distante.
(Proverbios 27:10)
Podemos encontrar buenos amigos y aprender mucho con gente de otra generación, la amistad no debe limitarse a los que tienen nuestra edad. Los mejores amigos son los que prueban su lealtad con el pasar de los años, los que muestran que puedes contar con ellos en todo momento. Esta clase de amigo puede llegar a ser más valioso que nuestra propia familia.