10 promesas de Dios en la Biblia


Equipo de Bibliaon
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¡Dios tiene muchas promesas buenas para tu vida! La vida no es siempre fácil, pero Dios tiene buenos planes para ti. Él quiere lo mejor para ti y promete estas 10 cosas:

1. Dios proveerá lo que necesitas

No os afanéis, pues, diciendo: ¿Qué comeremos, o qué beberemos, o qué vestiremos? Porque los gentiles buscan todas estas cosas; pero vuestro Padre celestial sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas. Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.
(Mateo 6:31-33)

A Dios le interesa cada área de tu vida, pues tú eres importante para él. Dios quiere, y puede, suplir a todas tus necesidades, sean materiales, emocionales o espirituales. Acércate a él en oración, cuéntale lo que te sucede, lo que necesitas y verás cómo él te ayudará. Puede que no llegues a ser rico, pero Dios te proporcionará lo que necesitas, y lo hará en el momento adecuado.

2. Dios te dará paz

Yo les he dicho estas cosas para que en mí hallen paz. En este mundo afrontarán aflicciones, pero ¡anímense! Yo he vencido al mundo.
(Juan 16:33)

Estas cosas les he hablado para que en mí tengan paz. En el mundo tendrán aflicción; pero confíen, yo he vencido al mundo. (Juan 16:33)

En medio de todos los problemas que se te presentan en la vida, la paz de Dios te ayudará a superar las dificultades. Dios nunca te abandonará. Él está siempre a tu lado, sosteniéndote y dándote la paz que necesitas para seguir adelante con tranquilidad y firmeza.

3. Dios te llena con el Espíritu Santo

Pues si ustedes, que son malos, saben dar cosas buenas a sus hijos, ¡cuánto más el Padre celestial dará el Espíritu Santo a quienes se lo pidan!
(Lucas 11:13)

El Espíritu Santo mora en el corazón de todo aquel que ha recibido a Jesús como su Señor y Salvador. Si Jesús es tu Señor, cuentas con la compañía constante del Espíritu Santo para alentarte en la fe, guiarte en cada paso y ayudarte a vencer frente a las pruebas y tentaciones.

4. En Dios tienes vida plena y abundante

El ladrón no viene más que a robar, matar y destruir; yo he venido para que tengan vida y la tengan en abundancia.
(Juan 10:10)

El ladrón no viene más que a robar, matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y la tengan en abundancia. (Juan 10:10)

Dios no promete una vida fácil, pero promete una que es muy buena, con él como nuestro Padre amoroso. La vida que Dios nos ofrece es una en la que gozamos de paz, gozo, contentamiento y satisfacción, pues la vivimos guiados por él. Dios restaura y renueva lo que el enemigo intentó quitarnos en el pasado. La vida con Dios es satisfactoria y plena: es verdadera vida.

5. Dios te da sabiduría

Si alguno de ustedes requiere de sabiduría, pídasela a Dios, y él se la dará, pues Dios se la da a todos en abundancia y sin hacer ningún reproche.
(Santiago 1:5)

Dios es la fuente de toda sabiduría. Si necesitas sabiduría para tomar las decisiones adecuadas o hacer lo que es mejor para ti y tu familia, busca a Dios y pídele sabiduría. Él te concederá la sabiduría y el discernimiento necesarios para andar por el mejor camino: el camino de vida que te acerca a Dios y te lleva a la victoria con él.

6. La salvación de tu alma

Hoy ha llegado la salvación a esta casa —le dijo Jesús—, ya que este también es hijo de Abraham. Porque el Hijo del hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido.
(Lucas 19:9-10)

Dios anhela salvar a toda la humanidad, ese es su deseo. Por eso, todo el que se arrepiente de sus pecados y acepta a Jesús como Señor y Salvador, puede vivir con la certeza de su salvación y de que gozará la vida eterna. El sacrificio de Jesús en la cruz te ha salvado del poder del pecado y de la muerte, ¡el cielo es tu gran esperanza! No lo olvides jamás.

7. Prosperidad y bendición

Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis.
(Jeremías 29:11)

Dios quiere bendecirte y guiar tus pasos para que andes dentro de su voluntad, pues sus planes para ti son los mejores. Su promesa de prosperidad no se enfoca únicamente en los bienes materiales, sino que cubre cada aspecto de tu vida. Mantente firme en tu amor por Dios y confía en él. Verás su bondad manifestada en todo momento y en medio de cualquier situación.

8. Tu cuidado y protección

El ángel de Jehová acampa alrededor de los que le temen, y los defiende.
(Salmo 34:7)

El ángel de Jehová acampa alrededor de los que le temen, y los defiende. (Salmo 34:7)

Aunque la vida está llena de retos y luchas, los hijos de Dios contamos con su protección frente al mal. Por eso, confía. Dios te protege de los ataques del maligno y te dará fuerzas para seguir adelante en medio de las luchas de la vida. Confía en su promesa de protección y recuerda que nada ni nadie te podrá arrebatar de sus brazos. Eres suyo por toda la eternidad.

9. Un corazón nuevo

Les daré un corazón nuevo, y pondré en ustedes un espíritu nuevo; les quitaré el corazón de piedra que ahora tienen, y les daré un corazón sensible.
(Ezequiel 36:26)

Dios quiere renovar tu mente y darte un corazón nuevo, uno que es sensible a su Espíritu Santo y que busca hacer su voluntad. El corazón que Dios te da es uno libre de rencores, de amargura y maldad, uno que busca vivir dentro de sus propósitos. Permite que Dios moldee tu corazón y vive una vida de obediencia, agradable a él.

10. Dios promete cumplir sus promesas

No me olvidaré de mi pacto, ni me retractaré de lo que he prometido.
(Salmo 89:34)

Dios siempre cumple sus promesas, pues él no es hombre para mentir. Para Dios todo es posible, no existe ninguna promesa que sea demasiado difícil de cumplir. Por eso, no permitas que las dudas inunden tu corazón. Dios cumplirá lo que te ha prometido, aunque parezca algo imposible. No lo dudes, él lo hará, puedes vivir con esa confianza.

Alaba a Dios por sus promesas y confía en él. Él no te fallará.

Deléitate en las promesas y bendiciones de Dios:

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El Equipo Editorial de Bibliaon está compuesto por cristianos maduros, con varios años de experiencia en la enseñanza de la Biblia y la escritura, y un compromiso genuino con Jesús y la Palabra de Dios.