15 profecías de Jesús en el Antiguo Testamento que se cumplieron


Equipo de Bibliaon
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Sabemos que Jesús es el Salvador prometido por Dios porque cumplió las profecías del Antiguo Testamento. Varios profetas, hombres que hablaron en nombre del Señor, anunciaron acerca del Salvador enviado por Dios para redimir a la humanidad de sus pecados.

Las profecías aparecen predominantemente en los libros proféticos, pero también en otros géneros literarios de la Biblia, comenzando con Génesis y terminando con Apocalipsis. Hay cientos de profecías sobre Jesús en el Antiguo Testamento que se cumplieron en su primera venida. Sin embargo, también hay profecías bíblicas sobre la segunda venida de Jesús y el fin de los tiempos que aún no se han cumplido.

1. Descendiente de mujer

Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; esta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar.
(Génesis 3:15)

Ya en el primer libro de la Biblia encontramos una profecía sobre el Salvador. Después de la caída de Adán y Eva, quienes fueron engañados por la serpiente, Dios mismo dijo que la "simiente de la mujer" aplastaría la cabeza de la serpiente. La referencia al talón herido por la serpiente alude al sufrimiento (clavos en la cruz) causado por los pecados y la muerte para salvar a los hombres.

Esta referencia, conocida como “protoevangelio” o mención preliminar del evangelio, es considerada por los cristianos como la primera declaración sobre la victoria de Jesús sobre Satanás y las fuerzas del mal.

2. Nacido de una virgen

Por eso, el Señor mismo les dará una señal: La virgen concebirá y dará a luz un hijo y lo llamará Emanuel.
(Isaías 7:14)

Por eso, el Señor mismo les dará una señal: La virgen concebirá y dará a luz un hijo y lo llamará Emanuel. (Isaías 7:14)

El nacimiento del Hijo de Dios fue producto de un proceso milagroso. Él, siendo eterno, vino en forma humana y nació como un humilde bebé, de un embarazo virginal (de una mujer que no había tenido relaciones sexuales). Esta fue una de las señales más maravillosas cumplidas en Jesucristo, confirmada también en Mateo 1:23.

3. El ministerio de Jesús en Galilea

Mas no habrá siempre oscuridad para la que está ahora en angustia, tal como la aflicción que le vino en el tiempo que livianamente tocaron la primera vez a la tierra de Zabulón y a la tierra de Neftalí; pues al fin llenará de gloria el camino del mar, de aquel lado del Jordán, en Galilea de los gentiles. El pueblo que andaba en tinieblas vio gran luz; los que moraban en tierra de sombra de muerte, luz resplandeció sobre ellos.
(Isaías 9:1-2)

El ministerio de Jesús comenzó y se extendió principalmente en la región de Galilea, a lo largo del río Jordán y cerca del mar. La gente de ese lugar vio brillar la luz de Dios. Escucharon el mensaje de salvación y del reino de Dios, recibieron sanidades, grandes milagros y maravillas realizadas por Jesucristo (ver también Mateo 4:15-16).

4. Dios con nosotros: un niño nos es nacido

Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz. Lo dilatado de su imperio y la paz no tendrán límite, sobre el trono de David y sobre su reino, disponiéndolo y confirmándolo en juicio y en justicia desde ahora y para siempre. El celo de Jehová de los ejércitos hará esto.
(Isaías 9:6-7)

Otra referencia a la encarnación del Mesías. Al niño que nació, el que fue dado, se le dio por nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno y Príncipe de Paz. Él gobernará eternamente con justicia. Estos nombres describen las características y el papel del Mesías, que se cumplieron en Jesús. La alusión al trono de David es otra profecía cumplida, concerniente a la genealogía de Jesús. El padre terrenal de Jesús, José, era de la tribu de Judá, de la genealogía del rey David.

5. Jesús enseñaba por medio de parábolas

Abriré mi boca en parábolas;
evocaré las cosas escondidas del pasado,
(Salmo 78:2)

En este Salmo de Asaf, vemos un mensaje poético, advirtiendo al pueblo a escuchar la Palabra del Señor. En este sentido, puede considerarse también una anticipación profética, sobre la Palabra viva, el Hijo de Dios. Jesús anunció la Palabra divina utilizando recursos como las parábolas, aclarando enigmas y valores sobre Dios que aún estaban ocultos.

Jesús era conocido por enseñar a la gente con parábolas. Las parábolas y los proverbios eran métodos de enseñanza utilizados para dar ejemplos prácticos, utilizando situaciones de la vida cotidiana de las personas. Jesús, sin embargo, hizo un uso aún más profundo de las parábolas. Contó varias historias para ilustrar y enseñar sobre el reino de Dios de una manera sencilla y clara.

6. Jesús, descendiente de David

Y será afirmada tu casa y tu reino para siempre delante de tu rostro, y tu trono será estable eternamente.
(2 Samuel 7:16)

Dios le prometió a David que a través de sus descendientes vendría un reino eterno. Por la providencia de Dios, Jesús era en realidad descendiente de la familia del rey David. Su genealogía inscrita en los Evangelios (Mateo y Lucas) confirma precisamente esto, que Jesús era del linaje davídico. El Hijo de Dios y Salvador es el Mesías prometido, y su reino será eterno.

Libro de la genealogía de Jesucristo, hijo de David, hijo de Abraham.
(Mateo 1:1)

El evangelista Mateo, al comienzo de su evangelio, menciona a dos importantes antepasados de Jesús: Abraham y David. La conocida referencia “hijo de David” está directamente relacionada con la profecía sobre el origen del Mesías. Él vendría de la “casa de David”, el segundo rey de Israel, un hombre conforme al corazón de Dios.

7. La entrada triunfal de Jesús en Jerusalén

¡Alégrate mucho, oh hija de Sion! ¡Da voces de júbilo, oh hija de Jerusalén! He aquí, tu Rey viene a ti, justo y victorioso, humilde y montado sobre un asno, sobre un borriquillo, hijo de asna. (Zacarías 9:9)

¡Alégrate mucho, oh hija de Sion! ¡Da voces de júbilo, oh hija de Jerusalén! He aquí, tu Rey viene a ti, justo y victorioso, humilde y montado sobre un asno, sobre un borriquillo, hijo de asna.
(Zacarías 9:9)

El Domingo de Ramos, Jesús entró en Jerusalén montado en un burro, aclamado por la multitud alegre. Esta profecía de Zacarías anunció la llegada del Rey victorioso, pero humilde, montado en un burro joven. Los judíos esperaban la llegada de un rey imponente, tal vez sobre un caballo de guerra, que lucharía contra los poderes políticos. Pero Jesús vino a liberar al pueblo de un terrible imperio espiritual, capaz de matar, robar y destruir. Jesús es el Mesías que nos libera de la esclavitud del pecado y del mal.

8. Se mantuvo en silencio ante sus acusadores

Angustiado él, y afligido, no abrió su boca; como cordero fue llevado al matadero; y como oveja delante de sus trasquiladores, enmudeció, y no abrió su boca.
(Isaías 53:7)

Cuando Jesús fue arrestado, no respondió a las acusaciones que sus enemigos hicieron para condenarlo. De esta manera se cumplió la profecía de Isaías, que como oveja muda, Jesús permaneció en silencio como cordero llevado al matadero. En verdad, él es el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo.

Cualquiera intentaría defenderse de acusaciones injustas, pero Jesús soportó todo por amor, para pagar el precio de nuestro castigo. Él sufrió opresión, humillación y aflicción, para que todo aquel que en él cree tenga acceso a Dios y la salvación del castigo final.

9. «Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?»

Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?
¿Por qué estás tan lejos de mi salvación, y de las palabras de mi clamor?
(Salmo 22:1)

El comienzo de este salmo mesiánico de David es conocido por transmitir un sentimiento de abandono, que tanto él como Jesús experimentaron. Con estas mismas palabras, en arameo, Jesús expresó su estado de angustia e impotencia, lejos del Padre, en la crucifixión.

Y a la hora novena Jesús clamó a gran voz, diciendo: Eloi, Eloi, ¿lama sabactani? que traducido es: Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?
(Marcos 15:34)

10. Sus manos y sus pies perforados

Porque perros me han rodeado;
Me ha cercado cuadrilla de malignos;
Horadaron mis manos y mis pies.
(Salmo 22:16)

Los soldados traspasaron las manos y los pies de Jesús con clavos en la cruz. El terrible sufrimiento de Jesús parece seguir describiéndose en este salmo de David. Durante el tiempo en que era castigado, Jesús estaba rodeado de acusadores, soldados malvados, personas que lo despreciaban y se burlaban de él. Además, fue crucificado entre dos malhechores, con los pies y las manos clavados en la cruz.

11. Jesús fue despreciado y humillado

Despreciado y desechado entre los hombres, varón de dolores, experimentado en quebranto; y como que escondimos de él el rostro, fue menospreciado, y no lo estimamos.
(Isaías 53:3)

Jesús vino al mundo, pero fue rechazado por los hombres (Juan 1:11). El profeta Isaías, en el capítulo 53, describe el sufrimiento del siervo sufriente, el ungido del Señor que soportó el dolor y la humillación en nuestro lugar. El Salmo 22:6-8 también describe esta característica sacrificial de Jesús, quien sufrió en la cruz por los pecados de la humanidad.

12. Burlas contra Jesús en la cruz

Todos los que me ven me escarnecen;
Estiran la boca, menean la cabeza, diciendo:
Se encomendó a Jehová; líbrele él;
Sálvele, puesto que en él se complacía.
(Salmo 22:7-8)

Los enemigos de Jesús se burlaron de él y, sin darse cuenta, cumplieron la profecía con sus insultos.

Y los que pasaban le injuriaban, meneando la cabeza, y diciendo: Tú que derribas el templo, y en tres días lo reedificas, sálvate a ti mismo; si eres Hijo de Dios, desciende de la cruz. De esta manera también los principales sacerdotes, escarneciéndole con los escribas y los fariseos y los ancianos, decían: A otros salvó, a sí mismo no se puede salvar; si es el Rey de Israel, descienda ahora de la cruz, y creeremos en él. Confió en Dios; líbrele ahora si le quiere; porque ha dicho: Soy Hijo de Dios. Lo mismo le injuriaban también los ladrones que estaban crucificados con él.
(Mateo 27:39-44)

13. Sortearon la ropa de Jesús

Repartieron entre sí mis vestidos,
Y sobre mi ropa echaron suertes.
(Salmo 22:18)

Los soldados que crucificaron a Jesús se burlaron de él, poniéndole un manto escarlata, una corona de espinas y una caña en su mano. Con ironía decían: "¡Salve, Rey de los judíos!" Después de esto decidieron repartirse las vestiduras del Señor y echaron suertes sobre su túnica para ver quién se la quedaría. David profetizó acerca de esto en el Salmo 22.

14. Le ofrecieron de beber hiel y vinagre

Me pusieron además hiel por comida,
Y en mi sed me dieron a beber vinagre.
(Salmo 69:21)

La hiel y el vinagre aparecieron como elementos que intensificaron la tortura de Cristo durante su crucifixión. Jesús tenía sed en la cruz y alguien le ofreció vinagre mezclado con bilis. El Salmo 69, como el Salmo 22, también transmitió este registro profético del lamento del Mesías sufriente. (Véase: Mateo 27:34,48, Juan 19:28-29).

15. La resurrección

Porque no dejarás mi alma en el Seol,
Ni permitirás que tu santo vea corrupción.
(Salmo 16:10)

Jesús murió, ¡pero al tercer día resucitó! Algún tiempo después de su resurrección, Jesús ascendió al cielo y su cuerpo no sufrió descomposición. Esta fue la prueba más maravillosa de la victoria de Cristo sobre la muerte. Él es el Redentor, el primero en resucitar. Él concederá la resurrección a todos los que crean en él.

Le dijo Jesús: Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá.
(Juan 11:25)

Además de estas, hay cientos de profecías sobre el Salvador enviado por Dios. Los eruditos señalan más de 300 versículos sobre Cristo, desde Génesis hasta Apocalipsis. Jesús, el Hijo de Dios, los cumplió todos. Otras profecías aún están por cumplirse, como la profecía de su segunda venida. Todo esto es importante para que creamos que Jesús es realmente el Mesías maravilloso, enviado por Dios para salvarnos.

¡Jesús resultó ser el Salvador del mundo, el Mesías que Dios había prometido muchos siglos antes!

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