No siempre es fácil seguir a Jesús y vivir de una manera que agrada a Dios. ¿Qué puedes hacer cuando te falta esa motivación para seguir adelante? ¡Lee la Biblia y ora! La palabra de Dios te animará a seguir sirviendo fielmente a Dios.
1. Fuerzas renovadas
Dios restaura nuestras fuerzas cuando nos sentimos agotados por las batallas de la vida. Todo lo que necesitamos es confiar en él completamente. Necesitamos aferrarnos a Cristo en oración y a su Palabra, pues su fuerza nos mantendrá firmes y motivados para superar los desafíos de la vida.
Aun los muchachos se fatigan y se cansan; los jóvenes tropiezan y caen. Pero los que esperan en el SEÑOR renovarán sus fuerzas; levantarán las alas como águilas. Correrán y no se cansarán; caminarán y no se fatigarán.
(Isaías 40:30-31)
2. Ten buen ánimo
Lamentablemente, la realidad es que no siempre estamos de buen humor para desempeñar nuestras funciones, ya sea en casa, en el trabajo, en la escuela o en la iglesia. Sin embargo, encontramos en la Biblia un fuerte incentivo para hacer todo, siempre dando lo mejor de nosotros: ¡haz TODO como si lo hicieras PARA DIOS! ¡Sé excelente! ¡En todo lo que hagas, haz lo mejor para Dios!
Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres; sabiendo que del Señor recibiréis la recompensa de la herencia, porque a Cristo el Señor servís.
(Colosenses 3:23-24)
3. Tu trabajo no es inútil
A veces puede parecer que obedecer a Dios no da resultados. Puede que estés enfrentando dificultades y sufrimiento, ¡pero no te rindas! Tu trabajo no es inútil, no es en vano. Cuando obedeces a Dios, te conviertes en parte de su gran plan. Así que todo lo que hagas tendrá un efecto, incluso si no puedes verlo ahora.
¡Sé fuerte y constante en la fe, en el servicio y amor a Dios!
Así que, hermanos míos amados, estad firmes y constantes, creciendo en la obra del Señor siempre, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es en vano.
(1 Corintios 15:58)
4. Dios es por nosotros
Sí, las dificultades pueden ser grandes, pero Dios es más grande. Si tienes a Dios a tu lado, ¡nada podrá detenerte! Sigue a Jesús y obedécelo. Verás que ningún obstáculo es demasiado grande para Dios.
¿Qué, pues, diremos a esto? Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros?
(Romanos 8:31)
5. ¡Alégrate, regocíjate en Dios!
La verdadera alegría nos impulsa a seguir adelante, a continuar diariamente. Jesús es la razón y el motivo de la alegría del cristiano. A pesar de las circunstancias, haz de Dios tu fuente de gozo y satisfacción. De esta manera encontrarás la fuerza para superar todos los desafíos que se te presenten. ¡Alégrate!
Regocijaos en el Señor siempre. Otra vez digo: ¡Regocijaos!
(Filipenses 4:4)
6. Dios fortalece al cansado
El cansancio físico y emocional destruye nuestras motivaciones. Pero no estás luchando solo. Dios está contigo y él tiene la fuerza que necesitas. Cuando creas que ya no puedes más, confía en la fuerza de Dios y busca descansar en él.
¿No has sabido, no has oído que el Dios eterno es Jehová, el cual creó los confines de la tierra? No desfallece, ni se fatiga con cansancio, y su entendimiento no hay quien lo alcance. Él da esfuerzo al cansado, y multiplica las fuerzas al que no tiene ningunas.
(Isaías 40:28-29)
7. Hay que plantar para recoger
Dios tiene un momento perfecto para todo. Puede que no veas los resultados ahora, pero si no dejas de seguir a Jesús, cosecharás los frutos de tu perseverancia. Haz siempre el bien y lo correcto, como guía la Biblia. Verás cómo cosecharás los frutos de una vida obediente y recta ante Dios.
No nos cansemos, pues, de hacer bien; porque a su tiempo segaremos, si no desmayamos.
(Gálatas 6:9)
8. Sé valiente
Dios sabe que necesitamos recibir ánimos. Él conoce nuestra condición frágil y vulnerable. Por eso, al leer las Escrituras encontramos en varias ocasiones que podemos escuchar su voz de mando, animándonos a ser valientes y fuertes. La valentía en la Biblia no es sinónimo de confianza en uno mismo, audacia o valor, ni significa ausencia de sentimientos (como el miedo).
Ser valiente en Dios es confiar en que su brazo fuerte nunca nos abandonará. Es creer que él no nos deja para que podamos seguir y luchar. ¡Somos valientes porque confiamos en la fuerza de nuestro Padre Celestial, quien nos sostiene y motiva cada nuevo día!
Esforzaos y cobrad ánimo; no temáis, ni tengáis miedo de ellos, porque Jehová tu Dios es el que va contigo; no te dejará, ni te desamparará.
(Deuteronomio 31:6)
9. Todo lo puedes, pues el Señor te fortalece
¡El Señor es la fuerza de tu vida! Cuando todo parece perdido o un callejón sin salida, Cristo puede volver a llenarte de paz y aliento. Dios tiene muchas bendiciones preparadas para ti, como paz, restauración y vida eterna. Él te fortalece y te ayuda para que no te rindas. Así que, mantente fuerte. Dios quiere fortalecerte en este día. ¡Confía en su gran poder!
Todo lo puedo en Cristo que me fortalece.
(Filipenses 4:13
10. Ya tienes todas las bendiciones
No pienses que el Señor Jesús te abandonó en esta tierra tan llena de sufrimiento y se fue tranquilo al cielo sin pensar en ti. Él te ha dejado todas las bendiciones celestiales que existen. Sí, has leído bien: todas las bendiciones.
Eso significa que no necesitas andar detrás de bendiciones ni pensar que algo puede impedir que fluyan en tu vida. Simplemente, cree y disfruta de esas bendiciones que Dios ha concedido en tu vida.
Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo.
(Efesios 1:3)
11. Supera todos los desafíos con nuestro Dios
Ante la amenaza de muerte, Pablo recurrió a la mejor alternativa: confiar en Dios. Incluso si no te enfrentas a la muerte, tus desafíos ciertamente te amenazan de alguna manera. Como Pablo, intenta confiar en Dios, aquel que te ayuda a superar todos los desafíos.
Pero tuvimos en nosotros mismos sentencia de muerte, para que no confiásemos en nosotros mismos, sino en Dios que resucita a los muertos.
(2 Corintios 1:9)
12. En Dios, no tengo miedo
¡Dios es nuestro refugio! Puedes encontrar motivación en esa realidad. Cuando tengas ganas de rendirte, ante el miedo a la derrota o a la vergüenza, refúgiate en Dios, ya que él te protegerá.
Mira lo que dijo el salmista cuando sus enemigos avanzaron contra él… el Señor los hizo tropezar. Confía y cree, porque cuando el enemigo intente destruirte, Dios lo detendrá.
Jehová es mi luz y mi salvación; ¿de quién temeré?
Jehová es la fortaleza de mi vida; ¿de quién he de atemorizarme?
Cuando se juntaron contra mí los malignos, mis angustiadores y mis enemigos,
Para comer mis carnes, ellos tropezaron y cayeron.
(Salmo 27:1-2)
13. Olvida el pasado y enfócate en el futuro
Hay una cosa que puede estar impidiéndote avanzar en tu viaje cristiano: tu pasado. Lo que ya hemos hecho en nuestra vida puede convertirse en un ancla, una cadena, que nos impide avanzar. Tu pasado, sin embargo, no es una barrera entre tú y Dios, porque el Señor ha perdonado y perdona todos tus pecados y te da vida eterna.
Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús.
(Filipenses 3:13-14)
14. Dios está obrando en ti para cumplir su buena voluntad
... porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad.
(Filipenses 2:13)
15. Dios te protege y nada te tocará
Caerán a tu lado mil y diez mil a tu mano derecha, pero a ti no llegará.
(Salmo 91:7)
16. Permanece firme en el amor de Dios
Como el Padre me amó, también yo los he amado; permanezcan en mi amor.
(Juan 15:9)
17. Permanece firme en la fe, resiste a los sufrimientos
Resistan al tal estando firmes en la fe, sabiendo que los mismos sufrimientos se van cumpliendo entre sus hermanos en todo el mundo.
(1 Pedro 5:9)
Jesús ha preparado una gran recompensa para ti: la vida eterna. Esa es la mayor motivación.
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