Palabra del Día
Una palabra bíblica diaria para que recibas inspiración y para que tu día sea mejor.
Palabra de Hoy
Recibe la fortaleza del Padre para afrontar tus dificultades
Al final de su tiempo sobre la tierra, Jesús sabía lo que le sucedería al llegar a Jerusalén. Le esperaba un tiempo de gran sufrimiento personal antes de conseguir la gran victoria sobre la muerte. Por eso, intentó preparar a sus discípulos para ese momento.
Tomando Jesús a los doce, les dijo: He aquí subimos a Jerusalén, y se cumplirán todas las cosas escritas por los profetas acerca del Hijo del Hombre. Pues será entregado a los gentiles, y será escarnecido, y afrentado, y escupido. Y después que le hayan azotado, le matarán; mas al tercer día resucitará.
(Lucas 18:31-33)
El versículo 34 dice que los discípulos «nada comprendieron de estas cosas, y esta palabra les era encubierta, y no entendían lo que se les decía». No entendieron, así que siguieron sus vidas sin prepararse para lo que iba a ocurrir.
Por su parte, Jesús sí se preparó para su tiempo de agonía. En su oración en Getsemaní (Lucas 22:39-46), vemos que él decidió someterse a la voluntad del Padre y el Padre envió un ángel para fortalecer a Jesús.
¿El resultado? Jesús se enfrentó a su momento de mayor agonía física con fortaleza y confianza, porque contaba con la presencia del Padre y conocía el propósito eterno que había detrás de su sufrimiento.
La vida nos sorprende muchas veces con malas noticias. ¿Cómo reaccionamos? ¿Nos rebelamos ante lo que sucede o acudimos al Padre para someternos a su voluntad y buscar la fortaleza que él nos puede dar?
Acércate hoy a Dios y entrégale tus cargas y problemas. Decide someterte a su voluntad y recibe de él las fuerzas para seguir adelante. Con él, todo tiene propósito y todo obra para bien.
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Palabra de Ayer
¿Quieres ser más feliz? Haz esto
¿Falta la felicidad en tu vida? Hay una cosa sencilla que puedes hacer y que hará que tu vida sea más feliz: sé agradecido. Cuando te tomas un momento para dar gracias, recuerdas las cosas buenas de la vida y descubres que no todo es malo. Esta es también una forma de orar a Dios. Al darle gracias, aumentas tu intimidad con él, la fuente de toda alegría.
Decide vencer la tristeza recordando todas las cosas maravillosas que Dios ha hecho por ti y dándole gracias por ellas. Aunque las cosas no estén completamente bien, ten fe y no te desanimes. Guía tu corazón a recordar las bendiciones que Dios te ha dado y a darle gracias por ellas. El Señor ha sido y es fiel: busca en él tu alegría y felicidad.
Sí, el Señor ha hecho grandes cosas por nosotros, y eso nos llena de alegría.
- Salmo 126:3
El Señor es mi fuerza y mi escudo; mi corazón en él confía; de él recibo ayuda. Mi corazón salta de alegría, y con cánticos le daré gracias.
(Salmo 28:7)
Al agradecer a Dios, aumentas tu confianza en él, pues recuerdas su fidelidad y amor en el pasado y eso fortalece tu fe. No te enfoques en tus problemas: fija tus ojos en el Señor y en su fidelidad y decide darle gracias de todo corazón. ¡Tu corazón se llenará de más paz y felicidad!
Palabra de Anteayer
Estudia los Salmos y crecerás en sabiduría
El libro de los Salmos está lleno de sabiduría y de enseñanzas valiosas. Nos muestra la realidad de una vida con Dios y nos enseña a profundizar nuestra relación con él. Cuando estudiamos los Salmos descubrimos más sobre el amor de Dios por nosotros y aprendemos formas prácticas de alabar a Dios con nuestras vidas.
¿Quieres alabar a Dios y animar a otros a servirle de corazón? Mira lo que dice el Salmo 34:
Bendeciré al Señor en todo tiempo; lo alabarán siempre mis labios.
2 Mi alma se gloría en el Señor; lo oirán los humildes y se alegrarán.
3 Engrandezcan al Señor conmigo; exaltemos a una su nombre.
4 Busqué al Señor y él me respondió; me libró de todos mis temores.
(Salmo 34:1-4)
¿Quieres recibir las bendiciones de Dios sobre tu vida? Sigue los consejos sabios y poderosos del Salmo 1:
Dichoso es quien no sigue el consejo de los malvados,
ni se detiene en la senda de los pecadores,
ni se sienta en la reunión de los burladores,
2 sino que en la Ley del Señor se deleita y día y noche medita en ella.
3 Es como el árbol plantado a la orilla de un río que, cuando llega su tiempo, da fruto
y sus hojas jamás se marchitan. Todo cuanto hace prospera.
(Salmo 1:1-3)
Sea cual sea tu situación, puedes encontrar una palabra de ánimo y sabiduría en el libro de los Salmos. ¡Léelo y fortalece tu fe en Dios!
Aprende con los Salmos sobre: