Palabra del Día
Una palabra bíblica diaria para que recibas inspiración y para que tu día sea mejor.
Palabra de Hoy
Vence en las batallas de la vida con la ayuda de Dios
Todo soldado necesita una armadura que lo proteja. No se puede salir a la guerra sin protección porque, con bastante seguridad, terminaríamos heridos o muertos. De esa misma forma, necesitamos una armadura espiritual que nos proteja en las batallas de la vida. La armadura que Dios nos da nos ayuda a vencer la tentación y el pecado.
La Biblia nos dice que, si queremos resistir frente a los ataques constantes del enemigo, debemos vestirnos con la armadura de Dios.
Pónganse toda la armadura de Dios para que puedan hacer frente a las artimañas del diablo.
12 Porque nuestra lucha no es contra seres humanos, sino contra poderes, contra autoridades, contra potestades que dominan este mundo de tinieblas, contra fuerzas espirituales malignas en las regiones celestiales.
13 Por lo tanto, pónganse toda la armadura de Dios, para que cuando llegue el día malo puedan resistir hasta el fin con firmeza.
(Efesios 6:11-13)
Como bien dicen esos versículos, nuestra lucha es espiritual y debemos hacerle frente con armas espirituales. Es así como lograremos resistir hasta el fin. Si intentamos luchar con nuestras propias fuerzas, no lograremos vencer. Debemos echar mano de la armadura provista por Dios, porque él es quien tiene todo el poder para vencer contra el mal.
¡Con Cristo obtendrás la victoria y vivirás una vida plena en el camino de Dios!
Palabra de Ayer
Creados en Cristo Jesús para buenas obras
Porque somos hechura de Dios, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios dispuso de antemano a fin de que las pongamos en práctica.
(Efesios 2:10)
En Efesios 2 hay un resumen de la transformación que se vive al recibir a Cristo como Señor y Salvador. Se pasa de muerte a vida, se deja atrás el vivir para los propios deseos y se acepta la gracia de Dios. Es por la gracia del Señor que somos salvos y transformados. Ese cambio produce el deseo de vivir conforme a la voluntad de Dios.
¿Y cuál es la voluntad de Dios? Que llevemos su amor por todos lados a través de las buenas obras que él ya ha preparado. Somos instrumentos en sus manos haciendo el bien, pero no es para nuestra gloria. Las obras que Dios desea que hagamos han nacido en su corazón y glorifican su nombre.
Vivamos este día en comunicación con Dios, haciendo su voluntad y obrando como él lo desea. ¡Sea Dios glorificado hoy a través de nuestras obras!
Y todo lo que hagan, sea de palabra o de hecho, háganlo todo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios Padre por medio de él.
(Colosenses 3:17)
He aquí vengo pronto, y mi recompensa conmigo, para pagar a cada uno según sean sus obras.
(Apocalipsis 22:12)
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Palabra de Anteayer
Llamados a ir contracorriente
Más bien, amen a sus enemigos y hagan bien y den prestado sin esperar ningún provecho. Entonces la recompensa de ustedes será grande y serán hijos del Altísimo; porque él es benigno para con los ingratos y los perversos. Sean misericordiosos, como también su Padre es misericordioso.
(Lucas 6:35-36)
Una de las áreas más difíciles para los seguidores de Jesús es el amar a los enemigos y hacer bien a los que nos han hecho mal. Somos seres humanos como todos, y nuestro ser interior clama por venganza, por justicia, que se enteren de una vez que nos sabemos defender.
Sin embargo, Jesús fue bien claro con sus palabras y con su ejemplo. Somos llamados a amar a nuestros enemigos, a tratar bien a los que nos han hecho mal, a ser bondadosos con los que nos han menospreciado. ¡Tarea complicada! Nuestras emociones quieren tomar el control, pero es ahí, en ese momento, cuando debemos recordar que Dios dijo: «Mía es la venganza, yo pagaré» (Romanos 12:19).
Por eso, cuando sientas el deseo de devolver mal por mal, de devolver los insultos y los menosprecios, decide ser como Jesús e ir contracorriente. Ora por quien te ha hecho mal y de ser posible, sé bondadoso y amable. En su momento, Dios hará justicia.
No paguen a nadie mal por mal. Procuren lo bueno delante de todos los hombres. Si es posible, en cuanto dependa de ustedes, tengan paz con todos los hombres. Amados, no se venguen ustedes mismos sino dejen lugar a la ira de Dios, porque está escrito: Mía es la venganza; yo pagaré, dice el Señor.
(Romanos 12:17-19)