Palabra del Día

Una palabra bíblica diaria para que recibas inspiración y para que tu día sea mejor.

Palabra de Hoy

La tristeza acabará

A veces la tristeza parece ser demasiado grande para aguantar. Nos desanimamos con cualquier cosa mala que acontece.

Sin embargo, la buena noticia que la Biblia nos da es que la tristeza no es para siempre. Sí, así es. Ella puede durar un poco, pero Dios traerá nuevamente su alegría. Es una de sus promesas.

Canten al Señor, ustedes sus fieles;
alaben su santo nombre.
5 Porque solo un instante dura su enojo,
pero su buena voluntad, toda una vida.
Si por la noche hay llanto,
por la mañana habrá gritos de alegría.
(Salmo 30:4-5)

En medio del dolor y la aflicción, recuerda que Dios tiene el control y está obrando a tu favor. El sufrimiento no es eterno: con toda certeza terminará. Lo que sí tienes garantizado es la victoria en Cristo y el gozo de estar con él por toda la eternidad.

Nunca lo olvides: por más que sufras en la tierra, cuando llegues al cielo toda la tristeza terminará de una vez por todas y todos tus sufrimientos se transformarán en gran alegría.

Convertiste mi lamento en danza; me quitaste la ropa de luto y me vestiste de fiesta.
(Salmo 30:11)

Danzarás eternamente, te regocijarás en el Señor y vivirás sin dolor, sin sufrimientos ni preocupaciones por toda la eternidad. Trae hoy tus luchas y sufrimientos ante Dios y confía en su poder. Él obrará.

¡Recupera tu alegría con la ayuda de Dios! Regocíjate al recordar estas promesas de Dios.

Palabra de Ayer

¿Qué dicen los demás?

Cuando el Señor hizo volver a Sión a los cautivos, nos parecía estar soñando.
Nuestra boca se llenó de risas; nuestra lengua, de canciones jubilosas.
Hasta los otros pueblos decían: «El Señor ha hecho grandes cosas por ellos».
(Salmo 126:1-2)

En estos versículos vemos que Dios había liberado al pueblo de Israel de su cautiverio y el gozo que ellos sentían era palpable. Reían sin cesar, cantaban alabanzas a Dios, expresaban su alegría de tal forma que los otros pueblos no podían hacer otra cosa que reconocer la gran obra que Dios había hecho por ellos.

¿Has recibido la salvación del Señor? ¿Sientes gozo al recordar todo lo que Dios ha hecho por ti? ¿Tienes hoy motivos específicos para alegrarte en el Señor? ¡Expresa tu gozo! Deja que los que te rodean noten, oigan, perciban y hablen sobre la obra de Dios en tu vida. Que ellos mismos testifiquen sobre las grandes cosas que Dios ha hecho por ti.

¡Alaben al SEÑOR, naciones todas!
¡Pueblos todos, alábenle!
Porque ha engrandecido sobre nosotros su misericordia,
y la verdad del SEÑOR es para siempre. ¡Aleluya!
(Salmo 117)

Inspira a otros a alabar a Dios por lo que ha hecho en tu vida y por lo que hará, tanto en ti como en ellos, si se lo permiten. Dios es Dios de amor y él desea bendecir a todos los seres humanos y a todas las naciones. Deja que tu testimonio acerque a otros a Dios, que todos vean la obra preciosa que Dios ha hecho en ti y decidan alabarle también.

Palabra de Anteayer

El amor de Dios

Dios te ama, aunque conoce todo sobre ti y conoce todos tus fallos. Ninguno de tus defectos disminuye el amor de Dios por ti. La Biblia dice que Dios te ama tanto, que dio lo que tenía y que era más precioso: su único Hijo. ¡Lo hizo para salvarte! No lo hizo porque tú lo hayas ganado o lo merecieras. Lo hizo porque su amor por ti es mucho más grande de lo que puedes imaginar.

Pues estoy convencido de que ni la muerte ni la vida, ni los ángeles ni los demonios, ni lo presente ni lo por venir, ni los poderes, 39 ni lo alto ni lo profundo, ni cosa alguna en toda la creación podrá apartarnos del amor que Dios nos ha manifestado en Cristo Jesús nuestro Señor.
(Romanos 8:38-39)

El amor de Dios es un vínculo inquebrantable que no se basa en tus méritos. Dios envió a Jesús a morir en la cruz mucho antes de que tú nacieras y antes de que lo conocieras. Pero él pensó en ti al hacerlo. Pensó en su deseo de tenerte como hijo, de poder alcanzarte con su amor, de disfrutar de tu compañía por la eternidad. Abre hoy tus ojos y tu corazón a ese incomparable amor de Dios.

Si piensas que no lo mereces, tienes razón. Pero él te extiende su mano llena de amor y te libera de la culpa. Dios te invita a una vida llena de esperanza que dará mayor sentido a tu vida y te guiará al compañerismo eterno con él. Solo tienes que decirle al Señor que aceptas su amor. No permitas que pase otro día sin que reconozcas la grandeza del amor de Dios por ti y tu necesidad de él en tu vida.

¡Abre hoy tu corazón al amor incondicional de Dios!