La paciencia es parte del fruto del Espíritu Santo en la vida del creyente. Cuando la Biblia habla sobre la paciencia, se refiere a perseverar con firmeza en medio de las pruebas. En medio de las adversidades que encontramos en la vida, podemos esperar con confianza la ayuda de Dios, pues él nunca nos dejará ni nos fallará.
Dios es paciente con la humanidad y su paciencia fluye de un corazón lleno de amor. ¡Aprendamos de él!
El Señor no tarda en cumplir su promesa, según entienden algunos la tardanza. Más bien, él tiene paciencia con ustedes, porque no quiere que nadie perezca, sino que todos se arrepientan.
(2 Pedro 3:9)
Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley.
(Gálatas 5:22-23)
Por tanto, hermanos, tengan paciencia hasta la venida del Señor. Miren cómo espera el agricultor a que la tierra dé su precioso fruto y con qué paciencia aguarda las temporadas de lluvia. Así también ustedes, manténganse firmes y aguarden con paciencia la venida del Señor, que ya se acerca.
(Santiago 5:7-8)
Por lo tanto, como escogidos de Dios, santos y amados, revístanse de afecto entrañable y de bondad, humildad, amabilidad y paciencia, de modo que se toleren unos a otros y se perdonen si alguno tiene queja contra otro. Así como el Señor los perdonó, perdonen también ustedes.
(Colosenses 3:12-13)
Pacientemente esperé al SEÑOR, y él se inclinó a mí y oyó mi clamor.
(Salmo 40:1)
Alégrense en la esperanza, muestren paciencia en el sufrimiento, perseveren en la oración.
(Romanos 12:12)
No nos cansemos de hacer el bien, porque a su debido tiempo cosecharemos si no nos damos por vencidos.
(Gálatas 6:9)
El que es paciente muestra gran discernimiento;
el que es agresivo muestra mucha insensatez.
(Proverbios 14:29)
Por cuanto has guardado la palabra de mi paciencia, yo también te guardaré de la hora de la prueba que ha de venir sobre el mundo entero, para probar a los que moran sobre la tierra.
(Apocalipsis 3:10)
Con vuestra paciencia ganaréis vuestras almas.
(Lucas 21:19)
Guarda silencio ante el Señor,
y espera en él con paciencia;
no te irrites ante el éxito de otros,
de los que maquinan planes malvados.
(Salmo 37:7)
Y no solo esto, sino que también nos gloriamos en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación produce paciencia; y la paciencia, prueba; y la prueba, esperanza.
(Romanos 5:3-4)
Ustedes necesitan perseverar para que, después de haber cumplido la voluntad de Dios, reciban lo que él ha prometido.
(Hebreos 10:36)
Predica la Palabra; persiste en hacerlo, sea o no sea oportuno; corrige, reprende y anima con mucha paciencia, sin dejar de enseñar.
(2 Timoteo 4:2)
Hermanos míos, tengan por sumo gozo cuando se encuentren en diversas pruebas sabiendo que la prueba de su fe produce paciencia. Pero que la paciencia tenga su obra completa para que sean completos y cabales, no quedando atrás en nada.
(Santiago 1:2-4)
Oh SEÑOR, de mañana oirás mi voz; de mañana me presentaré ante ti
y esperaré.
(Salmo 5:3)
Yo pues, preso en el Señor, os ruego que andéis como es digno de la vocación con que fuisteis llamados, con toda humildad y mansedumbre, soportándoos con paciencia los unos a los otros en amor.
(Efesios 4:1-2)
De hecho, todo lo que se escribió en el pasado se escribió para enseñarnos, a fin de que, alentados por las Escrituras, perseveremos en mantener nuestra esperanza.
(Romanos 15:4)
Pero el Dios de la paciencia y de la consolación os dé entre vosotros un mismo sentir según Cristo Jesús, para que unánimes, a una voz, glorifiquéis al Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo.
(Romanos 15:5-6)
Aquí está la paciencia de los santos, los que guardan los mandamientos de Dios y la fe de Jesús.
(Apocalipsis 14:12)
Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante, puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios.
(Hebreos 12:1-2)
Mejor es el fin del asunto que el comienzo.
Mejor es el de espíritu paciente que el de espíritu altivo.
(Eclesiastés 7:8)
Mas tú, oh hombre de Dios, huye de estas cosas, y sigue la justicia, la piedad, la fe, el amor, la paciencia, la mansedumbre.
(1 Timoteo 6:11)
El amor es paciente, es bondadoso. El amor no es envidioso ni jactancioso ni orgulloso.
(1 Corintios 13:4)
El que es iracundo provoca contiendas;
el que es paciente las apacigua.
(Proverbios 15:18)
Pero si esperamos lo que no vemos, con paciencia lo aguardamos.
(Romanos 8:25)
Con paciencia se convence al gobernante.
¡La lengua amable quebranta hasta los huesos!
(Proverbios 25:15)
No sean perezosos; más bien, imiten a quienes por su fe y paciencia heredan las promesas.
(Hebreos 6:12)
Fortalecidos con todo poder, conforme a la potencia de su gloria, para toda paciencia y longanimidad; con gozo dando gracias al Padre que nos hizo aptos para participar de la herencia de los santos en luz.
(Colosenses 1:11-12)
Espera en el SEÑOR.
Esfuérzate y aliéntese tu corazón. ¡Sí, espera en el SEÑOR!
(Salmo 27:14)
El buen juicio hace al hombre paciente;
su gloria es pasar por alto la ofensa.
(Proverbios 19:11)
No digas: “Devolveré el mal”. Espera al SEÑOR y él te salvará.
(Proverbios 20:22)
Más vale ser paciente que valiente;
más vale el dominio propio que conquistar ciudades.
(Proverbios 16:32)
¿No ves que desprecias las riquezas de la bondad de Dios, de su tolerancia y de su paciencia, al no reconocer que su bondad quiere llevarte al arrepentimiento?
(Romanos 2:4)
Bueno es esperar calladamente
que el Señor venga a salvarnos.
Bueno es que el hombre aprenda
a llevar el yugo desde su juventud.
(Lamentaciones 3:26-27)
Mis queridos hermanos, tengan presente esto: Todos deben estar listos para escuchar, y ser lentos para hablar y para enojarse.
(Santiago 1:19)
Y un siervo del Señor no debe andar en peleas; al contrario, debe ser bueno con todos. Debe ser apto para enseñar; debe tener paciencia.
(2 Timoteo 2:24)
Y así, después de esperar con paciencia, Abraham recibió lo que se le había prometido.
(Hebreos 6:15)
Ustedes quédense quietos, que el Señor presentará batalla por ustedes.
(Éxodo 14:14)
Por eso el Señor los espera, para tenerles piedad;
por eso se levanta para mostrarles compasión.
Porque el Señor es un Dios de justicia.
¡Dichosos todos los que en él esperan!
(Isaías 30:18)
Que los ancianos sean sobrios, serios, prudentes, sanos en la fe, en el amor, en la paciencia.
(Tito 2:2)
Hermanos, tomen como ejemplo de sufrimiento y de paciencia a los profetas que hablaron en el nombre del Señor. En verdad, consideramos dichosos a los que perseveraron. Ustedes han oído hablar de la perseverancia de Job, y han visto lo que al final le dio el Señor. Es que el Señor es muy compasivo y misericordioso.
(Santiago 5:10-11)
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