Obed-edom fue un sacerdote levita que hospedó el arca de la alianza en su casa durante tres meses, después de la muerte de Uzá, quien tocó el arca indebidamente. Tanto Obed-edom como su familia recibieron bendiciones de parte de Dios. Su historia nos enseña que la presencia de Dios trae bendiciones a quienes lo reciben con reverencia y obediencia.
Encontramos la historia de Obed-edom en 2 Samuel 6 y 1 Crónicas 13. En ese tiempo, el rey David quería llevar el arca de Dios a Jerusalén. El arca era un cofre sagrado hecho de madera de acacia y revestido de oro, y simbolizaba la presencia de Dios entre el pueblo de Israel. Contenía las tablas de la Ley, el maná y la vara de Aarón. Era transportada por los levitas y debía ser manipulada con reverencia, siguiendo las instrucciones de Dios.
David, en lugar de seguir las instrucciones de Dios sobre el transporte adecuado del arca, que debía ser llevada por los sacerdotes, la colocó en un carro de bueyes. Durante el trayecto, los bueyes tropezaron, y Uzá, hijo de Abinadab, tocó el arca para evitar que se cayera. Dios lo mató inmediatamente, pues desobedeció las normas sagradas.
Lleno de miedo, David interrumpió el viaje y dejó el arca en la casa de Obed-edom, el geteo, quien la recibió con reverencia. A diferencia de la casa de Abinadab, donde el arca permaneció durante años sin registros de bendiciones, la presencia de Dios trajo prosperidad a la casa de Obed-edom en solo tres meses. Al ver esto, David reanudó el traslado, siguiendo esta vez las instrucciones correctas.
Obed-edom se convirtió en portero y músico en el templo, sirviendo con dedicación al Señor. Él y sus descendientes se destacaron por su servicio a Dios lleno de fidelidad y compromiso.
Dios bendijo a Obed-edom porque acogió el arca con temor y obediencia. Su historia enseña que la presencia de Dios transforma vidas y que debemos servirle con respeto y amor. También nos recuerda que la bendición no está solo en la cercanía con Dios, sino en la forma en que lo honramos.
Estudio bíblico sobre Obed-edom
El arca de Dios permaneció en casa de Obed-edom durante 3 meses
El arca representaba la presencia de Dios. Había sido retirada de Israel por los filisteos, pero luego regresó al pueblo de Israel.
Cuando David intentó trasladar el arca de vuelta a Jerusalén, ocurrió un accidente. Uzá, quien guiaba el arca, la tocó para evitar que cayera al suelo, pero fue fulminado inmediatamente por Dios. Esto provocó gran temor, y David, temiendo la ira divina, decidió dejar el arca en casa de Obed-edom, un levita de la ciudad de Gat.
Durante ese período de tres meses, la casa de Obed-edom fue bendecida, lo que demostró que Dios continuaba bendiciendo a quienes lo honraban. David, al saber de estas bendiciones, sintió que era seguro llevar el arca a Jerusalén.
Estos acontecimientos reforzaron la importancia de tratar la presencia de Dios con respeto y obediencia. Al ver las bendiciones sobre la casa de Obed-edom, David se llenó de alegría y decidió regresar por el arca, ahora con mayor reverencia y cuidado, obedeciendo las instrucciones de Dios.
¿Cuál es la diferencia entre la casa de Abinadab y la casa de Obed-edom?
La principal diferencia entre la casa de Abinadab y la casa de Obed-edom está en la forma en que el arca fue tratada y recibida.
El arca fue llevada a casa de Abinadab después que la recuperaron de los filisteos, y allí permaneció durante veinte años (1 Samuel 7:1-2). Durante ese tiempo, no hay registros de grandes bendiciones sobre su casa, lo que puede indicar una falta de reverencia y obediencia en el trato con el arca. Abinadab no era levita, solo lo era su hijo Eleazar.
Después de la muerte de Uzá, quien tocó el arca indebidamente, llevaron el arca a casa del levita Obed-edom. Él la recibió con gran respeto, reverencia, y Dios bendijo abundantemente su casa durante los tres meses que el arca estuvo bajo su cuidado (1 Crónicas 13:14). Como levita, Obed-edom comprendía la importancia del arca y siguió las instrucciones de Dios correctamente.
Esta diferencia refleja que la manera en que tratamos la presencia de Dios es crucial para las bendiciones que él derrama. La obediencia, el temor y la reverencia atraen la bendición de Dios, como se evidencia en la prosperidad de Obed-edom.
¿Cómo era la vida de Obed-edom antes de que el arca estuviera en su casa?
La Biblia no proporciona muchos detalles sobre la vida de Obed-edom antes de la llegada del arca de Dios a su casa.
Obed-edom era un geteo, es decir, originario de Gat, una ciudad filistea. Probablemente, ya se había convertido al Dios de Israel, como muchos otros de su ciudad, y comenzó a servir al Señor.
Antes de recibir el arca, su vida pudo haber sido común, pero, tras la llegada del Arca, experimentó un gran cambio en su vida, siendo bendecido abundantemente por la presencia de Dios en su hogar (2 Samuel 6:11).
¿Por qué Dios bendijo a Obed-edom?
Dios bendijo a Obed-edom porque recibió el arca con gran reverencia y respeto, reconociendo la importancia de la presencia de Dios.
Obed-edom, siendo levita, entendía los cuidados necesarios para el manejo del arca, siguiendo las instrucciones correctamente. Cuando llevaron el arca a su casa, la trató con temor y devoción, lo que atrajo la bendición de Dios.
Durante los tres meses en que el arca permaneció en su hogar, Obed-edom y su familia fueron bendecidos, demostrando que la obediencia, el respeto y el honor a la presencia de Dios traen bendiciones y prosperidad.
¿Qué aprendemos con Obed-edom?
Lo que podemos aprender de Obed-edom es que, cuando buscamos honrar la presencia de Dios en nuestras vidas, él se manifiesta con bendiciones.
La historia de Obed-edom nos enseña sobre fe, respeto y la presencia de Dios. Obed-edom, un levita de Gat, recibió el arca en su casa después del incidente con Uzá. A pesar del temor que el arca causaba debido a su santidad, Obed-edom la acogió con reverencia. En respuesta, Dios bendijo su casa de manera extraordinaria.
Obed-edom no se alejó del arca por miedo, sino que la recibió con el debido respeto, lo que resultó en beneficios espirituales y materiales para él y su familia. Esta historia también nos enseña sobre la importancia de estar dispuestos a ser un canal para la presencia de Dios, incluso en circunstancias desafiantes.
Principales lecciones de la historia de Obed-edom:
- La reverencia a la presencia de Dios trae bendiciones.
- El respeto a la santidad de Dios es esencial.
- La obediencia a Dios genera prosperidad y paz.
- Debemos ser canales para la presencia de Dios en nuestras vidas.
Las lecciones que podemos aprender de esta historia incluyen la importancia de tratar las cosas de Dios con respeto. Al obedecer y respetar la voluntad de Dios, él trae muchas bendiciones para nosotros.
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