La historia de Noé


Noé fue un personaje importante de la Biblia, y encontramos su historia en el libro de Génesis. Él fue un hombre justo e íntegro en medio de una generación dominada por el pecado, la corrupción y la violencia. Dios eligió a Noé para una misión crucial: construir un arca y preservar la vida humana y animal de la destrucción inminente que causaría el diluvio.

Noé vivió en una época en que la maldad humana era tan grande que Dios se arrepintió de haber creado al ser humano. Al ver tanto pecado, violencia y corrupción, Dios decidió enviar un diluvio para purificar el mundo.

Noé se destacó ante Dios como un hombre justo e íntegro. Por eso, el Señor decidió salvar del diluvio a él, a su familia y a algunos animales, dándole instrucciones detalladas a Noé sobre cómo debía construir el arca.

Imagen representativa de Noé, personaje de la Biblia

Siguiendo todas las instrucciones de Dios, Noé trabajó en la construcción del arca durante aproximadamente 100 años. Durante ese tiempo, la gente observaba la construcción del arca, pero nadie creía en las palabras de Noé, quien les hablaba sobre el diluvio que Dios enviaría.

Noé tenía 500 años cuando tuvo a sus hijos y comenzó a construir el arca. Cien años después, comenzó el diluvio. Noé fue avisado siete días antes de la llegada del diluvio. Por eso, ingresó al arca con su familia y con parejas de cada especie animal, siguiendo las instrucciones de Dios. La lluvia cayó durante cuarenta días y cuarenta noches, cubriendo la Tierra y destruyendo toda la vida fuera del arca.

Tras el diluvio, los únicos sobrevivientes fueron Noé, su familia y los animales que estaban en el arca. La familia de Noé estaba compuesta por ocho personas: él, su esposa, sus tres hijos (Sem, Cam y Jafet) y las esposas de sus hijos.

Después del diluvio, Dios hizo una alianza con Noé y prometió no volver a destruir la Tierra con agua, colocando el arcoíris como símbolo de esa promesa.

Imagen representativa de Noé mirando el arcoíris

Según el libro de Génesis, Noé murió a los 950 años. La historia de Noé nos deja valiosas lecciones sobre la fe, la obediencia y la resiliencia. Aun cuando enfrentamos desafíos aparentemente insuperables, como sucedió con Noé, debemos confiar en Dios y seguir sus instrucciones.

Con Noé aprendemos que la fidelidad y la integridad pueden traer salvación y nuevas oportunidades, incluso en tiempos de gran adversidad.

La familia de Noé

La familia de Noé desempeñó un papel crucial en la preservación de la humanidad. Compuesta por ocho personas, incluía a Noé, su esposa (cuyo nombre no se menciona en la Biblia), sus tres hijos (Sem, Cam y Jafet) y las esposas de ellos.

Juntos, los ocho siguieron fielmente las instrucciones de Dios, ingresando al arca antes del diluvio. Esta pequeña familia fue responsable de repoblar la Tierra tras la catástrofe. El arca, construida por Noé y su familia, sirvió como refugio seguro durante los cuarenta días de lluvia incesante que cubrió toda la Tierra.

Según la Biblia, esos ocho individuos fueron los únicos humanos que sobrevivieron el diluvio, un acontecimiento que marcó un nuevo comienzo para la humanidad. La unidad y obediencia ejemplar de la familia de Noé simbolizan la esperanza y la renovación en tiempos de devastación, resaltando la importancia de la fe y la confianza en Dios frente a las dificultades más severas.

Esta historia continúa inspirándonos, recordándonos que incluso en las situaciones más difíciles, la obediencia y la fidelidad pueden ser recompensadas con un nuevo comienzo y una promesa para el futuro.

La construcción del arca de Noé

Noé comenzó a construir el arca siguiendo las instrucciones detalladas dadas por el Señor. Dios le indicó que usara madera de ciprés, con compartimentos y un recubrimiento de betún para impermeabilizarla.

Las dimensiones específicas fueron dadas por Dios: 300 codos de largo, 50 codos de ancho y 30 codos de alto. El arca debía tener un techo, una abertura bajo el techo de un codo y tres pisos.

Según la Biblia, la gente que rodeaba a Noé probablemente pensó que su construcción del arca era una tontería y lo ridiculizaron. Consideraban a Noé y su familia locos por dedicar años a construir el arca, una tarea aparentemente absurda en ausencia de señales inmediatas de peligro.

Durante todos los años de construcción, aproximadamente 100 años, Noé obedeció fielmente las instrucciones de Dios. Él, junto con su familia, trabajó diligentemente en la construcción del arca.

Cuando vino el diluvio, Noé entró en el arca con su esposa, sus tres hijos (Sem, Cam y Jafet) y sus esposas, así como parejas de todos los animales. Así, Noé y su familia se salvaron, asegurando la continuidad de la vida en la Tierra, según el plan de Dios.

Noé y el diluvio

Noé y su familia entraron en el arca siete días después del aviso del Señor, llevando consigo pares de cada especie animal.

Durante cuarenta días y cuarenta noches, un diluvio devastador cubrió toda la Tierra, sumergiendo montañas y destruyendo toda vida fuera del arca. Las aguas permanecieron sobre la Tierra durante 150 días antes de comenzar a descender.

Representación del arca de Noé sobre las aguas

Después del diluvio, el arca quedó en reposo sobre los montes de Ararat. Noé envió un cuervo y luego una paloma para comprobar si las aguas habían retrocedido. Cuando la paloma regresó con una hoja de olivo en el pico, Noé supo que la Tierra volvía a ser habitable, pero permaneció en el arca.

En un último intento, Noé volvió a liberar la paloma, y esta vez la paloma no regresó, confirmando que las aguas habían retrocedido por completo.

Noé, su familia y los animales desembarcaron, iniciando un nuevo capítulo para la humanidad. Dios hizo un pacto con Noé, prometiéndole nunca más destruir la Tierra con un diluvio. Como señal de ese pacto, Dios colocó el arcoíris en el cielo, simbolizando el pacto eterno entre él y toda la creación.

Lo que podemos aprender con la vida de Noé

La vida de Noé, según la Biblia, ofrece valiosas lecciones de fe, obediencia y perseverancia. Él es un ejemplo de cómo la fidelidad a Dios puede traer salvación y esperanza en tiempos de adversidad. Aquí hay tres puntos importantes que podemos aprender de la historia de Noé:

  1. Fe inquebrantable en Dios: Noé vivió en una época de gran corrupción y maldad, pero mantuvo su fe en Dios. Incluso con la monumental tarea de construir el arca, Noé confió completamente en Dios.
  2. Obediencia absoluta: cuando Dios le ordenó a Noé construir el arca, él siguió cada instrucción sin cuestionarla. La obediencia de Noé es un ejemplo de cómo debemos responder a las instrucciones de Dios, incluso cuando no las entendemos.
  3. Perseverancia frente a las dificultades: construir el arca y esperar el diluvio requirió años de duro trabajo y paciencia. Noé enfrentó el ridículo y la incredulidad, pero perseveró en su misión. Su resiliencia nos enseña a permanecer decididos y centrados en el propósito de Dios para nosotros.

La historia de Noé nos anima a confiar en Dios, a seguir su llamado con dedicación y a persistir frente a las dificultades.

La vida de Noé es un ejemplo de cómo la obediencia y la integridad pueden resultar en bendiciones y liberación. Así como Noé confió en Dios y fue salvado de la destrucción, podemos confiar en la guía de Dios para encontrar esperanza y propósito en nuestras vidas.

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