La Navidad no es solo sobre regalos, fiestas y luces. Es sobre el nacimiento de Jesucristo, el Salvador del mundo. Él vino a traer luz, esperanza y salvación para todos nosotros. Que en esta celebración, el verdadero significado de la Navidad brille en tu vida.
Mensaje bíblico para esta Navidad: celebra a Jesús, el regalo más precioso
La Navidad nos recuerda un acontecimiento extraordinario: Dios envió a su Hijo al mundo para traernos esperanza, paz y salvación. Sin embargo, muchas veces nos perdemos en celebraciones que, aunque llenas de alegría, terminan distanciándonos del verdadero motivo de esta fecha tan especial. No olvides que el cumpleaños es de Jesús, y él desea estar presente en tu corazón.
En esta época, mientras decoramos nuestras casas y nos reunimos con familiares y amigos, es esencial reflexionar sobre el verdadero significado de la Navidad. No está en las luces ni en los regalos, sino en la luz que Cristo trajo al mundo y en el regalo de amor y redención que recibimos a través de él. Jesús nos llama a experimentar una vida llena de paz y propósito.
Que esta Navidad sea una oportunidad para volvernos hacia Jesús y celebrar su venida con gratitud y fe. Él es la fuente de toda la alegría que llena nuestros corazones. Al reunirte con tus seres queridos, recuerda poner al Salvador en el centro de tu celebración y vivir el amor que él nos enseñó a compartir.
¡Feliz Navidad, con Cristo como el centro de todo!
Cómo vivir la verdadera Navidad
- Recuerda a Jesús: ¡Él es el motivo de la celebración! No dejes que el consumismo o las distracciones te desvíen de tu Señor y Salvador.
- Agradece a Dios: Celebra con gratitud el mayor regalo que hemos recibido: Jesús, Emanuel, ¡Dios con nosotros!
- Esparce el amor de Cristo: Comparte el amor con tu familia, amigos e incluso desconocidos. Las acciones simples reflejan la luz de Cristo en el mundo.
- Lee la Palabra: Encuentra tiempo para meditar en la historia del nacimiento de Jesús (Lucas 2:1-20) y compártela con los tuyos.
Esta Navidad, no olvides lo principal: ¡Jesucristo!
"Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz".
– Isaías 9:6
De hecho, esto es algo que puede ocurrir. En la celebración del nacimiento del Salvador, muchos de nosotros olvidamos cosas fundamentales:
- Siempre tenemos una mesa abundante, pero olvidamos alimentarnos del Pan Vivo que descendió del Cielo.
- Compramos regalos para todos los que amamos, pero olvidamos entregarle nuestro corazón a Jesús para que habite en él.
- Deseamos cosas buenas a todos los que nos rodean, pero olvidamos agradecer y hablar con Aquel que vino al mundo por amor a nosotros.
- Iluminamos la casa, pero olvidamos hacer brillar en nosotros la luz del mundo.
- Hacemos una hermosa fiesta, pero olvidamos invitar al invitado principal: ¡el Señor Jesucristo!
Lamentablemente, para muchos esta fecha se ha reducido a una celebración que rinde culto al consumismo y a muchas celebraciones, compromisos y banquetes abundantes típicos de una fiesta cualquiera, totalmente desprovista de sentido.
¿Y en tu Navidad? ¿Cuál es el significado del nacimiento de Cristo para ti? ¿También te has olvidado de lo principal?
¡Recuerda a Jesús!
- Él es el Salvador y el único camino que nos conduce a Dios (Juan 14:6).
- Él decidió amarte y te invita a confiar en él (Juan 3:16).
- Él te ofrece una nueva vida, llena de paz y esperanza, si eliges caminar con él. (Efesios 3:17-19).
Celebra el verdadero sentido de la Navidad: ¡Jesús!
Aunque muchos desprecian esta fecha por diversas razones, muchos cristianos aprovechan el día elegido tradicionalmente para celebrar la Navidad de Jesús. Sé agradecido diariamente porque Dios envió a su Hijo Jesús, por amor a todos nosotros. ¡Su presencia con nosotros es el mayor regalo que podríamos recibir!
Jesús vino a nuestro encuentro, y es por eso que somos valiosos e importantes a los ojos de Dios. Él nos ama hasta el punto de habernos dado lo mejor: a Jesucristo, para que vivamos la vida en plenitud. Por eso debemos dedicar nuestras vidas a su reino y a su justicia, todos los días del año. Busca conocerlo más personalmente, a través de su Palabra.
¿Y en Navidad? ¿Qué puedo hacer?
Aprovecha la ocasión para celebrar, con amor y comunión, la llegada del reino de Dios a tu vida a través de Jesucristo:
- Reinterpreta tu Navidad: aprovecha la ocasión en que la familia y los amigos están presentes para recordarles el nacimiento, la vida y obra de Jesucristo.
- Sé agradecido: la Navidad nos habla de Jesús y nos muestra que Dios está presente con nosotros. ¡Da gracias a Dios!
- Reúne a la familia y amigos con afecto y alegría: Abre tu corazón para vivir el verdadero amor con quienes están a tu lado.
- Lee la Biblia y enseña a los niños, amigos u otros familiares el verdadero sentido de la Navidad.
- Oren juntos, agradeciendo a Dios por su gracia y amor demostrados en Jesucristo.
- Regala a alguien necesitado: mira a tu alrededor. Hay muchos que necesitan nuestra ayuda y atención en todas las épocas del año. ¡Aprovecha para demostrar el amor de Dios a desconocidos de manera práctica!
- Alimenta a quien tiene hambre: da gracias por tu mesa abundante y procura compartir el pan con quienes lo necesitan, no solo el alimento físico, sino también el Pan vivo, compartiendo el Evangelio de Jesucristo.
- Comparte amor: separa juguetes, ropa (en buen estado) y alimentos para ofrecer a los necesitados. Enseña a los familiares, incluidos los niños, a compartir lo que tienen con otros.
Recuerda al Salvador:
Independientemente de si es o no la fecha correcta, celebra a Dios en Navidad, recordando que él envió a su Hijo Jesucristo para rescatarnos y perdonarnos.
Que en esta Navidad tú y tu familia vivan excelentes momentos de paz, comunión y felicidad. Pero no olviden al más importante: ¡Jesucristo!
Oración:
Querido Jesús, quiero celebrar tu venida a la tierra que ha hecho posible nuestra comunión con el Padre Celestial. Gracias por amarnos tanto hasta el punto de venir al mundo y permanecer con nosotros. Ayúdame a no olvidarte en ninguna ocasión de mi vida. Enséñame a darte a conocer donde quiera que esté, como el Dios real que eres. Oro en tu nombre, Jesús, amén.
Recuerda a Jesús en esta Navidad: