Encuentra aquí mensajes de fortaleza y fe en Dios. Lee algunas reflexiones especiales y palabras de aliento para fortalecer tu fe y compartir esperanza.
Dios abre puertas que nadie puede cerrar. Cuando parece no haber salida, el Señor, a través de su Palabra, nos da dirección. No prestes atención a las circunstancias; enfoca tu fe en Dios.
El mundo puede intentar derribarte con noticias y situaciones difíciles, pero la fe en Dios es poderosa para superar las tribulaciones de la vida.
La Palabra de Dios calma el corazón y da discernimiento para construir un camino basado en la fe. Camina por fe y deja que Dios te guíe a la victoria.
Quien cree no necesita ver; solo debe confiar en las promesas del Señor Jesús. "Porque andamos por fe, no por vista". (2 Corintios 5:7)
¡Ten fe! Dios cumplirá lo que prometió. La Palabra de Dios no regresa vacía, sino que nos llena de fuerza y expectativa de lo mejor. ¡Aquel que prometió es fiel para cumplir!
¡Ánimo! Mantente firme en la fe. "Sabiendo que la prueba de su fe produce paciencia.". (Santiago 1:3) En cada prueba ganamos intimidad con Dios y somos capacitados por él.
No permitas que las personas o los problemas determinen tu vida. Pon todo en manos de Dios, confía en él y sigue adelante. Todo obrará para tu bien.
¿Qué se necesita para ver el mar abrirse? ¿Fuerza? ¿Poder? ¡No! Es necesario tener fe, creer, obedecer y perseverar. A veces, el "mar" en tu vida es un problema que te impide vivir en paz. Da el primer paso y cree en aquel que puede abrir el mar, ¡Jesucristo!
No tengas miedo al futuro, el tiempo pertenece a Dios. Vive un día a la vez y valora cada momento. Dios quiere transformar tu vida hoy.
¿Retroceder? ¡Jamás! Aquel que está contigo venció al mundo. Avanza a su lado, ninguna tribulación podrá detenerte.
"No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia.". (Isaías 41:10)
El problema puede ser grande, pero Dios es más grande. Por eso, quien tiene a Dios no tiene nada que temer. Nuestra capacidad es limitada, pero Dios puede hacer lo imposible.
Es en medio de las dificultades que debemos aferrarnos a Dios. Solo él puede capacitarnos y llevarnos a la victoria. ¡Cuanto mayor sea la tribulación, mayor debe ser nuestra alabanza!
Dios nos concede fuerza y fe para atravesar los desafíos de la vida. Podemos encontrar la fuente en su Palabra.
Quien tiene fe en Dios nunca está solo. Él está siempre presente para ayudarnos en los momentos difíciles.
Mantén tu corazón lleno de esperanza; aliméntalo cada día con una palabra de fe. Aléjate de todo lo que quiera apartarte de Dios, porque solo él puede darte la verdadera esperanza.
La fe en Dios es la mejor forma de lograr la superación. Solo él puede capacitarnos, haciéndonos más que vencedores.
¡Eres quien Dios dice que eres!
Mantén tu fe perseverando en el amor. Cuando amamos a Dios y al prójimo, ponemos nuestra fe en obra.
El problema pasará. Sigue creyendo en Dios y mantén encendida la llama de la esperanza.
No escuches a tus problemas; enfoca tu atención y tu corazón en Dios.
Recuerda: ¡Aquel que venció al mundo está contigo! No te desanimes, no te rindas.
La fe mueve montañas, pero debes alimentarla diariamente con la Palabra de Dios. Una fe fortalecida puede hacer grandes cosas para la gloria de Dios.
Sin fe no hay milagros. Sin fe no hay fuerza. Sin fe es imposible agradar a Dios.
La verdadera fortaleza del ser humano tiene su origen en Dios. Debemos vivir en la fuerza de Dios y no en la nuestra.
La fe en Dios no se basa en palabras, sino en acciones. ¡Pon tu fe en práctica hoy!
No seas vencido por el miedo; deposita tu confianza en Dios, y nada podrá asustarte. La fe supera el miedo.
La Biblia es la fuente que nos capacita para enfrentar los desafíos de la vida. Cada versículo es una inyección de fe.
"Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra". (2 Timoteo 3:16-17)
Fortalece tu fe y esperanza en el Señor: